Otra vez, los orgullosos Knickerbockers
Despu¨¦s de demasiados a?os de desastres y desorganizaci¨®n, Leon Rose est¨¢ construyendo un equipo con aroma a aspirante al t¨ªtulo en la Gran Manzana.

Hay una raz¨®n por la que al Madison Square Garden se le llama The Mecca: la meca del baloncesto. Una que, desde luego, va m¨¢s all¨¢ de la NBA: para entenderlo de verdad, habr¨ªa que recorrer las canchas callejeras de Queens, Brooklyn y el Bronx, y desde luego pasarse por The Cage, la ic¨®nica jaula de Rucker Park, en Manhattan. Dicen que no hay lugar como ese, las pistas de West 4th Street, para jugar al baloncesto. Torneos de verano, leyendas callejeras¡
Pistas que han sobrevivido a las mil formas que ha tomado Manhattan, un barrio cuyo coraz¨®n fue durante a?os el Madison Square Garden, presentado por el eterno speaker Mike Walczewski como ¡°the wordl¡¯s most famous arena¡±. El pabell¨®n m¨¢s famoso del mundo. Primero, todav¨ªa en el siglo XIX, ubicado en el sureste de Madison Square Park, despu¨¦s en 8th Avenue, finalmente en Pennsylvania Plaza, encima de lo que fue la Penn Station original. En esas calles se entiende lo que es el baloncesto para Nueva York, por qu¨¦ es la meca mucho m¨¢s all¨¢ de la NBA, de las pistas al aire libre a las viejas batallas universitarias del Madison, los a?os de locura de St Johns... y, por supuesto, tambi¨¦n los Knicks, aunque durante lustros ha costado creerlo. Los viejos Knickerbockers, un nombre que se asocia a los neoyorquinos por un holand¨¦s ficticio creado por Washington Irving, Diedrich Knickerbocker. Junto a los Celtics el ¨²nico equipo que ha sobrevivido en la Liga desde el principio y en su ciudad original.
Un camino que se perdi¨® por completo
El significado de los Knicks, el gran equipo del gran mercado y la gran ciudad, la (que deber¨ªa ser) joya de la corona de la NBA, se ha ido perdiendo a lo largo de a?os de miserias, derrotas y l¨ªos de un nefasto propietario, James Dolan. Para encontrar a los Knicks de verdad hay que viajar a los a?os 70, cuando llegaron los dos t¨ªtulos (1970 y 1973) de la franquicia. Los de Walt Frazier, Willis Reed, Dave DeBusschere, Bill Bradley, Earl Monroe¡ y Phil Jackson, que se enamor¨® all¨ª, como secundario currante, del baloncesto colectivo, estructurado y din¨¢mico del legendario entrenador Red Holzman. La ¨²ltima versi¨®n grand¨ªsima de los Knicks, porque la de Carmelo Anthony no lleg¨® a tanto, fue la de los 90, la de las terribles batallas f¨ªsicas contra los Heat, los Pacers y los Bulls de Michael Jordan. El equipo que jug¨® (y perdi¨®) dos Finales, la de 1999 la ¨²ltima que ha pisado la franquicia. Primero Patrick Ewing, John Starks, Charles Oakley, Anthony Mason; y despu¨¦s todav¨ªa Ewing, pero con Allan Houston, Larry Johnson y Latrell Sprewell. Los Knicks que eran, esos s¨ª, el orgullo de Nueva York.
Cambi¨® el siglo y los Knicks solo tienen, incluido 2001, siete viajes a playoffs sin una sola final de Conferencia. Han sido un ejemplo de mala gesti¨®n, de contratos horripilantes, decisiones p¨¦simas, malas elecciones de draft y traspasos sin sentido. Han dilapidado la herencia de su nombre y han desaprovechado las posibilidades de su mercado; han sido tan malos en los despachos y las pistas que se posicionaron fuera del radar de las grandes estrellas. A pesar de ser la meca y de tener el Madison, la perla de Manhattan. Tanto que pareci¨® un golpe de gracia, un cambio de paradigma, la decisi¨®n de Kevin Durant y Kyrie Irving de unirse en Nueva York en 2019¡ pero hacerlo en los Nets. En Brooklyn.
Pero el caso es que los Knicks segu¨ªan ah¨ª. Los Nets implosionaron sin alcanzar nada parecido a la gloria, y los Knicks empezaron a deshacer a?os de equivocaciones, a resolver un rompecabezas con el que ni se hab¨ªan atrevido durante demasiado tiempo. A base de buenas decisiones y riesgos calculados, de buena direcci¨®n y sentido com¨²n (cuesta creerlo) los Knicks han vuelto. Son una de las sensaciones de la temporada NBA, tal vez el equipo del momento, y un casi aspirante al t¨ªtulo; probablemente, y ahora mismo (veremos en primavera) el mayor peligro en el Este para los favorit¨ªsimos Celtics. Un proyecto s¨®lido, serio y pensado para ser muy bueno hoy¡ y buen¨ªsimo ma?ana. Aspirante sin casi.
