El mes aciago de los Mavericks
Del sorpresivo traspaso de Doncic a la lesi¨®n de Kyrie, pasando por la guerra entre la afici¨®n y la directiva. Los Mavs sufren uno de los meses m¨¢s aciagos de la historia del deporte.


La derrota de los Mavericks contra los Kings en Dallas fue la constataci¨®n del desastre, el fin ¨²ltimo de todo lo que se pretend¨ªa conseguir, la conclusi¨®n de un proyecto. Y la que tuvieron despu¨¦s ante los Bucks signific¨® la puntilla a uno de los meses m¨¢s desastrosos de la historia de cualquier entidad deportiva. No acab¨® ah¨ª la cosa, ya que los texanos cayeron luego contra Grizzlies y Suns, con los que se quedaron con apenas cinco jugadores disponibles. Pisaron, recordemos, las Finales de la NBA el curso pasado y est¨¢n ahora inmersos en una espiral que ha precipitado un amargo final: primero, con el traspaso de todos los traspasos, ese que llev¨® a Luka Doncic de Dallas a Los ?ngeles en el que ya es considerado uno de los movimientos m¨¢s importantes de la historia, sino el que m¨¢s. Y luego, con una eterna espiral de lesiones que ha terminado con las expectativas que quedaran, fueran las que fuesen, para el equipo. La ¨²ltima la de Kyrie Irving. Entre medias, muchas filtraciones, una reputaci¨®n bastante cuestionada y una pelea eterna entre la afici¨®n y la propiedad, Patrick Dumont y la familia Adelson, que se hicieron con la entidad a finales de 2023 y la han llevado a la m¨¢s absoluta ruina sin que nadie sepa por qu¨¦.
Durante los d¨ªas previos al traspaso y posteriormente, los Mavs han ido perdiendo una serie de jugadores claves en la rotaci¨®n. Dereck Lively y Daniel Gafford est¨¢n en el dique seco de forma indefinida. Mientras que Anthony Davis, el mayor activo que lleg¨® procedente de los Lakers, se lesion¨® en su debut y no ha vuelto a jugar. A esto se une el hecho de que la plantilla ya no cuenta, claro, con Luka Doncic. Y que Kyrie ha sufrido una lesi¨®n llena de l¨¢grimas, acabando entre aplausos su andadura en el American Airlines Center cuando lanz¨® dos tiros libres lesionado y luego puso rumbo al t¨²nel de vestuarios, ayudado por dos compa?eros cuyos cuellos rode¨® con los brazos. Este hecho ha sido la constataci¨®n de que todo se ha acabado, el colmo de la mala suerte en un partido que los Mavs han perdido ante su p¨²blico, que ha ido abandonando paulatinamente los asientos antes de que acabara el encuentro. La imagen de las gradas durante la segunda mitad ha sido desoladora y contrasta demasiado con lo que ocurri¨® en los pasados playoffs, donde llegaron a so?ar con el anillo.
Los problemas de los Mavericks no terminan ah¨ª. Van 6-7 desde el traspaso de Doncic, una cifra nada desde?able si tenemos en cuenta lo ocurrido. Pero siguen d¨¦cimos de la Conferencia Oeste, en el ¨²ltimo puesto del play in. Y su temporada est¨¢ pr¨¢cticamente finiquitada: la derrota contra los Kings es tambi¨¦n contra un rival directo y les impide avanzar posiciones. Ahora, sin Irving, lo que har¨¢n (presumiblemente) ser¨¢ perder m¨¢s partidos y hundirse en una clasificaci¨®n en la que ya apenas tienen posibilidades: 32-31 de r¨¦cord, con Wolves, Kings, Clippers y Warriors por delante y los Rockets ya con algo m¨¢s de ventaja. Equipos que cuentan con todos sus efectivos y que copar¨¢n, salvo sorpresa o recuperaci¨®n milagrosa de alguno de los muchos lesionados que tienen, posiciones superiores a las de los texanos. Que tienen por detr¨¢s a Suns y Blazers. Dos equipos que est¨¢n teniendo una temporada de contrastes (los primeros van para abajo y los segundos para arriba), pero que pueden perfectamente alcanzar a sus rivales.
