En el Este mandan los Cavaliers

Los Cavaliers son el mejor equipo de la NBA (49-10, los Thunder est¨¢n a un partido: 48-11), tienen la mejor racha actual de victorias (nueve consecutivas) y los mejores balances como local (27-4 por el 25-4 de los de OKC) y visitante (22-6 por 22-7). Van a ganar la fase regular del Este porque tienen siete partidos y medio de ventaja sobre los Celtics y les quedan solo 23 por delante. As¨ª que tendr¨¢n factor cancha a favor en cualquier serie de su Conferencia y, por ahora aunque eso sigue en juego porque los Thunder tampoco aflojan, tambi¨¦n en unas hipot¨¦ticas Finales. Son, en definitiva, el equipo de la temporada, y su victoria en Boston (116-123) fue la r¨²brica a ese hecho. Y algo m¨¢s.

Porque la sombra de los Celtics es muy alargada. Un equipo que ya ha perdido los mismos partidos que en toda la temporada pasada (est¨¢ 42-18) y que tiene ataques de flojera dif¨ªciles de explicar en el generalmente imponente Garden (18-11). Hay diez mejores que ellos como locales, un dato que choca con la l¨®gica m¨¢s b¨¢sica de lo que deber¨ªa ser un equipo que, en todo caso, sigue siendo el campe¨®n. Y el gran favorito. El que todav¨ªa, y mientras no se demuestre lo contrario, tiene el techo m¨¢s alto de la NBA, el pico de nivel que nadie m¨¢s alcanza cuando conecta con su propia excelencia. Los Celtics, adem¨¢s, ventilaron (4-1) a los Cavs en los ¨²ltimos playoffs. Y parecen la kriptonita que desmantela las gigantescas virtudes de un equipo que parece pluscuamperfecto contra casi todos los dem¨¢s. Por todo eso, esta victoria fue algo m¨¢s que una victoria para los Cavaliers, que cierran el cara a cara de la temporada en 2-2. Sin traumas, que no es poco. Si vuelven a encontrarse, y viendo partidos como este es imposible no desear que suceda, ser¨¢ en una final del Este que har¨ªa que se froten las manos todos los aficionados al baloncesto.

Los Celtics, por si hab¨ªa alguna duda, ya no van a capturar a los Cavs y ahora tienen que controlar a los Knicks, que vuelven a aparecer en su espejo retrovisor (a dos partidos y medio despu¨¦s de ganar, por los pelos, en Memphis). No ser¨ªa un escenario ¨®ptimo para la defensa del t¨ªtulo una hoja de ruta que situara a Knicks y Cavaliers como rivales, los dos con factor cancha, en semifinales y final de Conferencia. Es un equipo con dudas que resolver, como todos, pero tambi¨¦n el que m¨¢s claras tiene las cosas porque su f¨®rmula vali¨® el t¨ªtulo la pasada primavera. Tambi¨¦n tiene una marcha extra que desencuaderna a los Cavs en sus duelos directos, sobre todo en el inicio de los partidos. Y problemas, el lado malo, para sostener ese nivel y evitar remontadas de un rival mucho m¨¢s tenaz, y con m¨¢s recursos, que hace un a?o. Y tienen coartada, tambi¨¦n: esta vez no jugaron ni Jrue Holiday ni Derrick White, as¨ª que no era ni mucho menos la versi¨®n A, la completa, de un campe¨®n que, en gran parte por eso, perdi¨® 6-33 la anotaci¨®n de suplentes (un dato clave) y tuvo demasiado tiempo en pista a Sam Hauser, cazado por una oleada de ataques quir¨²rgicos dirigidos por Donovan Mitchell. Si los Cavs se encuentran con los Celtics en playoffs, ver¨¢n a Hauser en pista mucho menos que esta noche.

De Jayson Tatum a Donovan Mitchell

Dicho todo esto, fue un partido excepcional. Los Celtics firmaron una obra maestra de menos de cinco minutos para colocar un colosal 25-3 de inicio. Los Cavs respondieron con un parcial que lleg¨® a ser de 22-41. Jayson Tatum jug¨® una primera parte b¨¢sicamente perfecta, primorosa, en ese tope de nivel que lleva dentro y que muy pocos pueden igualar en la NBA actual: al descanso llevaba 30 puntos (18 en el primer cuarto), 9 rebotes y 7 asistencias. Pero Donovan Mitchell respondi¨®, a la altura en el duelo de s¨²per clases, y anot¨® 26 puntos en una segunda parte plet¨®rica, 14 en un ¨²ltimo cuarto en el que su determinaci¨®n, junto a la irrupci¨®n (11 puntos y 8 rebotes en ese tramo) de un Evan Mobley hasta entonces desdibujado, decidi¨® un partido excelente que estaba 114-114 a tres minutos del final, antes de que cinco puntos de Mitchell abrieran la brecha definitiva (114-119).