Un equipo en toda la extensi¨®n del t¨¦rmino
Seguramente, alguien que empezara a ver ahora partidos de la NBA de cero, sin background ni prejuicios, se har¨ªa de los Knicks. Es un equipo en toda la extensi¨®n del t¨¦rmino, que gana mucho pero suda sin parar para hacerlo, que defiende en formato jaur¨ªa y exuda una qu¨ªmica que salta como olas de energ¨ªa desde la pantalla de la televisi¨®n. Impulsado por la reuni¨®n de un grupo de viejos amigos y campeones universitarios en Villanova (Jalen Brunson, Josh Hart, Donte DiVincenzo), definido por un reparto de roles ajustado que maximiza a todos y dirigido por un entrenador/ermita?o como Tom Thibodeau que ¨²ltimamente sonr¨ªe m¨¢s de lo que le gustar¨ªa. No puede evitarlo. Los Knicks (33-20 en total) han perdido ahora tres partidos de cuatro, pero est¨¢n arrasados por las lesiones. Antes hab¨ªan ganado nueve seguidos y 15 de 17, no por casualidad desde que se hicieron con OG Anunoby.
Ahora todo el frontcourt titular (Anunoby, Julius Randle, Mitchell Robinson) est¨¢ fuera de combate. Y tambi¨¦n arrastra problemas, entra y sale del equipo, Isaiah Hartenstein, tal vez el mejor p¨ªvot suplente de la NBA. Pero cuando est¨¦n todos, con la rotaci¨®n al completo, es dif¨ªcil se?alar a un equipo del Este que no sea Boston Celtics y que pueda decir que ser¨ªa favorito en una serie a siete partidos contra los Knicks. Estos Knicks: Jalen Brunson-Donte DiVincenzo-OG Anunoby-Julius Randle-Mitchell Robinson como quinteto titular y con una rotaci¨®n que incluye a Joshn Hart, Bojan Bogdanovic, Alec Burks, Isaiah Hartenstein, Precious Achiuwa, Miles McBride...
En plena temporada los Knicks han sumado a Anunoby, Achiuwa y, en el cierre de mercado, Bogdanovic y Burks. Exactamente lo que necesitaban: primero Anunoby, un jugador transformativo, cuya capacidad defensiva encajaba como un guante y que personific¨® el cambio el equipo desde desde A?o Nuevo; Y despu¨¦s Bogdanovic y Burks, dos anotadores probados, con tiro exterior para abrir la pista junto a titulares y capacidad para generarse sus puntos al frente de la segunda unidad. Incluso Achiuwa, que lleg¨® como relleno en la primera operaci¨®n, parece revitalizado en sus primeras semanas en Nueva York. En esencia, tres novedades trascendentales (y un jugador interesante de rotaci¨®n) a cambio de las que dieron esto: RJ Barrett, Immanuel Quickley, Quentin Grimes, Evan Fournier, Ryan Arcidiacono y dos primeras rondas.
Grimes es un interesante proyecto de 3+D (defensa y tiro exterior) de solo 23 a?os, pero estaba convirti¨¦ndose en un outsider en la nueva forma de un equipo en el que Barrett parec¨ªa estancado y Quickley, encorsetado y camino de una complicada agencia libre restringida. Nada ha resultado, en su contexto, doloroso. Sobre todo si se tiene en cuenta, algo crucial, que los Knicks no tocaron sus primeras rondas, un bot¨ªn de hasta once en el tramo que lleva a 2030 (las que se pueden traspasar antes del pr¨®ximo draft) y en un escenario ideal que seguramente no se cumpla. En 2024, por ejemplo, tienen sobre el papel cuatro primeras, pero no tendr¨¢n acceso a dos de las que no son suyas: la de los Wizards tiene protecci¨®n 1-12 y la de los Pistons 1-18. Los dos caer¨¢n en esos rangos y las mantendr¨¢n por ahora, pero los Knicks s¨ª se llevar¨¢n esta vez, salvo cat¨¢strofe en Texas, la que se traslad¨® del a?o pasado a este, de los Mavs con protecci¨®n top 10.
A por la siguiente estrella en el mercado
Entre rondas e intercambios (swaps), un arma esencial porque no se pueden traspasar directamente rondas de drafts consecutivos (salvo que se reciba una primera de los dos a?os en cuesti¨®n, cosa que no suele suceder), los Knicks tienen armamento para superar a cualquiera que quiera meterse en una puja cuando una estrella salga al mercado. Todas las miradas, por ahora, est¨¢n puestas en Donovan Mitchell, que puede acabar contrato en Cleveland en 2025 (tiene una player option para la temporada 2025-26) y ya ha flirteado abiertamente, con Nueva York como destino predilecto, con la idea de jugar en un gran mercado.
