¡°La de Dallas fue la noche en la que Doncic se convirti¨® definitivamente en un ¡®laker¡¯¡±
Las reacciones al Mavericks-Lakers apuntan a la uni¨®n en el vestuario de los angelinos, que arroparon al esloveno en el partido m¨¢s emocional de su carrera.


JJ Redick, el entrenador de los Lakers, brome¨® despu¨¦s de que Luka Doncic rubricara la noche m¨¢s emocional de su carrera deportiva con una actuaci¨®n majestuosa (45 puntos, 8 rebotes, 6 asistencias, 4 robos, un 7/10 en triples...). Los Lakers ganaron en el regreso del esloveno a Dallas, un partido marcado a fuego en todo los calendarios de la NBA desde el 2 de febrero, cuando se consum¨® el, seguramente, traspaso m¨¢s s¨ªsmico de toda la historia. ¡°Estoy algo decepcionado con ¨¦l, pensaba que iba a meter 50¡±, dijo un Redick de excelente humor. Sus Lakers ganaron, enterraron definitivamente el fantasma del play in y dieron un paso de gigante hacia la tercera plaza del Oeste. La ventaja de campo en primera ronda.
Pero hab¨ªa algo m¨¢s. La actitud de sus jugadores, las emociones de la noche, la gesti¨®n en el vestuario... Redick entendi¨® que no hab¨ªa sido ni mucho menos un partido m¨¢s. Era obvio, pero tambi¨¦n lo fue, a posteriori, que en el American Airlines Center de Dallas hab¨ªa surgido algo. Un v¨ªnculo, una uni¨®n que veremos si no sirve para algo m¨¢s, si no es el inicio de algo importante para un equipo que est¨¢ a las puertas de los playoffs: ¡°Greg St Jean (uno de sus asistentes) me dijo que esto iba a ser excepcional para el grupo. Que los dem¨¢s estuvieran al lado de Luka en un momento as¨ª y que Luka sintiera tambi¨¦n eso, que lo compartiera con ellos. ?Significa eso que ahora vamos a ganar el t¨ªtulo o a llegar a la final del Oeste? No lo s¨¦ Pero fue un momento incre¨ªble para todos¡±.
Mientras el esloveno vivi¨® una catarsis necesaria, pas¨® una jornada que ten¨ªa entre ceja y ceja desde hac¨ªa m¨¢s de dos meses, y los Lakers salieron revitalizados de un partido importante por muchos factores, los Mavericks dieron sensaci¨®n de franquicia encallada, en una ruina social y espiritual a la que no se adivina final. No mientras sigan en el equipo, y por ahora no hay rumores de cambios, todos los que participaron de una manera u otra en la salida de Doncic: el mandam¨¢s Patrick Dumont, el entrenador Jason Kidd y Nico Harrison, el ejecutivo que se ha convertido en el enemigo n¨²mero 1 en Dallas y que se pas¨® el partido en la entrada de uno de los t¨²neles, sin hacer casi ning¨²n movimiento, lo m¨¢s oculto posible y sin cambiar el gesto mientras arreciaban los gritos de ¡°Fire Nico¡± y las c¨¢maras del pabell¨®n hac¨ªan virguer¨ªas para no enfocar la multitud de pancartas y camisetas con mensajes contra ¨¦l.
A Dallas Mavericks fan quickly tried to sneak a shirt that said ¡°Nico sucks, Luka we miss you¡± during the karaoke cam, but they quickly panned away. pic.twitter.com/9mckOhlrR0
— Noah Weber (@noahweber00) April 10, 2025
Jason Kidd, por su parte, eligi¨® (y no es la primera vez) una v¨ªa muy poco cre¨ªblemente racional: ¡°Los traspasos suceden. Esto no fue el primero y no ser¨¢ el ¨²ltimo. Alguien lo ha comparado al de Babe Ruth lo que creo que es algo genial¡±. ?Genial? Aquel traspaso de Babe Ruth, en 1919, ha sido considerado durante d¨¦cadas el m¨¢s infame de la historia del deporte profesional estadounidense. Ruth fue enviado de Boston Red Sox a New York Yankees a cambio de 100.000 d¨®lares porque el propietario de los de Massachussets quer¨ªa cash para financiar una obra de Broadway, por entonces un negocio m¨¢s lucrativo que el b¨¦isbol. De hecho, los 86 a?os (hasta 2004) que se pasaron sin ganar el t¨ªtulo en la MLB los Red Sox recibieron el nombre de ¡°la maldici¨®n del Bambino¡±.
