La guerra de los unicornios
Victor Wembanyama no ha decepcionado para nada en su estreno en la NBA. Pero Chet Holmgren, otro jugador de perfil ¨²nico, puede estar por delante en la carrera por el Rookie del A?o.


No hay que comparar permanentemente a Chet Holmgren y Victor Wembanyama. No hay que comparar permanentemente a Chet Holmgren y Victor Wembanyama. No hay que comparar permanentemente a Chet Holmgren y Victor Wembanyama. No hay que comparar permanentemente a Chet Holmgren y Victor Wembanyama. No hay que comparar permanentemente a Chet Holmgren y Victor Wembanyama¡
Pero, s¨ª, voy a comparar a Chet Holmgren y Victor Wembanyama. Aunque solo sea porque el primero es la ¨²nica raz¨®n por la que no se puede dar ya por garantizado el premio de Rookie del A?o para el segundo (aqu¨ª no aplica la nueva regla del m¨ªnimo de 65 partidos que s¨ª hace de frontera para el MVP, el Defensor del A?o y los quintetos All NBA). Y, en todo caso, porque hay un hilo que me temo que los va a unir siempre. No son jugadores id¨¦nticos, pero s¨ª lo suficientemente parecidos cuando son a la vez tan distintos a todos los dem¨¢s. Holmgren no es un tipo de jugador calcado a Wembanyama, pero es algo al menos no demasiado diferente, que no es poco cuando buscamos c¨®mo ponderar y explicar al imposible alero-ala p¨ªvot-p¨ªvot franc¨¦s.
Holmgren promet¨ªa ser el unicornio definitivo, pero no ha tenido tiempo de ser antes de Wembanyama, el unicornio extraterrestre. Tiene 21 a?os por los 19 de Wemby, y lleg¨® a la NBA con el n¨²mero 2 del Draft de 2022 por el 1 de 2023 del franc¨¦s. Ese pick 2 fue una soluci¨®n intermedia (entre Paolo Banchero y Jabari Smith Jr): era el jugador con m¨¢s techo, el proyecto m¨¢s apasionante¡ pero tambi¨¦n el m¨¢s arriesgado por su particular perfil f¨ªsico. Para los agoreros fue una confirmaci¨®n de que el cielo iba a caer sobre las cabezas de estos nuevos unicornios impensables su lesi¨®n, en un pie y en agosto, defendiendo a LeBron James en una pachanga. La moraleja era que c¨®mo iba a aguantar la zurra de los 82 partidos de regular season en la NBA un interior de 2,13 y menos de 90 kilos. Pero es que ven¨ªa, un a?o despu¨¦s, uno de 2,24 y (entonces) tambi¨¦n menos de 90 kilos...
As¨ª que los dos han acabado debutando en la NBA en la misma temporada; los dos han demostrado por ahora que no son de porcelana, que se les puede quitar el precinto, sacar de la caja y jugar con ellos; Y los dos est¨¢n demostrando que pueden ser (deber¨ªan ser) dos de los jugadores m¨¢s importantes de la pr¨®xima NBA.

Wembanyama est¨¢ todav¨ªa verde, y seguramente eso es lo que m¨¢s asusta. Juega en unos Spurs sin base (y con experimentos raros de Gregg Popovich) y sin una bater¨ªa de tiradores de primera a su alrededor. No siempre recibe donde deber¨ªa (aunque su rango es infinito) y parece que lanza muchas suspensiones (aunque las mete) sin preocuparse demasiado por operar cerca del aro, donde cuesta imaginar c¨®mo podr¨ªa ser frenado. Su capacidad para driblar y generar juego provoca jugadas maravillosas pero tambi¨¦n p¨¦rdidas todav¨ªa extravagantes (y l¨®gicas: est¨¢ verde). Promedia 3,5 p¨¦rdidas por 1,8 asistencias. Es ¨²nico, capaz de todo y verdaderamente transformador, con capacidad para cambiar el baloncesto. Es el favorito para ser Rookie del A?o y es el jugador de su generaci¨®n que cualquier franquicia elegir¨ªa para construir su futuro. Todo eso est¨¢ claro y no parece, por ahora, discutible. Promedia 18,8 puntos, 8,5 rebotes y 2,4 tapones. Y ya ha hecho estragos serios desde un porcentaje que todav¨ªa parece muy bajo de su (ilimitado) potencial.
