Kyrie Irving resucita a Kyrie Irving
La estrella escapa de los errores (y horrores) de los ¨²ltimos a?os, especialmente fuera de las pistas, y se reivindica como un jugador generacional, hist¨®rico.
Kyrie Irving siempre ha sido un jugador de dif¨ªcil an¨¢lisis. Pocos deportistas han ido tanto de la mano de la ambivalencia como ¨¦l. El camino que ha recorrido siempre ha sido de puntillas, por esa fina l¨ªnea que separa el bien del mal. Por eso es tan dif¨ªcil hablar de su persona sin entrar en juicios, opiniones sesgadas o frases tan manidas como originales. Siempre hay una de cal y otra de arena para un hombre carism¨¢tico en su ambig¨¹edad, extra?o en sus formas, con barreras en su fondo. Es complicado saber c¨®mo es realmente, qu¨¦ pasa por su cabeza o qu¨¦ piensa de seg¨²n qu¨¦ temas. Y, al mismo tiempo, es casi imposible discernir lo que hay en el alma de alguien que tiene una capacidad enorme para poner a la opini¨®n p¨²blica en su contra, pero que al mismo tiempo enamora cada vez que salta a una pista de baloncesto para hacer lo que mejor sabe. Driblar, botar, anotar. Levitar como un ¨¢ngel, uno que ha ca¨ªdo a los infiernos y ahora emerge de nuevo para consolidarse como lo que es: una estrella hist¨®ricamente buena, un jugador generacional. Un h¨¦roe.
Siete a?os despu¨¦s, Kyrie vuelve a las Finales. Son las cuartas de su carrera tras disputar tres con los Cavaliers, a la vera de LeBron James, con ese triple hist¨®rico sobre Stephen Curry en 2016 que permiti¨® al Rey lucir su corona y presumir de cumplir la mayor de las promesas, la del anillo para la franquicia de Ohio. El premio m¨¢s grande para el mercado m¨¢s peque?o. Siete a?os despu¨¦s, Irving ha superado la segunda ronda de playoffs, de la que no pasaba desde que sali¨® de Cleveland para escapar de la inabarcable sombra de su compa?ero, todav¨ªa en activo, mirando al horizonte de los 20 a?os y las 22 temporadas en la NBA. Siete a?os en los que Kyrie ha estado a las duras y a las maduras, torpedeando su propia reputaci¨®n como si le fuera la vida en ello. En el pozo, con todo el mundo en su contra, ingresando mucho dinero, demostrando poco en pista y cometiendo errores fuera de ella. Errores y horrores, que es lo que ha protagonizado el base en su eterna lucha contra s¨ª mismo. En todo este tiempo ha sido su peor enemigo. Y siempre se ha mantenido fiel a un extra?o modus operandi que le ha hundido en el pozo m¨¢s hondo.
Por eso su retorno a las Finales tiene un poder narrativo tan grande. Enorme, de hecho. Con un posible cierre de c¨ªrculo incluido: no en vano, los Celtics son ese equipo al que se fue cuando abandon¨® los Cavs, ese proyecto que casi hundi¨® tras desmanes totales y promesas de renovaci¨®n que nunca llegaron. Desde entonces, se convirti¨® en el enemigo p¨²blico n¨²mero 1 en el estado de Massachusetts. Su sonada salida a los Nets, dando plant¨®n a los Knicks y pactada entre bambalinas con Kevin Durant, no hizo m¨¢s que seguir da?ando su figura, cada vez m¨¢s mermada. Y el bajo nivel deportivo demostrado en ambos proyectos, especialmente en los momentos claves y con las semifinales de Conferencia como ¨²nico y solitario techo, no hizo m¨¢s que aumentar esa idea de que Irving hab¨ªa dejado atr¨¢s sus mejores d¨ªas, que no pod¨ªa ejercer de l¨ªder y que s¨®lo hab¨ªa conseguido destacar al lado de LeBron James y su eterna leyenda.