Tatum acab¨® con 46 puntos, 16 rebotes, 9 asistencias, 3 tapones y un 19/37 en tiros. Pero los Celtics apenas lo encontraron en el ¨²ltimo cuarto, en el que solo anot¨® seis puntos. Mitchell cerr¨® con 41, 5 asistencias, un 13/26 y mucha m¨¢s presencia en los momentos calientes de un partido que tiene que ser un refuerzo emocional de primer orden para unos Cavs que salieron de la tumba, remontaron 22 puntos y tuvieron m¨¢s empaque cuando hab¨ªa que tenerlo. Y que comprobaron que la llegada de De¡¯Andre Hunter (12 puntos, 3/3 en triples) ha sido un enorme acierto, un reencuadre que permite nuevas combinaciones de quintetos peque?os y una reorganizaci¨®n general que cambia par¨¢metros importantes, para cuando lleguen los playoffs, como no depender de los cambios extremos de temperatura de Max Strus o permitir que Isaac Okoro pueda defender a exteriores y no a aleros.

La segunda unidad fue decisiva, y m¨¢s contra un rival mermad¨ªsimo por las ausencias de Jrue y Porzinigs. Adem¨¢s de Hunter, Ty Jerome ayud¨® a espabilar al equipo tras el horrendo inicio y tanto Dean Wade como Okoro hicieron un impagable trabajo defensivo. Los Cavs acabaron dejando una sensaci¨®n excelente, de equipo grande, aunque saben que contra los Celtics siempre van a sufrir porque Darius Garland (correcto en ataque) pasa las de Ca¨ªn en defensa contra un rival que exprime sus deficiencias y a Kenny Atkinson le cuesta mucho confiar en sus opciones grandes (sobre todo en Jarrett Allen) cuando los Celtics extreman su presi¨®n exterior en ataque. El plan defensivo que vale contra los dem¨¢s no sirve contra el campe¨®n, un experto en explotar unas ayudas demasiado largas que crean desprotecciones decisivas cuando hay cinco buenos tiradores ubicados, todos, por detr¨¢s de la l¨ªnea de tres. Es una de las razones por las que los Cavs suelen empezar tan mal los partidos contra los Celtics, as¨ª que veremos si Atkinson, uno de los candidatos obvios a Entrenador del A?o, tiene plan B en caso de que el duelo se repita en playoffs.

Los puntos del banquillo y los rebotes de ataque (once en la segunda parte) equilibraron el partido y lo pusieron en las manos de Mitchell, que jug¨® en n¨²meros y sensaciones de megaestrella. Los Celtics se quedaron cortos m¨¢s all¨¢ de los Jays: adem¨¢s de Tatum, Jaylen Brown apil¨® 37 puntos. Entre los dos, anotaron o asistieron en todo lo que sumaron los verdes en el primer cuarto (38-26), y se las apa?aron para llevar el partido a un intercambio final en el que Tatum desapareci¨® y a Brown le falt¨® toque. Una vez m¨¢s, el triple marc¨® la temperatura de un equipo irresistible cuando conecta su ataque para encontrar esas posiciones de tiro: 14/26 en la primera parte, pero solo 3/13 en la segunda. Y de 74 puntos (74-64 al descanso) a 42 despu¨¦s del paso por vestuarios (42-59). Esos problemas de equilibrio ofensivo son mucho mayores, claro, sin un jugador como Porzingis, que cambia totalmente la geometr¨ªa y las de distribuci¨®n de juego de los Celtics.

Para el campe¨®n es un tramo interesante de la temporada. Abri¨® con esta derrota un tramo de siete partidos en casa (donde tienen tendencia al despiste) en el que tambi¨¦n van a recibir, adem¨¢s de a los Cavs, a Nuggets, Lakers y Thunder. Justo cuando va llegando la hora de poner todos los asuntos en orden y prepararse para unos playoffs en los que ser¨¢n el patr¨®n oro, el rival a batir. No se ven muchas amenazas, pero las hay. Y Cleveland Cavaliers ha dejado claro que es una de las principales, sin duda la mayor en un Este en el que, y no es poco, el mando ser¨¢ suyo hasta las puertas de las eliminatorias. Un hecho b¨¢sicamente asegurado antes pero que qued¨® certificado definitivamente por este partido. Un partidazo.

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