El cuento de nunca acabar
Todo lo que ha ocurrido en este tiempo parece haber acrecentado el hecho de que los Mavericks, despu¨¦s del hist¨®rico traspaso, han sufrido una cantidad enorme de karma. Todas las justificaciones realizadas para menoscabar la reputaci¨®n de Doncic han sido tan pobres que se?alan m¨¢s todav¨ªa si cabe a la figura de Nico Harrison y el hecho de que Jason Kidd se haya unido a esa ristra de argumentario deja en muy mal lugar a un entrenador que est¨¢ m¨¢s cuestionado que nunca. De hecho, todos lo est¨¢n en una vuelta de tuerca espectacular: el general manager fue considerado uno de los mejores de la NBA cuando trajo a Daniel Gafford y PJ Washington, adem¨¢s de seleccionar a Dereck Lively en el draft. Y al t¨¦cnico se le consideraba consolidado tras liderar a las Finales a los texanos. Ahora, uno es el enemigo p¨²blico n¨²mero 1 y el otro una especie de traidor a la causa que se ha puesto en el barco de la empresa y ni siquiera ha considerado la opci¨®n de mostrar estupefacci¨®n tras lo ocurrido.
Para rizar m¨¢s el rizo, los funerales de estado ficticios organizados por el p¨²blico en Dallas han demostrado que los ¨²nicos que entienden el traspaso son los que lo han ejecutado. Adem¨¢s, Darrell Armstrong, entrenador asistente, ha sido arrestado por agresi¨®n en este tiempo. Y, por si eso fuera poco, Quentin Grimes, un jugador menor (comparado con los que estamos hablando) que traspasaron unos d¨ªas despu¨¦s de a Doncic rumbo a los Sixers, anot¨® 44 puntos con su nueva camiseta. Algo anecd¨®tico, pero que sirve para mostrar como todo son se?ales que indican qui¨¦nes son los malos en un movimiento que deja a los Lakers como el equipo m¨¢s beneficiado, uno que estaba incluso fuera del play in hace unos meses y que ahora pelea de forma real por el segundo puesto del Oeste. Al rev¨¦s que los texanos, que antes ten¨ªan los playoffs asegurados (o eso se pensaba) y ahora parecen estar m¨¢s pendientes de que se termine la temporada que otra cosa. Cada partido es un suplicio y a medida que pasan los d¨ªas aumenta el sufrimiento.
Y no es lo ¨²nico a tener en cuenta, ya que por mucho que los Mavericks dejen ir, no van a tener opciones de conseguir una buena selecci¨®n para el pr¨®ximo draft, algo que podr¨ªan barajar pero que tampoco lograr¨¢n por muchas derrotas que encadenen. Todo, en medio de una pelea constante entre la mencionada directiva con la mencionada afici¨®n. Se han subido los precios de las entradas un 8% (y nadie sabe por qu¨¦ se ha tomado esta decisi¨®n) y todav¨ªa resuena de fondo el p¨²blico expulsado tras el traspaso de Doncic. Desde luego, el p¨²blico de los Mavericks est¨¢ muy enfadado por lo ocurrido y es mucha la gente que ha protestado mientras Nico Harrison y compa?¨ªa se dedican a hacer filtraciones sobre el esloveno: que si bebe cerveza, que si fuma cachimba... Da igual. Ninguna justificaci¨®n ha sido v¨¢lida para que los seguidores queden contentos. Y, como si fuera el karma, todo ha ido de mal en peor desde que se confirm¨® un movimiento que nadie entiende. Y que costar¨¢ mucho asimilar en el entorno de un equipo que so?aba con el anillo y ahora s¨®lo tiene pesadillas. Por lo que sea.
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