Estos Lakers son otra cosa

El inicio de temporada no era c¨®modo para los Lakers. Tres partidos en casa antes de una gira de cinco fuera de L.A. Esos tres, para empezar, contra rivales muy duros de un Oeste en el que casi todos los rivales son muy duros: Timberwolves, Suns, Kings. De momento, 2-0 despu¨¦s de superar de forma muy convincente a Wolves y Suns (123-116). No solo es el primer 2-0 para los Lakers desde 2010, que se dice pronto; Es que supone, sobre todo, una inyecci¨®n de optimismo y energ¨ªa, margen de confianza y una monta?a de buenas vibraciones para el inicio de la (veremos si llega a tal) era JJ Redick. Solo es un 2-0, desde luego. Pero un 0-2 solo habr¨ªa sido un 0-2 y es f¨¢cil imaginar las narrativas en ese caso: qu¨¦ demonios hace entrenando un compa?ero de podcast de LeBron James; por qu¨¦ a la franquicia solo le importaba que LeBron jugara con su hijo Bronny (no pis¨® la pista contra los Suns, por cierto), por qu¨¦ no se intent¨® un traspaso por este alero defensor o aquel p¨ªvot reboteador¡­

El caso es que es un 2-0. Contra dos equipos que casi todos los expertos situaban (todav¨ªa ser¨¢ as¨ª, imagino) por delante de los Lakers (con l¨®gica) para esta regular season. As¨ª que son dos muy buenas victorias. Muy, muy convincente la inicial contra los Wolves, muy importante esta segunda contra los Suns porque requiri¨® de una remontada tremenda: un 23-45 en el inicio del segundo cuarto se convirti¨® en un 107-95 que hab¨ªa puesto el partido b¨¢sicamente a salvo en el ecuador del ¨²ltimo. Desde ese -22 a falta de diez minutos para el descanso a un 94-87 a diez del final. Es decir, en lo que b¨¢sicamente fueron dos cuartos reales de juego, un parcial de 71-42 que demostr¨® que los Lakers est¨¢n en una l¨ªnea emocional totalmente distinta a la de la temporada pasada. Comprometidos y activados. Y bien entrenados, por lo visto hasta ahora: organizados, preparados y con alternativas para cada situaci¨®n de partido.

Acabaron tan mal las cosas con Darvin Ham, era tan obvia la desconexi¨®n entre el equipo y el cuerpo t¨¦cnico, que es refrescante ver un plan de juego claro, una voluntad obvia de que las posesiones dependa siempre que se pueda de Anthony Davis, un instinto para generar buenos tiros y una capacidad el¨¢stica para cambiar las defensas y confundir al rival. M¨¢s moderno y estructurado, el juego de los Lakers parece m¨¢s capaz de resistir lo que venga, tambi¨¦n un inicio incre¨ªble de los Suns, que anotaron ocho triples en un primer cuarto demoledor (23-38): su 8/11 desde la l¨ªnea de tres contrastaba con el 1/5 de unos Lakers con solo ocho canastas en total. En el segundo cuarto, cuando el partido parec¨ªa desvanecerse, el rookie Dalton Knecht (va a jugar mucho) anot¨® dos triples que mantuvieron con vida a unos Lakers que, a partir de ah¨ª, comenzaron a rascar, muy r¨¢pido, puntos de una desventaja que parec¨ªa definitiva.

Austin Reaves jug¨® un partido colosal: 26 puntos, 8 asistencias, 3 robos y los mismos triples (5/7) que todo el equipo contra los Wolves. Lectura de juego, visi¨®n de los ¨¢ngulos, gesti¨®n del timing¡­ Reaves estuvo sencillamente fenomenal, el jugador m¨¢s importante al lado de un Anthony Davis por ahora en sensaciones de MVP: esta vez 35 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias, 2 tapones y 17 tiros libres lanzados (13/17, los mismos que todos los Suns) contra un rival sin respuestas para su superioridad en las zonas. Los Wolves tampoco las tuvieron y Davis se ha convertido en el primer jugador de los Lakers que arranca una temporada con dos partidos de al menos 35 puntos desde Elgin Baylor (1962) y Jerry West (1969).

LeBron James pareci¨® lento (camino de los 40, ya se sabe) en la primera parte (4 puntos), pero apareci¨® despu¨¦s: 21 en total con 8 asistencias. Hachimura funcion¨® muy bien otra vez como secundario (14+7) y contribuyeron mucho desde el banquillo, adem¨¢s de Knecht, Gabe Vincent (en pista para evitar los descosidos de D¡¯Angelo Russell) y Jaxson Hayes, unas de las claves silenciosas de este inicio brillante de los Lakers y un jugador instrumental para que Davis pueda jugar con otro p¨ªvot al lado, el formato que funcion¨® tan bien en 2020. As¨ª ser¨¢ al menos hasta que el equipo haga algo en el mercado, si lo hace, o hasta que vuelva Christian Wood, que sigue de baja. Como Jarred Vanderbilt, que deber¨ªa ser fundamental en cuanto deje atr¨¢s esos problemas en un pie que le han lastrado durante ya demasiados meses.

Los Lakers fueron la cara obvia de un partido que deja a los Suns como una cruz tambi¨¦n muy clara. Los de Arizona, entre unas cosas y otras, salvaron los muebles en pista de los Clippers en su primer partido, pero se despe?aron consumidos por sus malos h¨¢bitos. Los que ten¨ªan que quedar atr¨¢s con la llegada de Mike Budenholzer al banquillo: demasiadas p¨¦rdidas (muchos errores de Jusuf Nurkic), lapsos imperdonables en defensa (por falta de esfuerzo y por ausencia de especialistas) y un flow ofensivo que tiende a desaparecer a medida que pasan los minutos, algo que deber¨ªa haber cambiado, o eso se pretend¨ªa, con la llegada de bases (Tyus Jones, Monte Morris). Devin Booker empez¨® muy bien (10 puntos en el primer cuarto) y perdi¨® la actividad de repente (23 en total); Bradley Beal apenas toc¨® la bola en los momentos importantes del segundo tiempo despu¨¦s de buenos minutos en el primero; Y Kevin Durant meti¨® 30 puntos pero dej¨® que los Lakers le llevaran a ese juego de acciones individuales con exceso de bote en el que anota mucho (c¨®mo no: es Kevin Durant) pero del que acaba saliendo un equipo mir¨®n, desconectado.

En pleno all in, en un proyecto que es un puro todo o nada, cada mal s¨ªntoma (y m¨¢s si son ecos de un pasado tozudo) es una pu?alada para los Suns. Budenholzer, dos veces Entrenador del A?o, no hizo nada mejor que un Redick que solo lleva dos partidos como t¨¦cnico NBA. Los ha saldado, eso s¨ª, con buen¨ªsima nota. Y los Lakers, acostumbrados tantas veces en los ¨²ltimos a?os a arrancar a trompicones, andan con una sonrisa de oreja a oreja. Es pronto, pero desde luego todo es mejor as¨ª. Y lo que tenga que venir, ya vendr¨¢.

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