El campe¨®n no estaba muerto

Michael Malone, el entrenador que guio hasta el t¨ªtulo a los Nuggets hace menos de doce meses, se ha pasado los ¨²ltimos d¨ªas intentando recordar a sus jugadores precisamente eso: que son los campeones, el mejor equipo de la NBA al menos hasta que alguien demuestre lo contrario. Y en esta liga hay que demostrarlo, cuando llega primavera, cuatro veces de siete. Eso es lo m¨¢s dif¨ªcil y esa es la lecci¨®n que se llevan los Timberwolves, con menos batallas de esta categor¨ªa en los huesos, de una noche negra que fren¨® en seco su excelente inercia de estos playoffs. Despu¨¦s del 4-0 a los Suns y del 0-2 de Denver, el regreso a casa trajo disgusto: 90-117 y 1-2. No deber¨ªa hacer falta decir que el cuarto partido, otra vez en Mine¨¢polis antes de volver a Denver, se ha convertido en un asunto monumental, el partido del a?o (hasta ahora). Se jugar¨¢ ma?ana, sin tregua: veremos si favorece a quien ha recuperado la compostura o al que seguramente prefiera no pensar demasiado, hacer borr¨®n sin rumiar m¨¢s de la cuenta esta desgracia, y volver a intentarlo.

El cuarto partido apagar¨¢ el retorno del rey con un hipot¨¦tico 1-3 o pondr¨¢ a estos furiosos Nuggets en ruta hacia la sexta vez que se remonta un 0-2. Es, adem¨¢s, el que explicar¨¢ d¨®nde est¨¢ de verdad una eliminatoria imposible de medir si se pone en una mano el segundo y en otra este tercero: los Nuggets, de pelele a peso pesado; los Wolves, de hidra de siete cabezas a cachorrillo zarandeado. Ma?ana sabremos, con m¨¢s de media eliminatoria en juego, qui¨¦n es qui¨¦n. Como m¨ªnimo el tercer partido, un paso por el quir¨®fano a vida o muerte para los Nuggets, s¨ª demostr¨® que el campe¨®n sigue ah¨ª. Y eso es mucho despu¨¦s de la imagen nefasta del martes. De los comportamientos impropios (y el partido de sanci¨®n del que escap¨® Jamal Murray), las reacciones de mal perdedor y el tremendo zarandeo ques se llev¨® en todas las mediciones que acepta un partido de baloncesto.

Malone dijo antes de jugar que acabar¨ªa muy sorprendido si los niveles de intensidad y esfuerzo de sus jugadores en el tercer partido se acababan pareciendo en lo m¨¢s m¨ªnimo a los (atroces) del segundo. Al comenzar la temporada, es bueno recordarlo ahora, cit¨® a John Wooden, el legendario mago del banquillo de los Bruins de UCLA, para lanzar una especie de hoja de ruta hacia el repeat: para ganar una vez, hay que tener talento; para repetir despu¨¦s, hay que tener car¨¢cter. Si en los partidos de las Rocosas fue leg¨ªtimo dudar de qu¨¦ ten¨ªa dentro un equipo que pareci¨® la caricatura del campe¨®n, un p¨²gil que hab¨ªa tirado la toalla nada m¨¢s empezar el segundo asalto, en el traslado a Minnesota qued¨® claro que no hay da?os irreparables en el tejido de un rey que dio una respuesta maravillosa y demostr¨® a los Wolves que no todo son matem¨¢ticas (1-2 ahora) ni historia (solo cinco 0-2 remontados). Hay un examen de f¨ªsica y qu¨ªmica que puede, ma?ana, cambiar radicalmente las notas de fin de curso. Seguramente el cuarto partido nos dir¨¢ qui¨¦n es el cazador y qui¨¦n la presa. As¨ª que s¨ª, va a ser una noche monumental.

