El coleccionista de estrellas
Decir que LeBron ha ganado porque ha estado rodeado de los mejores es como decir que los mejores han ganado por obra y gracia de LeBron. Doncic, la joya de la corona de una carrera de destellos constantes.
El 8 de julio de 2010, en una gesti車n de imagen p谷sima emitida por la ESPN y gestionada por el periodista Jim Gray y el entorno de LeBron James, un Rey todav赤a sin corona anunci車 en prime time que cambiaba el desaf赤o de Cleveland por el calor de las playas de Florida. Fue ese d赤a cuando el legendario baloncestista, todav赤a hoy en activo, fue pionero en la construcci車n de un proyecto elegido directamente por las estrellas que sirvi車 tambi谷n como preludio de la era de los jugadores empoderados. Pero esa famosa The Decision (como se llam車 al programa televisivo en el que se dio la noticia) tuvo tambi谷n consecuencias brutales para el protagonista, que se convirti車 en el deportista m芍s odiado del planeta e inici車 una lucha personal brutal que no concluy車 hasta el anillo de 2016, pero que hab赤a empezado mucho antes. La destrucci車n previa a la redenci車n convirti車 esa decisi車n en no menos que una traici車n. Y la figura de la estrella qued車 muy tocada entonces, adem芍s de ser abucheada a diestro y siniestro all芍 donde iba. Especialmente en su retorno a Cleveland, donde los abucheos nunca fueron tan fuertes por el dolor que produjo el adi車s del hijo pr車digo.
Probablemente, el mayor m谷rito de la carrera de LeBron consiste en haber conseguido voltear la opini車n p迆blica, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras. De ser odiado de forma un芍nime a querido por (casi) todo el mundo. Muchas son las batallas deportivas y personales que ha tenido que soportar para ser quien es hoy: la celebrada derrota en las Finales de 2011 fue su mayor hundimiento, compensado posteriormente por ese sexto partido en el Garden ante los Celtics cuando los verdes mandaban en las finales del Este (3-2) y el proyecto amenazaba con descomponerse. All赤 emergi車 el Rey con 45 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias, para poner rumbo a sus terceras Finales y su primer anillo. Hoy suma 10 (8 de ellas consecutivas) y 4. Tambi谷n 4 MVPs de la temporada y otros tanto de las Finales. Y la conformaci車n a fuego lento de una de las mayores rivalidades de la historia, contra la dinast赤a de los Warriors. Esa que lleg車 a las 73 victorias y que iba 3-1 en las eliminatorias por el t赤tulo hasta que apareci車 su majestad, que culmin車 en el Oracle una remontada para los anales cumpliendo la palabra del anillo prometido. En 2023, ya con los Lakers, se volvi車 a enfrentar a su n谷mesis en el contexto del fin de una era y les conden車 al ostracismo. LeBron ya estaba cuando emergieron los Warriors. Y LeBron sigue ahora que ya s車lo quedan las migajas de sus rivales. Por los siglos de los siglos.
Eso s赤, a pesar de la aceptaci車n mayoritaria y su consolidaci車n como (casi seguro) el mejor jugador de la historia (s赤, tambi谷n por encima de Michael Jordan), siempre hay una peque?a porci車n de aficionados que intentan desprestigiar al Rey. Y uno de los argumentos que enarbolan para hacer de menos sus m谷ritos es que ha estado en grandes equipos con incre赤bles jugadores. Algo que tiene su origen en ese primer superequipo formado por tres agentes libres (el susodicho m芍s Dwayne Wade y Chris Bosh) y que reformul車 la idea de big three en la competici車n, haci谷ndola asequible a muchos equipos pero que apenas tuvo 谷xito m芍s que con James, que intent車 imitar la f車rmula en Ohio con Kyrie Irving y Kevin Love... hasta que uno se fue y el otro empez車 a perder nivel. El argumento es muy manido, casi cansino y excesivamente recurrente cuando se trata de desprestigiar a un hombre que lo ha sido todo, para la NBA y para el mundo, le pese a quien le pese. Y ha vuelto a aparecer ahora que los Lakers han fichado a Luka Doncic en uno de los traspasos m芍s grandes e incre赤bles de la historia del deporte. Algo que constata que, efectivamente, LeBron ha jugador al lado de varias estrellas. Pero, ?qu谷 importa eso a la hora de juzgar su inabarcable legado?
El coleccionista de estrellas
Un tema tan recurrente no tiene un an芍lisis tan simple, por mucho que alguna vez lo parezca. Por un lado, son muchos los grandes nombres que han jugado al lado de LeBron. Pero, ?a qui谷n de ese grupo consideramos estrella? ?Cuenta la carrera entera o s車lo el nivel que mostraba en un momento determinado? ?Cu芍l es el requisito para ser considerado como tal? En el caso de Wade o de Bosh no hay dudas: eran jugadores que estaban en su prime en ese momento. Tampoco si hablamos de Kyrie Irving o Kevin Love, aunque 谷ste 迆ltimo se diluy車 mucho m芍s en los Cavs que Bosh (que tuvo que adaptar muchos su juego) en Miami. Pero hay casos que no est芍n tan claros: ?ydr迂nas Ilgauskas estuvo presente en los primeros a?os del Rey, fue su leal compa?ero y lleg車 a pisar hasta en dos ocasiones el All Star. Ben Wallace o Shaquille O*Neal jugaron a su lado, pero cuando se encontraban en la recta final de sus respectivas carreras. Antawn Jamison estaba a un gran nivel cuando coincidi車 con LeBron... pero, ?era realmente una estrella? Igual que Carlos Boozer, con el que estuvo en sus primeros pasos en la NBA. O Ray Allen, que lleg車 a los Heat ya veterano, aunque fuera igualmente esencial.