Los desmanes fuera de pista
La situaci¨®n empeor¨® m¨¢s todav¨ªa con los constantes desmanes que el jugador protagoniz¨® fuera de las pistas. Lo de que la tierra era plana hizo m¨¢s gracia que otra cosa, pero su negacionismo con el coronavirus y su posici¨®n antivacunas, incluida la celebraci¨®n de un cumplea?os desapareciendo de la din¨¢mica de los Nets cuando los grupos de gente no eran recomendables y Steve Nash no ten¨ªa ni idea de donde estaba su jugador, fueron demasiado punitivos. Su bajada a los infiernos fue gradual, entre otros motivos por la justificaci¨®n constante que hizo de su posici¨®n. De repente, no importaba la casa que le hab¨ªa comprado a la viuda de George Floyd ni su defensa de las personas racializadas, La comunidad negra en Estados Unidos, m¨¢s pobre y con menos acceso sanitario, se ve¨ªa claramente comprometida. Y voces como la de Kareem Abdul-Jabbar, entre otras, fueron muy duras con el comportamiento del base.
La joya de la corona no tard¨® en llegar. La recomendaci¨®n de un documental basado en un libro antisemita destroz¨® definitivamente su reputaci¨®n en medio de una temporada deportivamente triste, con su llegada a los Mavericks y el tanking de final de la temporada pasada por parte de la franquicia. Nike rompi¨® sus acuerdos comerciales con el base y en varios sectores de Estados Unidos, un pa¨ªs con 8 millones de jud¨ªos y muy vinculado comercialmente a Israel se pidi¨® su suspensi¨®n por parte de la NBA. De nada sirvieron los 27 puntos por partido promediados en una temporada en blanco. Del terraplanismo se pas¨® a una posici¨®n antivacunas. Del ¡°no soy muy listo¡±, a un apoyo inexplicable en redes sociales que termin¨® por hundir a una persona que parec¨ªa empe?ada en hundirse a s¨ª misma. La gente ya no se acordaba del triple sobre Curry y s¨ª de sus vaivenes en Celtics y Nets, la peor cara del empoderamiento del jugador y los millones que cobraba para su intermitente nivel en pista, adem¨¢s con demasiadas lesiones. Y todo se vino abajo.
Una redenci¨®n imposible
El camino hacia la reivindicaci¨®n ha llegado de la mano del de la redenci¨®n. Picando piedra, encerr¨¢ndose en s¨ª mismo, evitando declaraciones confusas con la prensa y dedic¨¢ndose a jugar al baloncesto. En Dallas todo el mundo se acordaba de Jalen Brunson y ya nadie lo hac¨ªa del mejor Irving. Eso hab¨ªa quedado atr¨¢s, enterrado en el recuerdo de malas decisiones que dejaron en el pozo cualquier otra cosa que pudiera hacer el base. Pero, poco a poco, las cosas empezaron a mejorar: los Mavericks estaban bien, con altibajos, pero sumando victorias y estableci¨¦ndose en la parte media de la Conferencia Oeste. Y los movimientos de la franquicia en el mercado de febrero, primero celebrados y a la postre m¨¢s que acertados, dieron otra cara a la franquicia texana, que empez¨® a sumar victorias y a ver una versi¨®n de Kyrie que hac¨ªa mucho que nadie ve¨ªa y que ya casi nadie imaginaba.
Del 7 de marzo al 10 de abril, los Mavericks sumaron 16 victorias en 18 partidos. En todo ese tramo, abandonaron la incomodidad de la zona del play in y se colocaron de forma merecida en el quinto puesto, que ten¨ªan asegurado a dos jornadas del final sin acceso al cuarto, ocupado por los Clippers. Esto permiti¨® cierto descanso de cara a una ronda ante un viejo conocido para los Mavs un equipo al que hab¨ªa eliminado en 2020 y 2021. Kyrie, que en toda esa racha se fue a 26 puntos, por encima del 50% en tiros de campo y del 40% en triples, estaba en forma. Hab¨ªa dejado atr¨¢s una primera parte de la temporada irregular en lo f¨ªsico: se perdi¨® 22 de sus 24 partidos de este curso durante ese tramo, siendo los dos ¨²ltimos los que cerraban la regular season y en los que no se jugaban nada. De repente, estaba bien, listo para la pelea. Y as¨ª lo demostr¨®. Antes de eso, en regular season, se fue a n¨²meros totales de 25,6 tantos, 5 rebotes y 5,2 asistencias. Y con unos porcentajes de lanzamiento (casi el 50% y un 41% en triples) sencillamente espectaculares.
