Jimmy Butler jugar¨¢ con Curry

Acab¨® la saga de Jimmy Butler, que ha conseguido salir de Miami Heat y puede terminar con sus boicots y suspensiones (tres desde que empez¨® a intentar desesperar a Pat Riley y Erik Spoelstra). El alero jugar¨¢ en Golden State Warriors, as¨ª que no ha conseguido salirse del todo con la suya, porque la suya era irse a Phoenix Suns. Pero desde luego no se quejar¨¢. Como parte del acuerdo, anular¨¢ su player option de 52 millones para la pr¨®xima temporada y firmar¨¢ una extensi¨®n de dos a?os y casi 112 con los Warriors. Ese m¨¢ximo que los Heat no le quisieron dar en verano y que, sumada la reprimenda p¨²blica de Pat Riley por hablar m¨¢s de lo que hab¨ªa jugado en el tramo final de temporada, abri¨® unas puertas inevitables al divorcio entre la franquicia de South Florida y el jugador que la hab¨ªa personificado, la leyenda de la Heat culture, en los ¨²ltimos a?os.

As¨ª que tenemos otro gran traspaso antes del cierre de mercado de hoy (21:00, hora espa?ola: tal y como est¨¢ la cosa, habr¨¢ que estar muy atentos), una bomba que palidece al lado de la que pudo haber puesto patas arriba una NBA que todav¨ªa no se ha recuperado del asuntillo Luka Doncic. Porque durante unas horas, el regreso de Kevin Durant a los Warriors (hace unas semanas apenas una teor¨ªa estrafalaria) estuvo muy cerca. Una negociaci¨®n de m¨¢ximo nivel (Warriors-Heat-Suns) acerc¨® a KD otra vez a la Bah¨ªa (donde fue campe¨®n en 2017 y 2018: la c¨²spide de, seguramente, el mejor equipo de la historia) en una operaci¨®n que iba a llevar a Butler a Phoenix Suns, el destino que ¨¦l hab¨ªa elegido como su favorito. Pero la cosa se fue al traste porque Kevin Durant no quiso saber nada de un regreso a los Warrriors y porque los Suns se pasaron semanas con las manos atadas, en su amor rec¨ªproco con Butler, por la cl¨¢usula antitrapaso de Bradley Beal. El escolta, una gran decepci¨®n de m¨¢s de 50 millones al a?o en Arizona, no quer¨ªa ser traspasado y se acogi¨® a ese asterisco de su contrato que es un lujo que pocos jugadores tienen y que sac¨® a los Suns del gran tablero en otro traspaso muy sonado.

Detroit Pistons y Utah Jazz entraron en una operaci¨®n que, las cosas de la NBA, pill¨® a todos los equipos jugando en sus compromisos de la noche del mi¨¦rcoles. El que quiera, puede ver a un aficionado informando del traspaso a los jugadores de los Heat, por ejemplo. Warriors y Jazz estaban a punto de jugar en Salt Lake City cuando se hizo p¨²blica la noticia. Con un tajo tremendo en la rotaci¨®n, el equipo visitante tuvo que gestionar adem¨¢s la despedida expr¨¦s de Andrew Wiggins, una pieza importante del vestuario y una de las claves del ¨²ltimo anillo, el de 2022. Steve Kerr reuni¨® a la plantilla en un vestuario que permaneci¨® cerrado durante el tramo habitualmente abierto para los medios y despu¨¦s apareci¨® cabizbajo en la pista, para el calentamiento.

Cuatro equipos implicados en la operaci¨®n

Este es, finalmente, el traspaso que cierra el (?pen¨²ltimo?) culebr¨®n Jimmy Butler y cambia la fisonom¨ªa de unos Warriors que no iban a ning¨²n sitio en su actual formato: Butler se va a San Francisco con la citada extensi¨®n m¨¢xima (112 millones por dos temporadas debajo del brazo); Miami Heat recibe a Andrew Wiggins, Kyle Anderson (que en principio iba a ser redirigido a Toronto Raptors pero que, al menos por ahora, seguir¨¢ en Florida), PJ Tucker (desde Utah Jazz) y la primera ronda de 2025 de los Warriors con protecci¨®n top 10. Los Jazz se hacen con un Dennis Schr?der que fue traspasado en diciembre de Brooklyn a la Bah¨ªa de San Francisco, y que acaba de quejarse amargamente del sistema de mercado de la NBA, y se quedan con la segunda ronda de 2031 de los Heat. Y los Pistons, que aparecen donde se necesite a un equipo que pueda absorber contratos para mover engranajes, tendr¨¢ en n¨®mina a Josh Richardson y Lindy Waters.