Al final, todo depende del punto de vista y de c車mo quieras analizar seg迆n qu谷 cosas. Por poner un ejemplo: ninguno de las plantillas que los Cavaliers formaron en la segunda etapa de LeBron era mejor que la que ten赤an los Warriors, incluida la de 2016. De hecho, esa derrota motiv車 el fichaje de Kevin Durant, que se llev車 palos similares a los que recibi車 James en 2010, pero tambi谷n redonde車 a uno de los mejores equipos de la historia. La llegada del Rey a los Lakers se complet車 con el anillo de 2020 al lado de otra estrella, Anthony Davis. Pero casi todas las plantillas ten赤an a dos estrellas y la asociaci車n del interior con la regia (en su met芍fora) figura lleg車 en un momento en el que la veteran赤a se apoderaba de un jugador que ha demostrado una resiliencia impropia de alguien de su edad. Pero que cumpl赤a a?os al lado de un jugador que se lesionaba en demas赤a. Y mientras, alrededor, los grandes jugadores se asociaban entre ellos para intentar el asalto a un anillo que s車lo gana uno cada temporada y que para LeBron es esquivo desde 2020... hasta ahora. Con Doncic se abren nuevos horizontes y posibilidades. Y s赤, es otra estrella. Pero, ?y qu谷?
El debate constante
Al final, decir que LeBron ha ganado porque ha estado rodeado de los mejores es como decir que los mejores han ganado por obra y gracia de LeBron. Doncic es la joya de la corona de una carrera de destellos constantes y de una figura que ha jugado con muchas estrellas porque muchas estrellas se han querido acercar a su figura. Son muchos los grandes jugadores que han pasado por la NBA que se han querido acercar al Rey, que ha sabido manejar la narrativa y aumentar su leyenda con una inteligencia superlativa, propia de una cabeza superdotada que sabe que la longevidad es su 迆ltimo argumento para acallar las pocas voces cr赤ticas que quedan y seguir ganando enteros para ser considerado el mejor de la historia. Algo para lo que no hay un medidor oficial y que depende 迆nica y casi exclusivamente de lo que opine la mayor赤a. Ah赤 reside el poder del pueblo y el del propio LeBron, que ha sido capaz de pasar de ser el malo al bueno de la pel赤cula cuando eso es pr芍cticamente imposible de conseguir dentro de un conglomerado de cr赤ticas que, si dictan sentencia, te dejan casi sin salida. Pero claro, el Rey lo es por algo.
Menospreciar tambi谷n la parte hist車rica de otros grandes del pasado y decir que jugaban solos es una falsedad sublime. Y un ejercicio que banaliza lo que en su d赤a fueron esos equipos, siempre hist車ricos. Pocas han sido las plantillas que realmente fueran cuestionables y ganaran el t赤tulo, por no decir ninguna. Ignorar que Michael Jordan jug車 con una concatenaci車n de leyendas en mayor o menor medida (Scottie Pippen, Dennis Rodman, Toni Kukoc, Ron Harper...) es como pasar por alto que estaba entrenado por Phil Jackson. Igual que decir que LeBron ha perdido seis de las 10 Finales que ha disputado es como decir que His Airness jam芍s tuvo que verse las caras con rivales que se asemejaran a los que se encontr車 James (los 迆ltimos Spurs de Tim Duncan o la dinast赤a de los Warriors) o que nunca necesit車 un s谷ptimo partido o remont車 un 3-1. Cada argumento es ventajista y todas las opiniones v芍lidas en un mundo en el que todo el mundo tiene una y ninguna tiene por qu谷 ser verdad. O quiz芍 todas lo sean. Revisitar la historia sirve para descubrir que todos los grandes jugadores estaban en grandes equipos y contaban con incre赤bles compa?eros. Ya fueran Magic Johnson, Larry Bird o Bill Russell. Incluso Wilt Chamberlain o Jerry West, a pesar del talento que atesoraban, sufrieron lo indecible para ganar el anillo. Y Elgin Baylor nunca lo consigui車.
Al final, todo depende del punto de vista. El vaso que est芍 medio lleno puede estar medio vac赤o de la misma forma que puedes centrarte en lo poco malo que tiene la carrera de LeBron para denostarle o quedarte con tantas cosas buenas para acercarte m芍s a la l車gica de su esencia. Todo vale en un mundo lleno de cosas plausibles y otras ambivalentes, donde decir que el Rey ha compartido vestuario con muchas estrellas es verdad... Pero que se puede decir con una connotaci車n buena o mala dependiendo de a qui谷n le preguntes. La realidad, dif赤cilmente discutible, es que la leyenda del jugador tambi谷n se ha alimentado de la gente que ha tenido a su lado. Que ha sido m芍s que nadie: de gente retirada, a padres de profesionales actuales o incluso su hijo Bronny. Es lo que tiene una estrella que no ve el final del camino en una senectud que es su en谷sima juventud. Una que le permite ser uno de los mejores baloncestistas del mundo mientras tiene m芍s a?os que algunos de los entrenadores de la mejor Liga del mundo (Mark Daigneault, Joe Mazzulla o Will Hardy, de Thunder, Celtics y Jazz respectivamente). Ahora, LeBron James colecciona su en谷sima estrella con Luka Doncic, La joya de una corona que vuelve a brillar como el primer d赤a. Como si el tiempo pasara para todo el mundo menos para su majestad. Un hombre imperecedero y un reinado es eterno.
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