?D¨®nde est¨¢ el techo de los Spurs de Wembanyama?

Los Spurs suman y siguen, sin que nadie entienda c¨®mo ni por qu¨¦. Es obvio que estaban encorsetados con Gregg Popovich y que los objetivos son claramente distintos con la baja del eterno mes¨ªas, que camino de los 76 a?os sufri¨® un derrame cerebral que ya veremos si le deja volver a entrenar. La plantilla no es buena, pero daba para m¨¢s que con un t¨¦cnico que lleva mucho tiempo aferrado a un puesto sin que nadie sepa por qu¨¦, manchando la intachable reputaci¨®n que le preced¨ªa, la de los cinco anillos y las seis Finales, los r¨¦cords de regular season o las apariciones continuadas en playoffs. Desde entonces, el veterano t¨¦cnico ech¨® mano de una reconstrucci¨®n eternamente postergada que, al mismo tiempo, transform¨® en eterna. No se acababa nunca, tampoco con la llegada de un unicornio como Victor Wembanyama. Y el permanente argumento de que no hay prisa empezaba a ser desesperante para una entidad acostumbrada al ¨¦xito en su historia m¨¢s reciente y abocada al fracaso en su presente y su futuro. Algo que ha cambiado ligeramente en un contexto complicado por la salud de Popovich pero en el que, al menos, se ha demostrado que el equipo, desde luego, da para mucho m¨¢s.

Lo m¨¢s probable es que Mitch Johnson, asistente del legendario t¨¦cnico y entrenador interino en estos momentos, quiera darse a conocer en la mejor Liga del mundo. Y la mejor manera de hacer algo as¨ª es acumulando victorias y buenos momentos con la exposici¨®n que te da el hecho de tener a un gigante como Wembanyama en tu equipo. Desde luego, los Spurs pueden ser m¨¢s de lo que eran, y eso es decir mucho: cuarta victoria consecutiva, sexta en los ¨²ltimos ocho partidos y 10-8 de r¨¦cord, que les mete de lleno en la lucha por unos playoffs muy caros y muy baratos al mismo tiempo. Por el atasco que hay dentro del conglomerado de equipos en una Conferencia Oeste de muchos candidatos y pocos favoritos; y las cortas rachas, para bien o para mal, que sufren todos y cada uno de ellos. Ah¨ª est¨¢n los Spurs, cada vez m¨¢s lejos del pozo m¨¢s hondo de la NBA y ya matem¨¢ticamente m¨¢s cerca de la luz, una que brilla con m¨¢s fuerza que nunca desde la llegada de la estrella francesa. Y que, de hecho, les coloca en el mejor momento deportivo de los ¨²ltimos seis a?os. Algo triste, aunque tambi¨¦n explicable, sin Gregg Popovich en el banquillo.

Wembanyama fue de nuevo el h¨¦roe de la victoria ante los Jazz, la segunda en tres partidos para los texanos en esas casualidades tan extra?as que el calendario de la NBA propone en los ¨²ltimos tiempos. El p¨ªvot se fue a 34 puntos tirando mucho m¨¢s de tres (14 veces) que de dos (9), llegando al 13 de 23 en tiros de campo y acertando los dos tiros libres que intent¨®. Tambi¨¦n captur¨® 7 rebotes, reparti¨® 2 asistencias y puso 3 tapones. Fue uno de los seis jugadores visitantes que consigui¨® dobles d¨ªgitos en anotaci¨®n dentro de un equipo que vuelve a tener un movimiento de bal¨®n que recuerda al de los mejores d¨ªas y que se fue a 30 asistencias por 10 p¨¦rdidas, adem¨¢s de rozar el 50% en el lanzamiento. La situaci¨®n era compleja, con los Spurs solo 3 puntos arriba al final del tercer cuarto (96-93). Pero un parcial demoledor en los ¨²ltimos 12 minutos (32-22) que incluyeron la lesi¨®n de Laru Markkanen en la recta final del choque, cuando el finland¨¦s tuvo un doloroso choque de rodillas con Wembanyama y tuvo que ser ayudado para llegar al t¨²nel de vestuarios. Un a?adido a una derrota que, por cierto, elimina a los Jazz de la NBA Cup y pone 2-1 a los Spurs, empatados con los Lakers y con los Suns, con los segundos ganando a los primeros en el mismo grupo. Otra cosa m¨¢s de la que alegrarse.

Los visitantes, sumidos en una reconstrucci¨®n obligada desde los despachos que ocupa Danny Ainge y su inmovilismo habitual, en una consonancia opuesta a la de un entrenador que quiere y no puede hacer m¨¢s como Willie Green (buenas ideas, pero en el sitio inadecuado) no hubo demasiado brillo, como viene siendo habitual: 26 puntos de Keyonte George (6 de 12 en triples), 20, con 13 rebotes, de John Collins y otros 20 de Collin Sextos, con 14 de Markkanen antes de su lesi¨®n. Es la quinta derrota en seis partidos de la franquicia de Utah, que lucha por la ¨²ltima posici¨®n del Oeste con los Pelicans. Una v¨ªctima m¨¢s de unos Spurs, que reciben ahora a unos Lakers en crisis para intentar sonre¨ªr de forma m¨¢s grande y acusada. Y dando por el camino una alegr¨ªa m¨¢s a Popovich si ganan a los angelinos, eterno rival de un entrenador que en casi 30 a?os ha sufrido (y mucho) los ¨¦xitos del equipo por excelencia de la NBA. Los Spurs viven su mejor momento y Wembanyama se consolida como el l¨ªder de un proyecto que, por unos motivos o por otros, empieza a ver la luz. Y que constituye un rival m¨¢s para hacer cuentas en la Conferencia Oeste. Por si hubiera pocos.

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