Holmgren es mayor, en muchas cosas est¨¢ m¨¢s pulido, se sabe de memoria el baloncesto USA (se crio en Minnesota y jug¨® en Gonzaga) y, esto es importante para el premio, est¨¢ teniendo un impacto gigantesco en un equipo que, a diferencia de los Spurs, pelea para estar en playoffs. 16,8 puntos, 7,9 rebotes, 2,6 asistencias (por dos p¨¦rdidas) con un 57,5% en tiros totales, un 55,6% en triples y un 90% en tiros libres. En el arranque de la temporada ya ha ense?ado lo que va a ser un arsenal recurrente y seguramente determinante: jugadas de una finura exquisita con la bola (fundamentos, recursos), intimidaci¨®n defensiva de elite, tiro exterior, pase¡ todo. Si cruzamos su excelente nivel, algo m¨¢s regular aunque con explosiones menos bomb¨¢sticas que las de Wembanyama, y su capacidad para ser importante en un equipo que quiere ser importante, es probable que Chet Holmgren sea, ahora mismo, el favorito (todav¨ªa en noviembre) para el premio de Rookie del A?o.
Y los Thunder, de hecho, est¨¢n dando la siguiente zancada competitiva despu¨¦s de rozar los puestos de play in el curso pasado. Su quinteto es ya uno de los mejores, y desde luego uno de los que tiene m¨¢s recorrido, de toda la NBA. Tanto que cuesta imaginar c¨®mo van, si marcha todo como parece, a retener a todos cuando vayan llegando las extensiones: Shai Gilgeous-Alexander (a un escal¨®n -o medio- de aspirante perenne a MVP), Josh Giddey, Lu Dort, Jalen Williams y Chet Holmgren. Ninguno supera los 25 a?os. El serbio Vasilije Micic es, de hecho, una excepci¨®n vetusta (30 a?os) en un equipo en el que apenas ara?a la rotaci¨®n, entre otras cosas porque tambi¨¦n ha tenido un prometedor inicio otro rookie, el guard Cason Wallace (20 a?os).
Holmgren ha tenido una entrada fulminante en un equipo que ya fue competitivo durante buena parte de la temporada pasada. En el que encaja en muchas cosas como un guante¡ pero en otras no. Rompe cierto acomodo en el small ball y se le exige una enorme responsabilidad reboteadora rodeado de jugadores de perfil menos interior. De hecho, seguramente el nuevo p¨ªvot eche de menos un cuatro de un perfil que no existe (?todav¨ªa?) en estos Thunder: duro, de pelea, defensa y trabajo sucio. Alguien que le limpie algunos fregados en las zonas (se le vio superado por Nikola Jokic¡ pero a qui¨¦n no) y le permita, adem¨¢s, dejar la principal asignaci¨®n en la defensa interior y hacer estragos como intimidador en las ayudas. Pero, en todo caso, su inicio de temporada est¨¢ siendo fabuloso. Una excelente noticia despu¨¦s de la lesi¨®n en el pie, el a?o en blanco¡ y la aparici¨®n de Wembanyama que, aunque no deber¨ªa, hab¨ªa sacado de foco su aterrizaje en la NBA. No deja de ser as¨ª, con matices y aunque no sea justo.
Me aplico de hecho la penitencia y sigo por donde empec¨¦: no hay que comparar permanentemente a Chet Holmgren y Victor Wembanyama. No hay que comparar permanentemente a Chet Holmgren y Victor Wembanyama. No hay que¡
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