La fiesta sigui¨®: en primera ronda, se fue a 26,5 tantos y por encima del 44% en triples, pasando los Mavs por encima de los Clippers (4-2). Ante los Thunder (otro 4-2) estuvo mas discreto y se qued¨® en 15,7, pero superando el 42% en triples. Y ante los Timberwolves ha sido sencillamente esencial: 30, 20, 33 y 16 puntos en los cuatro primeros partidos... y 36 en el quinto, en el que no ha cometido con ninguna p¨¦rdida de bal¨®n, ha conseguido que los Mavs se vayan a un +17 con ¨¦l en pista. Y 4 rebotes, 5 asistencias, 14 de 27 en tiros de campo, 4 de 10 en triples y 4 de 4 en tiros libres. Todo ello para llegar a sus primeras Finales sin LeBron James, las cuartas de su carrera, algo que de repente si recuerda la gente. De eso y de que estamos hablando de un talento generacional, ¨²nico. Con una capacidad ofensiva hist¨®ricamente buena. Y que tiene una carrera llena de ¨¦xitos a pesar de no haber conseguido ni un solo voto para el MVP de la temporada. Iron¨ªas (siempre las hay) del destino. Algo que tiene que dar igual: al fin y al cabo, Kyrie tiene m¨¢s talento en la u?a del dedo ¨ªndice de su pie izquierdo que el resto de la NBA junta. Que las hip¨¦rboles tambi¨¦n valen, oye.
Lo que fue y lo que ser¨¢
De Kyrie se han dicho muchas cosas y no todas buenas, pero si alguna. En los presentes playoffs, dada su excelente asociaci¨®n con Doncic (el reparto de tiros, la complicidad, el tiempo de bote de ambos), Stan Van Gundy ha asegurado que se trata de la mejor pareja ofensiva exterior de la historia. Hace unos a?os, Rick Carlisle dijo que era el jugador que mejor botaba el bal¨®n de la historia de la NBA. Y, dentro de todo lo que ha sido, ahora vuelve a emerger la mejor parte de su reputaci¨®n, tanto en pista como fuera de ella, con su apoyo constante a causas sociales o a Palestina, inmersa en un conflicto b¨¦lico procedente de la invasi¨®n de Israel. Se ha mantenido a raya de comentarios insidiosos y afirmaciones cuestionables para dedicarse a jugar al baloncesto y consiguiendo que se hable m¨¢s de su capacidad en pista que de otra cosa. Y todo ello, dado su pasado reciente, es decir mucho para un jugador que pas¨® del todo a la nada... y ahora vuelve a resurgir de sus cenizas, dando a las pavesas sabores a fresas y recogiendo los sue?os que paseaban por cualquier acera.
El premio m¨¢ximo, el anillo, se presenta otra vez ante un Irving que coleccionaba Finales junto a LeBron y desapareci¨® de la pelea tras separarse de su viejo compa?ero. A?os tumultuosos de dolores y quebraderos de cabeza que llegan a su final antes de la batalla definitiva, una de una narrativa cautivadora. La que acompa?a siempre a Kyrie, que se ver¨¢ las caras contra el equipo al que prometi¨® hacer campe¨®n pero dej¨® hecho a?icos. Con Jayson Tatum y Jaylen Brown enfrente. Llega con 31 a?os, como uno de los m¨¢s veteranos de ambos equipos y el ¨²nico en haber conquistado el anillo junto a Markieff Morris (que no ha jugado en todos los playoffs) y Jrue Holiday (que s¨ª). De repente, ya no es el hombre que caus¨® estragos de cara a la opini¨®n p¨²blica. Ahora, es ese que ha pasado de villano a h¨¦roe. De estrellado a estrella de nuevo. De vilipendiado a ¨²nico. Kyrie Irving resucita a Kyrie Irving. Y, de repente, la gente ya no se acuerda tanto de lo malo y s¨ª de ese triple sobre Stephen Curry en 2016 que dio a los Cavaliers el anillo prometido y sentenci¨® a la franquicia de las 73 victorias. Por lo que sea.
.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrar¨¢s todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del d¨ªa, la agenda con la ¨²ltima hora de los eventos deportivos m¨¢s importantes, las im¨¢genes m¨¢s destacadas, la opini¨®n de las mejores firmas de AS, reportajes, v¨ªdeos, y algo de humor de vez en cuando.