Los Warriors, que comenzaron la temporada 12-3 pero se manejan en torno al 50% de victorias y peleando para no caer fuera incluso de la zona de play in, necesitaban hacer algo para que se hiciera oficial que no ten¨ªan m¨¢s plan que dejar correr el prime de Stephen Curry, un jugador generacional que cumplir¨¢ 37 a?os el pr¨®ximo mes, cuando Draymond Green llegar¨¢ a 35, los mismo que tiene un Butler que, con su extensi¨®n, alinea su contrato con ellos: los tres terminar¨¢n en 2027. El equipo pierde rotaci¨®n y cambia de formato, ya sin la profundidad que tanto quiso vender como su piedra filosofal en octubre, y sigue en el mercado: Nikola Vucevic es el objetivo para hoy, con rondas todav¨ªa por traspasar y contratos de jugadores ya solo importantes en lo emocional como Kevon Looney y Gary Payton II.

Butler es un riesgo que los propios Warriors filtraron hace semanas que no quer¨ªan correr: veterano, con un largo historial de lesiones, que en las dos ¨²ltimas temporadas ha parecido en cuesta abajo, armado ahora con una extensi¨®n de contrato m¨¢xima y con un historial en el que hay ya salidas complicadas de cuatro equipos (Bulls, Wolves, Sixers, Heat). En Miami (lleg¨® en 2019) ha sido dos veces all star y tres All NBA, y llev¨® a dos Finales (perdidas: 2020 y 2023) a un equipo que no deber¨ªa estar all¨ª. Es ultra competitivo y, si responden las piernas, pondr¨¢ defensa y jugadas ganadoras en unos Warriors que eran b¨¢sicamente la nada m¨¢s all¨¢ de Curry. Pero lleva, el reverso de la moneda, desde la temporada 2018-19 sin llegar a 65 partidos jugados y esta temporada marcha en su anotaci¨®n m¨ªnima (17 puntos) desde 2014, su tercer a?o en la liga.

Los Warriors, una vez fracasado su gran apuesta (Durant), optaron por el plan B, el p¨¢jaro en mano. Y han conseguido retener a j¨®venes como Jonathan Kuminga (del que se sigue esperando algo que no se sabe si podr¨¢ dar) o Brandin Podziemski. Andrew Wiggins se marcha a Miami con el anillo de 2022, en el que jug¨® un papel crucial como secundario de lujo, y todav¨ªa 29 a?os, seis menos que Butler. El n¨²mero 1 del draft de 2014, un aspirante a megaestrella que nunca se acerc¨® siquiera a ese techo, es un premio de consolaci¨®n para unos Heat que habr¨¢ que ver qu¨¦ hacen con Kyle Anderson y con un PJ Tucker que ya jug¨® all¨ª pero que parece ya totalmente agotado como opci¨®n NBA viable (en mayo, 40 a?os). Adem¨¢s, y si no pasa nada muy raro, la primera ronda que se han llevado de los Warriors (protecci¨®n top 10 en 2025 que pasar¨ªa a ser protecci¨®n top 10 en 2026) deber¨ªa dejarles con un pick en alg¨²n lugar en torno a las elecciones 13-20. M¨¢s ayuda para lo que ya es definitivamente el nuevo n¨²cleo duro: Tyler Herro-Bam Adebayo. No es una gran operaci¨®n ni un retorno ¨®ptimo por un jugador como Butler, pero visto como estaban las cosas y las urgencias que ten¨ªan por solucionar un caso que estaba corroyendo al vestuario, en Miami pensar¨¢n que mucho ayuda el que no estorba y lo dar¨¢n por bueno.

Los Jazz se llevaron a Schr?der, como ayuda para los j¨®venes o como pieza para redirigir otra vez hoy (o para enviar despu¨¦s al mercado de buyouts) y una segunda ronda, y los Pistons pescan, sin ning¨²n riesgo, a un tirador como Lindy Waters III y a un guard robusto como Josh Richardson.

P¨²blico ya el traspaso, Jazz y Warriors jugaron un partido extra?o, anticlim¨¢tico por las circunstancias y que acab¨® siendo otra piedra en el zapato de unos Warriors que perdieron (131-128) cuando ten¨ªan la victoria en la mano (les ha pasado varias veces esta temporada) y llegan al partido 50 del curso, la noche de Jimmy Butler, en el 50% exacto de victorias (25-25). Era un papel¨®n jugar en pleno terremoto por el traspaso de los Heat, pero el rival era propicio (unos Jazz que quedan ahora en 12-37) y la situaci¨®n parec¨ªa controlada: 111-122 a tres minutos del final. Pero recibieron 20 puntos en esos 180 ¨²ltimos segundos y perdieron, a pesar de un par de canastas de un Stephen Curry que no pudo ser salvador (fall¨® la ¨²ltima que tuvo, a doce segundos del final) y que jug¨® m¨¢s de 35 minutos en primera noche de back to back, antes de visitar hoy a unos Lakers que todav¨ªa no tendr¨¢n en pista a Luka Doncic.