Los Nuggets de nada a todo en tres d¨ªas

Los Nuggets cambiaron. Radicalmente, de arriba abajo, en todos los sentidos. Con tres d¨ªas de descanso, Jamal Murray pareci¨® en plenitud (veremos ahora, ya sin tregua, en el resto de la serie) y sin rastro de problemas musculares. Tambi¨¦n, por fin, concentrado y aliviado porque el criterio arbitral vir¨® totalmente, especialmente en unos primeros minutos que anularon el tono del segundo partido, ultra f¨ªsico y de contactos permanentes. Jokic, a pesar de que regres¨® Rudy Gobert tras su ausencia por paternidad, empez¨® (muy malas noticias para los Wolves) a descifrar la monta?a defensiva que tiene enfrente. Jug¨® un partido majestuoso, m¨¢s all¨¢ de sus n¨²meros finales (24 puntos, 14 rebotes, 9 asistencias, 3 robos, 3 tapones). Primero empe?ado en que su equipo entrara en ritmo colectivo, a partir de un punto del tercer cuarto ya recuperada la certeza de que es siempre, y mientras no se demuestre lo contrario, el mejor jugador en pista.

Michael Porter Jr meti¨® tiros, igual que un Aaron Gordon (34 puntos y 7/9 en triples entre los dos) que castig¨® el intento de los Wolves de no defender sus suspensiones, otros d¨ªas err¨¢ticas. Todo fue de cara para un equipo en el que Malone marc¨® el tono alargando los minutos de los titulares, tom¨¢ndose el partido con la trascendencia que realmente ten¨ªa: todo o nada.

Al descanso, los Nuggets llevaban un 6/12 en triples y un 9/10 en tiros cerca del aro. Murray hab¨ªa anotado 18 puntos (acab¨® con 24) y Jaden McDaniels se hab¨ªa pasado 16 minutos en el banquillo por problemas de faltas. Los Wolves estaban en un 6/20 en triples y apenas hab¨ªa pisado la zona rival. Y solo los tiros de Karl-Anthony Towns (12 puntos al descanso, 14 en total) manten¨ªan con algo de vida (41-56) a un equipo local al que seguramente le pasaron factura las expectativas y el ambiente, que pas¨® de volc¨¢nico a g¨¦lido. Que olvid¨® su precisi¨®n ofensiva, un desastre, y tampoco puso, en parte por esa confusi¨®n arbitral a la que no supo adaptarse, el esfuerzo que preventivamente hab¨ªa reclamado Chris Finch: seguir siendo el equipo m¨¢s hambriento en pista. As¨ª tendr¨¢ que ser ma?ana o los problemas ser¨¢n, definitivamente, muy reales.

Anthony Edwards solo llevaba nueve puntos al descanso y, aunque intent¨® montar algo de zafarrancho en el tercer cuarto, acab¨® con 19. Gobert pareci¨® un peso pluma, y en la segunda parte se resquebraj¨® por completa esa coraza de los Wolves que hab¨ªa amasado un 6-0 en estos playoffs. Ya es 6-1: el ¨²ltimo equipo capaz de arrancar 7-0 ha sido aquel pluscuamperfecto de los Warriors 2017, el de Stephen Curry y Kevin Durant. Por algo ser¨¢.

La ventaja de los Nuggets lleg¨® a 34 puntos, el p¨²blico se march¨® en masa mediado el ¨²ltimo cuarto y la temperatura de la serie fue cambiando de forma perfectamente perceptible a medida que los Nuggets se iban pareciendo cada vez m¨¢s a los Nuggets y los Wolves regresaban a su versi¨®n m¨¢s inmadura y descosida, la de principios de curso que parec¨ªa enterrada. Les toca responder ma?ana, demostrar que son un aspirante de verdad y que pueden escapar del v¨¦rtigo que produce ver al campe¨®n, con el MVP al frente, pelear con todo por su vida. Una victoria les pondr¨ªa (1-3), pese a este batacazo, con un pie en la final del Oeste. Otra derrota devolver¨ªa (ser¨ªa un 2-2 camino de Denver) definitivamente la vida a Jokic, Murray y compa?¨ªa. Glups: mejor que ni piensen en ello.

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