Nunca se sabe qui¨¦n se pondr¨¢ a tiro y cu¨¢ndo suceder¨¢, pero los Knicks han hecho durante este curso la maniobra m¨¢s dif¨ªcil: mejorar dr¨¢sticamente sin entregar sus principales bazas de negociaci¨®n. Ahora, adem¨¢s, tambi¨¦n tienen un equipo ganador, una qu¨ªmica atractiva y un lote de contratos en el que no hay nada t¨®xico y que permiten pensar en grandes operaciones: Bojan Bogdanovic tiene un sueldo de 19 millones la pr¨®xima temporada, as¨ª que seguir¨¢ siendo una pieza importante en la rotaci¨®n o se convertir¨¢ en la llave (su sueldo abarca la mitad de un contrato m¨¢ximo) para un traspaso gordo. Los Knicks estaban tan empe?ados en mantener esa flexibilidad que habr¨ªan optado, de no haberse cerrado la operaci¨®n con los Pistons, por activar los 19 millones de team option que tiene el ahora traspasado Evan Fournier. Todo con tal de mantener las rondas las cuentas, los contratos ¨®ptimos para la caza mayor.
Un trabajo ¨®ptimo de Leon Rose, un directivo que cogi¨® a un equipo deshecho y sin personalidad, carente de rumbo. Antes un s¨²per agente (desde la poderosa CAA reuni¨® en Miami a LeBron James, Chris Bosh y Dwyane Wade), ha hecho todo lo que hab¨ªa que hacer para resucitar a los Knicks. Antes de estos ¨²ltimos golpes de efecto, ya con todos los focos puestos en la Gran Manzana, a base de peque?os movimientos, pacientes e inteligentes. Ganando rondas, conservando salud en los salarios, avanzando hacia una flexibilidad ahora mismo perfectamente compatible, adem¨¢s, con tener un equipo de primer nivel, uno de los mejores de la NBA.
La pizarra de Thibodeau, el talento de Brunson
Thibodeau tambi¨¦n ha hecho mucho desde su llegada en 2020. Contando con esos trances abrasivos en los que parece quemar (y perder) al vestuario, ha dado con todas las teclas correctas y ha sacado lo mejor de jugadores que no parec¨ªan llamados a a ser tanto: Mitchell Robinson fue una segunda ronda de draft que no paraba de hacer faltas en sus primeros pasos (2018) en la NBA. Julius Randle es un talento complicado, muchas veces desconectado, sin tensi¨®n en defensa y chup¨®n en ataque. Pero los Knicks han sabido armarse en funci¨®n de sus virtudes y sus defectos, y el ala-p¨ªvot ha sido all star en tres de las ¨²ltimas cuatro temporadas. Donte DiVicenzo, que estaba a punto de convertirse en un secundario trotamundos, acaba de tener un tramo de un par de semanas en el que ha explotado como escolta two-way, un defensor intenso con, ese arco, m¨¢s de 29 puntos y 4 asistencias por partido con casi 6 triples en un 42% de acierto.
Aunque ning¨²n acierto, claro, como la apuesta por Jalen Brunson. Un base peque?o (1,88), salido de la segunda ronda del draft y al que los Mavericks no quisieron renovar cuando pudieron, inseguros sobre cu¨¢l era su techo y si podr¨ªa o ser o no un compa?ero de primer nivel para Luka Doncic (mientras le daban vueltas en los despachos, ¨¦l ya lo estaba siendo en las pistas). Con su padre en la estructura t¨¦cnica de los Knicks, la operaci¨®n fue sencilla pero arriesgada: 104 millones por cuatro a?os, ahora un chollo pero en el verano de 2022 un peligro porque no se sab¨ªa hasta d¨®nde pod¨ªa llegar como jugador franquicia un Brunson que ahora es all star, jug¨® el pasado Mundial con el Team USA y es un excelente l¨ªder de vestuario y un killer en los momentos calientes de los partidos.
La duda es si con ¨¦l como punto de partida, con el imprevisible Randle como escudero y ese grupo infernal que defiende al mil por cien y rebotea todo lo que vuela por el aire, se puede aspirar ya al anillo. Muchos creen que no, que falta una pieza. Pero quiz¨¢, los equipos en crecida siempre merecen como m¨ªnimo el beneficio de la duda, los pr¨®ximos playoffs funcionen como una revelaci¨®n. Y si no es as¨ª, los Knicks han creado una situaci¨®n prefecta para obtener esa pieza extra, el jugador que d¨¦ el salto adelante definitivo. El de ganar t¨ªtulos, hasta hace poco un debate absolutamente ajeno a las calles de Nueva York y las butacas de un Madison que vuelve a ser uno de los lugares m¨¢s calientes del baloncesto mundial. Un templo en el que todos quieren jugar y ganar: The Mecca, la casa de los otra vez, por fin, orgullosos Knickerbockers.