?Hay vida para los Warriors? Exhibici¨®n de Curry y bochorno de Embiid

Las dinast¨ªas siempre caminan de puntillas por una l¨ªnea muy fina, intentando mantener un equilibrio que no terminan de sostener ni controlar, con muchas aristas y condicionantes que pueden precipitar su final y muy pocas cosas que realmente dependan de uno mismo. Es lo malo del deporte, tambi¨¦n de la vida. Que, en realidad, casi nada est¨¢ en nuestra mano y se manejan muchos y muy variados factores cuyo resultado viene m¨¢s de la mano del azar y del destino (para el que crea en esas cosas). Por eso es tan raro que los Warriors hayan aguantado tanto tiempo vivos, en liza, siendo competitivos. Casi una d¨¦cada desde que en verano de 2014 despidieron a Mark Jackson y ficharon a Steve Kerr. Desde entonces, el martillo pil¨®n se extendi¨®, no solo por toda la Conferencia Oeste, tambi¨¦n por toda la NBA: cinco Finales consecutivas con tres anillos, 73 victorias en una temporada (r¨¦cord hist¨®rico), un peque?o baj¨®n fruto de las despedidas de los que se apuntaron al barco cuando ya estaba en marcha (Kevin Durant) y una leve resurrecci¨®n para volver a conquistar el anillo, el cuarto de toda una dinast¨ªa. La ¨²ltima que ha visto la NBA en su larga historia. Una que afronta ahora su triste final.

Al menos, de forma aparente, ya que con los Warriors no se puede dar nada por sentado. Eso s¨ª, a pesar de la victoria ante los Sixers (119-107), no se puede decir que haya esperanza para ellos, por mucho que el ¨²ltimo milagro pueda suceder: estamos hablando de jugadores generacionales, hist¨®ricos, m¨¢gicos. Si alguien puede, son ellos. Pero la situaci¨®n es compleja: 20-24, en el puesto 12 de la Conferencia Oeste, pero con sendas derrotas de Lakers y Jazz en la misma jornada (24-25 para ambos), lo que les deja a menos de dos partidos de ventaja para entrar en el play in. Entre medias, los Rockets (22-24), a los que tambi¨¦n tendr¨¢n que superar. No es que sea la mejor situaci¨®n del mundo (est¨¢ a a?os luz de serlo), pero dadas las circunstancias parece tanto un premio inmerecido como una oportunidad para ver el ¨²ltimo acto de competitividad de Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green y el entrenador Steve Kerr. Un ¨²ltimo baile, por qu¨¦ no, para intentar disputar los ¨²ltimos playoffs y darse el homenaje final antes del obligado desmantelamiento de una dinast¨ªa con la que s¨®lo ha podido el tiempo. Ese juez inmisericorde, esa fuerza misteriosa y molesta que se lleva por delante a todo lo que no se llame LeBron James.

Los Warriors, que ven¨ªan de perder dos partidos consecutivos por un solo punto, incluidas dos pr¨®rrogas ante los Lakers en un duelo tit¨¢nico para demostrar que siempre es un buen d¨ªa para recordar con a?oranza la rivalidad que durante tanto tiempo tuvieron con el ya mencionado LeBron, jugaron muy bien ante los Sixers. Y eso que volv¨ªa Joel Embiid, que tras dos ausencias consecutivas, una muy criticada en Denver y otra, para algunos un brindis al sol para disimular, en Portland, se decid¨ªa a regresar, ya veremos si porque est¨¢ bien o por el m¨ªnimo de partidos que necesita jugar para optar al MVP. Hoy, desde luego, no fue una de esas actuaciones que le vayan a permitir hacerse con el premio: 14 puntos y 7 rebotes, pero 5 de 18 en tiros de campo, 2 de 6 en triples, 8 p¨¦rdidas y un -21 con ¨¦l en pista. El camerun¨¦s, nacionalizado estadounidense para poder estar en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs, protagoniz¨® una muy mala actuaci¨®n... y se volvi¨® a lesionar de la rodilla, por lo que no disput¨® la parte final del partido. Algo que le puede dejar sin premios ni galardones. Y tampoco ayud¨® el resto: Tobias Harris fue el ¨²nico medio decente al lograr 26 tantos y 10 rebotes (6 ofensivos). Y Furkan Korkmaz se fue a 19 con 5 de 6 en triples. Es la cuarta derrota consecutiva para los Sixers, ya por detr¨¢s de los Knicks en la Conferencia Este, donde ocupan la cuarta posici¨®n cada vez m¨¢s lejos de los cocos, Celtics y Bucks. Ojo con eso.

Tambi¨¦n lejos de esos primeros puestos que han ocupado toda la vida est¨¢n los Warriors, que tuvieron en Stephen Curry a su mes¨ªas, de la misma forma que le han tenido todos estos a?os: 37 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias, con 12 de 17 en tiros de campo, 8 de 13 en triples y 5 de 5 en tiros libres. No necesit¨® mucho m¨¢s: Klay Thompson descans¨® tras la fatiga acumulada de dos encuentros muy igualados, uno con dos pr¨®rrogas, y Draymond Green (9+6+6) estuvo sublime en la defensa sobre Embiid. Jonathan Kuminga, al que Steve Kerr pone cada vez m¨¢s tiempo en pista (por algo desconocido, muy a su pesar) se fue a 26 tantos, mientras que Andrew Wiggins logr¨® 23. Un gran ejercicio colectivo antes de visitar a los Grizzlies y luego realizar una gira por el Este... pero sin rivales imposibles y con la amenaza de fondo de los siempre molestos kil¨®metros recorridos: Hawks, Nets, otra vez Sixers, y fin de trayecto en los siempre temibles Pacers. Puede ser, ya veremos, el ¨²ltimo conato de rebeld¨ªa de lo que queda de un equipo legendario, hist¨®rico. Una que se puede dar un ¨²ltimo fest¨ªn, entre otras cosas por la consciencia propia y ajena de que este es el final y que todo se diluye aqu¨ª. Todo lo que ha dependido de ellos, lo han hecho bien. Y todo lo dem¨¢s, lo han esquivado. Esa es la magia de este equipo. Ahora bien: una parte del camino es el final. Afrontarlo ser¨¢ la ¨²ltima misi¨®n de estos Warriors. Que, por mucho que est¨¦n en declive, siguen siendo toda una dinast¨ªa.