El ¨²ltimo baile de los Warriors

Toda dinast¨ªa tiene su ¨²ltimo baile, y el de los Warrriors se est¨¢ dando esta temporada. Nadie se preocupa del futuro en Golden State m¨¢s all¨¢ de lo que ya se sabe: que Bob Myers ya no est¨¢ (se fue el verano pasado), que Steve Kerr seguir¨¢ estando (ha firmado su extensi¨®n durante este curso) y que tienen muchos millones que pagar a sus jugadores mientras mantienen la columna vertebral del proyecto. Pero nada importa: el vestigio, lo que queda de lo que alguna vez fue la ¨²ltima gran dinast¨ªa de la NBA, suma nueve victorias en los ¨²ltimos diez partidos, avanza al noveno puesto de la Conferencia Oeste desplazando a los Lakers y podr¨ªa acceder al octavo o al s¨¦ptimo puesto en las dos ¨²ltimas jornadas. El balance (45-35) es ya bastante aceptable, al igual que el calendario favorable (en su mayor¨ªa) que han tenido en las ¨²ltimas semanas. El play in lo disputar¨¢n, pero si superan una posici¨®n m¨¢s tendr¨ªan a su alcanza el s¨¦ptimo puesto en esa inc¨®moda previa... Y la posibilidad de evitar a los Nuggets en primera ronda. De repente, las cosas se ven de otra manera.

Hasta entonces, los Warriors no se mover¨¢n de un Chase Center en el que recibir¨¢n a Pelicans (en lucha por evitar el play in) y Jazz (que no se juegan nada). Si se imponen en ambos duelos acabar¨ªan con 11 de 12 la temporada, como en sus mejores d¨ªas. Y haciendo gala de lo que ha sido parte de su esencia, esa buena suerte inherente a los grandes campeones y que les sonri¨® cuando en Los ?ngeles no jug¨® Anthony Davis y s¨ª LeBron James, pero con fiebre. Todo lo que le sale de cara a los de Steve Kerr no parece ser igual en los Lakers. Pero las cosas avanzan porque la concentraci¨®n en esta parte de la temporada es brutal, Draymond Green ha abandonado su err¨¢tico comportamiento, Klay Thompson mete los tiros y Stephen Curry sigue siendo el mismo. En ese punto, da igual lo envejecida que est¨¦ la parte m¨¢s importante de la plantilla mientras siga funcionando. Y en esas est¨¢n unos Warriors que se impusieron a los Blazers (92-100) en Portland, jugando as¨ª su ¨²ltimo partido fuera de casa de la regular season y haciendo las maletas para volver a San Francisco. Donde siempre han gozado de una comodidad muy particular.

Eso s¨ª, lo suyo les cost¨®. Los Blazers, que hace mucho que no se juegan nada, quisieron poner las cosas dif¨ªciles a sus rivales, que necesitaron un 17-25 de parcial en el ¨²ltimo cuarto para ganar y que iban (ojo) 86-86 a poco m¨¢s de cinco minutos para el final. El encuentro fue extra?o, algo tedioso y muy confuso, pero fue para los que ten¨ªan que imponerse, unos Warriors que contaron con 15 puntos de Andrew Wiggins, 19 de Jonathan Kuminga, 10 (con 8 rebotes y 4 asistencias) de Trayce Jackson-Davis, 8 (con 3 y 4) de Chris Paul y 22 (con 7 y 8) de Stephen Curry. Paul mostr¨® solidez ante la ausencia de un Klay Thompson que no estaba disponible, mientras que Kevon Looney tuvo un papel fundamental desde el banquillo, destacando en la recta final del choque y llegando a los 9 tantos, 11 rechaces, 2 robos y 4 tapones. Todo ello, providencial para unos Warriors que no estuvieron particularmente brillantes en nada (y con un 12 de 35 en triples tras anotar 26 ante los Lakers), pero que cumplieron y supieron tirar del carro cuando hab¨ªa que hacerlo para sumar una victoria m¨¢s que necesaria para sus aspiraciones.

Unas que han ido cambiando a medida que ha avanzado la temporada, pero que son las que son. Seguro que nadie en el legendario equipo esperaba estar luchando perezosamente por encontrar el mejor sitio posible para esa especie de previa que la NBA se invent¨® con la pandemia del coronavirus y que lleg¨® para quedarse. Tampoco que ganaran con cierta superioridad en los Lakers y que les costara tanto sacar el partido en Portland, sin opciones para frenar a DeAndre Ayton (25 puntos, 11 rebotes), Jabari Walker (17 y 16) o el jovenc¨ªsimo Scoot Henderson (18 tantos y 12 asistencias, pero 7 de 20 en tiros de campo, su mayor mal en una temporada rookie que le est¨¢ costando mucho). Lo mismo da: los Warriors, a los que no les asusta nada, han decidido cumplir los retos que les queden por delante, sean cuales sean. Es as¨ª: a lo largo de la historia, toda gran dinast¨ªa y toda gran leyenda se ha merecido acabar de la forma adecuada, la que m¨¢s convenga y se quiera en cada caso. Esto no siempre se ha podido dar, con desgraciadas lesiones, traspasos imprevistos o sucumbiendo al simple paso del tiempo. Pero la dinast¨ªa que se forj¨® en el viejo Oracle y que ve su ocaso en el Chase Center, se quiere ir haciendo lo que mejor han sabido hacer siempre: pelear. Y ya veremos si es el ¨²ltimo baile o no. Lo que est¨¢ claro es que es de los Warriors. Y de nadie m¨¢s.

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