El triste caminar de los Warriors

Ya nadie teme al lobo feroz en la NBA. Los Warriors se han ido dejando su m¨ªstica a jirones, y todos sus rivales saben a estas alturas que son un equipo perfectamente vulnerable, contra el que solo hay que empujar, resistir el pu?ado de minutos en los que aparece alg¨²n flashback del pasado¡­ y volver a empujar. Los Clippers (ganaron 121-113) est¨¢n en la inercia contraria, en esa luna de miel que todos los equipos tienen con James Harden y cuya felicidad la mayor¨ªa no consiguen trasladar a la fase estable de la relaci¨®n (digamos). Cada vez mejor y m¨¢s organizados, ni siquiera la baja de Paul George afect¨® a un equipo que est¨¢ ya en 14-10, fuera por completo del pozo que se est¨¢ tragando a los Warriors (10-14 despu¨¦s de empezar 6-2).

En las ¨²ltimas horas solo se ha hablado de Draymond Green, su suspensi¨®n por tiempo indefinido y su incapacidad (reci¨¦n estrenado un nuevo contrato de 100 millones) para ser el l¨ªder que necesita ahora su equipo, en el vestuario y en la pista. Los Warriors se nos van, se caen por puro viejos, por el peso de su propia historia. Steve Kerr, paralizado hasta ahora en alg¨²n lugar entre el pasado y el presente) se ha empezado a mover y ha cambiado su quinteto: Kuminga y el rookie Podziemski en lugar del ausente Green y de un Andrew Wiggins cuyo estado de forma es lastimoso y que, a diferencia de otros, no tiene la coartada del padre tiempo (28 a?os todav¨ªa).

Los cambios solo funcionaron como poci¨®n m¨¢gica durante unos minutos (3-10). En cuanto los Clippers se estabilizaron, fueron m¨¢s constantes, m¨¢s fluidos y m¨¢s profundos. Tuvieron el partido a punto de caramelo (69-56 al descanso) pero se vieron obligados a un jugar un ¨²ltimo cuarto de cuchillos largos porque los Warriors cargaron empujados (los flashbacks¡­) por los triples de Klay Thompson, que acab¨® con un 8/12 y 30 puntos por primera vez esta temporada. Al ¨²ltimo cuarto se entr¨® en 99-93, y se lleg¨® a un 103-102 con nueve minutos por jugar. Pero ah¨ª, donde sol¨ªan sacar la podadora, ahora los Warriors son un equipo rampl¨®n, que se queda corto por unas cosas o por otras. Esta vez ganaron el rebote y controlaron (aleluya) las p¨¦rdidas. Pero volvieron a perder. Entre otras cosas, porque Stephen Curry no anot¨® en juego en el ¨²ltimo cuarto (solo dos tiros libres) y, cada vez m¨¢s cansado (quiz¨¢s no de piernas) pas¨® de puntillas por los minutos en los que tantas veces ha dejado exhibiciones prodigiosas. Los Warriors no supieron ganar, y llevan once derrotas seguidas en L.A., contra Clippers y Lakers y entre regular season y playoffs.

Norm Powell apareci¨® (21 puntos, 9/13 en tiros) para robar el almuerzo de su rival en esos minutos decisivos. Entre ¨¦l y Amir Coffey (18 puntos) compensaron la ausencia de Paul George y dieron consistencia a unos Clippers empujados por una gran primera parte de Kawhi Leonard (17 de sus 27 puntos) y los minutos de reloj suizo de James Harden: 28 puntos, 7 rebotes, 15 asistencias y 4 tapones contra el equipo que ha marcado gran parte de su carrera, ese cuya dictadura en el Oeste le impidi¨® jugar siquiera unas Finales en sus a?os de esplendor en los Rockets. Es f¨¢cil suponer que para ¨¦l, estas victorias tienen un valor especial.

Los Warriors perdieron porque es lo que ahora hacen, igual que antes ganaban muchas veces sin m¨¢s explicaci¨®n que esa, que ganaban. Son un equipo muy caro pero muy cansado, con una identidad difuminada y escondida en los bolsillos del inestable Draymond Green, que adem¨¢s no va a volver a corto plazo. Kuminga, Moody, Podziemski y Saric ponen frescura competitiva y f¨ªsico, y en alg¨²n momento regresar¨¢ Gary Payton. Pero la cuesti¨®n es qu¨¦ queda del n¨²cleo duro; C¨®mo est¨¢ el ¨¢nimo de Curry, cu¨¢ntos buenos d¨ªas puede tener Klay, por qu¨¦ Wiggins se ha convertido en un jugador al que es casi imposible mantener en pista¡­ Es un 10-14 que cada vez extra?a menos, un und¨¦cimo puesto del Oeste que no es para nada la peor noticia, ahora mismo, para estos Warriors de la triste figura.

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