Curry acab¨® con 32 puntos y 7 asistencias (muchos tiros: 12/31) en una versi¨®n de m¨ªnimos de los Warriors en la que aportaron Podziemski (29 puntos) y Buddy Hield (18). Los Jazz se dieron un gustazo con 31 puntos de Jordan Clarkson, 20 y 11 asistencias de Isaiah Collier, 19 de John Collins, 15 con 18 rebotes de Walker Kessler y 26 con 6 asistencias de Keyonte George.

Ingram, traspasado a los Raptors

Los Pelicans, metidos en su temporada del infierno (12-39 ahora, ya el peor equipo del Oeste), perdieron de forma estrepitosa en Denver (144-119), aplanados por Nikola Jokic (38 puntos, 8 rebotes, 10 asistencias) y una noche iluminada de Michael Porter Jr (39 puntos, 12 rebotes, 5/9 en triples). Otro mal d¨ªa, es en realidad uno detr¨¢s de otro, para unos Pelicans que, mientras se jugaba el partido, al menos resolvieron su patata caliente antes del cierre de mercado: Brandon Ingram ya no ser¨¢ su problema, se marcha traspasado a Toronto Raptors un d¨ªa despu¨¦s de que la salida hacia Oklahoma City de Daniel Theis, movimiento de perfil bajo, sacara a la franquicia del pago de impuesto de lujo. Sigue sin hacerlo en toda su historia, el gran ¨¦xito personal (o eso parece) de la familia Benson.

Si no era traspasado antes del cierre de mercado, Ingram iba a irse de Nueva Orleans sin dejar nada a cambio, como agente libre sin restricciones en verano. As¨ª que los Pelicans, que negociaron tambi¨¦n con los Hawks despu¨¦s de meses de b¨²squeda infructuosa de un acomodo para el alero, acabaron cerrando un acuerdo en m¨ªnimos con los Raptors: se llevan, para rellenar salarios, a Bruce Brown, Kelly Ollynyk y, lo m¨¢s interesante, una primera ronda de draft (de los Pacers en 2026, con protecci¨®n top 4) y una segunda ronda. ?Menos es nada? Eso pensar¨¢n en Luisiana.

Los Raptors arriesgan poco, aunque meten en juego esa primera ronda de los Pacers, y prueban a ver qu¨¦ pasa con un Ingram de 27 a?os y que buscaba un contrato de s¨²per estrella que nadie parece muy dispuesto a darle, desde luego no unos Pelicans que ya hab¨ªan dejado claras sus preferencias salariales (Zion Williamson, CJ McCcollum, Trey Murphy, Herb Jones, el traspaso por Dejounte Murray...). Desde julio, pod¨ªan haber firmado al alero, que llev¨® en 2019 como parte del pack de los Lakers por Anthony Davis, una extensi¨®n de cuatro a?os y m¨¢s de 207 millones. Ahora son los Raptors los que tendr¨¢n que manejar este delicado asunto: Ingram se sigue viendo como una estrella y quiere cobrar como tal, pero su rendimiento y su estilo de juego no parecen en ese rango, no en esta NBA mucha m¨¢s restrictiva con el gasto desde el estreno del nuevo convenio.

Si Ingram juega (lleva lesionado desde el 7 de diciembre, un problema serio de tobillo), convence y mezcla bien con el n¨²cleo de reconstrucci¨®n que lideran Immanuel Quickley, RJ Barrett y Scottie Barnes, ser¨¢ cuesti¨®n de que franquicia y reci¨¦n llegado decidan, en verano, la cifra de su nuevo contrato. Si no, Ingram podr¨¢ elegir otro destino. Esta temporada solo ha jugado 18 partidos (22,2 puntos, 5,6 rebotes, 5,2 asistencias) con buena producci¨®n num¨¦rica. Pero su problema nunca ha sido ese. Lo suyo es una cuesti¨®n de adaptar su juego a la NBA moderna, de hacer las peque?as cosas que van m¨¢s all¨¢ de jugar con esp¨ªritu de primera espada y, en su estancia en los Pelicans, de encajar con el otro pez gordo: ¨¦l y Zion Williamson, lesi¨®n tras lesi¨®n, solo han jugado juntos en 154 partidos durante cinco a?os y medio. Escasa muestra pero con resultados muy poco convincentes: suspenso en qu¨ªmica. Ingram s¨ª fue una vez all star en NOLA y en sus ya nueve temporadas en la NBA solo ha pasado una vez de 65 partidos. Y fue, adem¨¢s, en su curso rookie, con los Lakers.

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