Un enorme agujero econ¨®mico en Dallas
Las consecuencias en Dallas no est¨¢n siendo solo emocionales, claro. El ¨²ltimo art¨ªculo de Tim MacMahon, en ESPN, sobre el estado de los Mavericks tras el cataclismo Doncic habla de un coste financiero descomunal, un suicidio tambi¨¦n econ¨®mico. ¡°Las p¨¦rdidas van a ser de nueve cifras, cientos de millones de d¨®lares en los pr¨®ximos a?os. La asistencia a los pabellones se ha reducido, abonados est¨¢n anulando las renovaciones de sus localidades, se vende mucho menos merchandising, algunos sponsors est¨¢n rompiendo sus acuerdos con la franquicia tras el traspaso..¡±. Una situaci¨®n desastrosa en la que no ha ayudado una gesti¨®n p¨¦sima en la que, por ahora, apenas se ha cerrado ninguna herida.
Dan Woike, en Los Angeles Times, elige centrarse en los efectos que un d¨ªa as¨ª, pocas veces visto en la historia del deporte, puede tener para los Lakers. Sucedieron muchas cosas: Doncic, porque no era un partido cualquiera a domicilio, no se traslad¨® al pabell¨®n en el autob¨²s del equipo. Lo hizo en su Apocalypse Hellfire, una especie de tanqueta de seis ruedas. Fuera del pabell¨®n, un bar vend¨ªa chupitos por 7,77 d¨®lares, en referencia al n¨²mero 77 de Doncic que hizo tambi¨¦n, por ejemplo, que un corredor diera 77 vueltas al American Airlines Center para recaudar fondos destinados a la fundaci¨®n del base esloveno. Muchos aficionados eligieron no ponerse las camisetas ¡°oficiales¡± que hab¨ªan puesto los Mavs en cada asiento y que llevaban el mensaje gracias por todo en esloveno: Hvala za vse. En lugar de eso, los hab¨ªa con camiseta con el 77 pero de los Lakers, con otras que llevaban mensajes contra Harrison...
Welcome back Luka pic.twitter.com/Vi4PxlTkF3
— Dallas Texas TV (@DallasTexasTV) April 9, 2025
¡°?El momento de Doncic? Se convirti¨® en un momento de los Lakers como grupo. Lloraron las mismas l¨¢grimas, tuvieron las mismas emociones, celebraron juntos al final que ya estaban en playoffs...¡±, escribe un Woike que se para, tambi¨¦n, en el abrazo de LeBron a Doncic cuando acab¨® el partido. El 23 sab¨ªa que era un d¨ªa trascendental: ¡°He pasado por muchos momentos distintos en mi carrera. He jugador contra exequipos, contra jugadores que han sido antes mis compa?eros... me han jaleado, me han abucheado, de todo, lo he visto todo. Y lo ¨²nico que no puedes infravalorar son los sentimientos de la persona implicada, el lado humano. Para Luka, para m¨ª, para todo el equipo. Estar con ¨¦l, compartir todo eso con ¨¦l, ayudarle a ganar... es otro paso importante en mi viaje¡±. Austin Reaves dej¨® una opini¨®n similar: ¡°El entrenador nos dijo despu¨¦s que se hab¨ªa puesto a llorar cuando vio a Luka llorando. Greg St Jean tambi¨¦n llor¨®... yo ni quer¨ªa mirar a Luka porque solo con mirar hacia el techo ya ten¨ªa escalofr¨ªos. Todos en el vestuario est¨¢bamos igual. Creo que esto ha dejado claro cu¨¢nto nos preocupamos los unos por los otros en ese vestuario¡±.
Y Doncic agradeci¨® la cercan¨ªa de toda la comitiva laker: ¡°Todos me apoyaron, fue algo muy bonito porque estamos intentando construir algo especial en este equipo¡±. Briand Windhorst, otra de las grandes voces de ESPN, lo resumi¨® por su parte as¨ª: ¡°Puede parecer una paradoja, pero para m¨ª esa fue la noche en la que Doncic se convirti¨® en un laker. Su equipo se dedic¨® en cuerpo y alma a arroparle y ayudarle, a protegerle. No era un ambiente hostil, claro, como en otros regresos de jugadores a su antigua ciudad. Pero eso no significa que Doncic no se sintiera vulnerable. De hecho, nunca ha sido tan vulnerable en toda su carrera. ?l lo sab¨ªa, y todo lo que pas¨® estrech¨® much¨ªsimo los lazos del equipo. Doncic seguir¨¢ teniendo su car¨¢cter, y sus l¨ªos con los ¨¢rbitros y todo lo dem¨¢s, pero su conexi¨®n con los compa?eros cambi¨® la noche del mi¨¦rcoles. Fue un d¨ªa fundacional, uno que ser¨¢ recordado como crucial en lo que acabe pasando en el futuro de los Lakers¡±.
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