NBA | CELTICS 125 - MAVERICKS 112
Doncic se queda en la orilla
Los Mavs, que llegaron a ir perdiendo por 27, se quedaron a medias en la remontada y acabaron aleccionados en el Garden. El sistema no triunfa.
Se preve¨ªa un partido por todo lo alto, pero solo lo fue de confirmaciones: la de que los Mavericks no est¨¢n para ser candidatos ni, al menos de momento, igualar las finales de Conferencia del a?o pasado. La de que los Celtics pueden con todos y van volando hacia su primer anillo desde 2008, el segundo desde la retirada de Larry Bird. Esas son las conclusiones que se pueden sacar del enfrentamiento del Garden, uno que se resolvi¨® de forma enga?osa (125-112 al final) y que incluso amenaz¨®, de forma t¨ªmida, con caer del otro lado (114-105 a menos de 4 minutos para el final), pero que fue un paseo total y absoluto del equipo de Joe Mazzulla, que ahond¨® un poco m¨¢s en la crisis de los texanos (tres derrotas en los ¨²ltimos cuatro partidos), se creci¨® al frente de un Este que domina con pu?o de hierro (14-4, mejor r¨¦cord de la NBA) y fue, en definitiva, neta y completamente superior a un rival que tiene que hacer un ejercicio de asunci¨®n de culpas y de b¨²squeda urgente de soluciones.
Jayson Tatum, duda antes del encuentro por algunos problemas f¨ªsicos, fue confirmado para saltar al Garden unas horas antes del salto inicial; con Jaylen Brown nunca hubo dudas. Y, como dos son m¨¢s que uno, ambas estrellas se fusionaron para acabar con Luka Doncic: 68 puntos,17 rebotes y 9 asistencias de forma combinada. Fueron 37+13+5 para Tatum, que se fue a 11 de 24 en tiros de campo. 2 de 7 en triples y 13 de 15 en tiros libres; su compa?ero de fatigas lleg¨® a 31+4+4, con 2 robos, 13 de 18, 2 de 3 y 3 de 4. Fueron los dos grandes hombres de un equipo que cont¨® hasta con seis jugadores con dobles d¨ªgitos en anotaci¨®n, y 13 tantos y 9 pases a canasta de Marcus Smart que tambi¨¦n se encarg¨® de organizar una defensa que aisl¨® a Doncic del resto, explot¨® las debilidades del rival para potenciar la esencia propia, la del pundonor, las trincheras en un lado de la pista y el talento en el otro. Del barro a la revoluci¨®n.
Los Celtics ya ganaban de 21 al descanso (70-49), impulsados por Derrick White (los 12 puntos de su equipo los anot¨® ah¨ª), Tatum (23 por entonces) y Brown (13). En ese punto, ya hab¨ªan repartido 18 asistencias (acabaron con 29) y los Mavs tan solo 5. El espect¨¢culo dur¨® todav¨ªa unos minutos m¨¢s: al final del tercer cuarto, con 4 minutos para su conclusi¨®n, los locales se fueron a un 96-69, 27 de diferencia, la m¨¢xima del partido. Un conato de rebeld¨ªa texano, con Doncic consiguiendo involucrar m¨¢s a sus compa?eros y Christian Wood mostrando una versi¨®n muy positiva, dej¨® vivo el partido con 12 minutos por jugarse (101-85). 16 abajo. Pero, como suele pasar en estos casos, lo que parec¨ªa un milagro se qued¨® en un espejismo. Ese partido no lo pod¨ªan perder los Celtics. Dicho de otra manera, ese partido no lo pod¨ªan ganar los Mavericks.
El equipo de Jason Kidd lo intent¨® e incluso levant¨® brevemente a su banquillo, pero era impensable lograr lo imposible. Defendieron mejor que en todo el choque, dejando en 24 puntos a los Celtics; llegaron a estar a 9 tantos. Pero no se puede arreglar en un rato el estropicio realizado en la mayor parte de una noche nefasta, por mucho que Kidd deje su cuadernillo a un lado e introduzca en pista a Christian Wood, muy buscado en el pick and roll y en pases interiores a lazona en el ¨²ltimo periodo, junto a Luka Doncic, una variable a la que se est¨¢ viendo obligado a ceder. Porque s¨ª, Wood plantea problemas defensivos que al t¨¦cnico no le gustan y van incluso en desacorde con el esquema de un equipo en el que defienden todos y el ataque se organiza alrededor de Doncic. Pero la presencia de Wood libera de carga al esloveno en los finales apretados, da oportunidades al equipo cuando su estrella est¨¢ cansada y un revulsivo en la ofensiva ausente en los Mavs desde la salida de Jalen Brunson. El ala-p¨ªvot, que se fue sin anotar en la primera mitad, acab¨®, solo en la segunda, con 26 puntos. Y, en la totalidad, 12 rebotes, 10 de 14 en tiros de campo... Y 5 p¨¦rdidas, s¨ª. Pero la demostraci¨®n de que los suyos se tendr¨¢n que saltar las ideas preconcebidas y cambiar cosas.
Ah¨ª estar¨¢ la capacidad de resiliencia de los Mavs y ah¨ª se valorar¨¢ al equipo en general y la gesti¨®n de Kidd en particular. Perder contra los Celtics en el Garden (Doncic se rindi¨® a Tatum tras el encuentro) entra dentro de lo l¨®gico y la batallas de los Mavs est¨¢ contra otros equipos, pero es obvio que el sistema, tan dependiente de Doncic y ya sin la v¨¢lvula de ox¨ªgeno que representaba Brunson, no funciona y que se necesita algo m¨¢s para competir. El esloveno, por cierto, cuaj¨® otra fant¨¢stica actuaci¨®n: 42 puntos (17 de 28 en tiros), 8 rebotes y 9 asistencias. Pero 5 p¨¦rdidas y un -5 con ¨¦l en pista. Queda mucho y los Mavs (9-8, d¨¦cimos del Oeste con los Warriors ya suspirando en su cogote) tienen margen de mejora. Pero la plantilla es la que es, no est¨¢ sujeta a cambios demasiado grandes y la necesidad de empezar a sumar, unida a la obligatoriedad propia para autoconvencerse de que pueden hacerlo de seg¨²n qu¨¦ manera, son cada vez mayores. Los Mavs de Doncic est¨¢n a prueba. Y es un examen importante.