NBA | KNICKS 100 - MAVERICKS 121
Doncic encuentra oro en el Madison
Dallas Mavericks asalta con una gran segunda parte la casa de unos Knicks que no dan buenas sensaciones. El base cerr¨® con 30 puntos.
Nada mejor que el Madison para volver a sonre¨ªr. Dallas Mavericks recuper¨® la felicidad con una contundente victoria contra New York Knicks (100-121), que luchan a brazo partido para quedarse una temporada m¨¢s fuera de los playoffs. Ser¨ªa el segundo a?o consecutivo. La novena vez en la ¨²ltima d¨¦cada. Este triunfo pone algo de pomada en una herida abierta en una franquicia que llegaba a La Meca del baloncesto con seis derrotas en diez encuentros, un balance que les condenaba a quedarse fuera, incluso, del play in.
Sin embargo, los texanos no pueden lanzar las campanas al vuelo. El term¨®metro neoyorquino no es el mejor para ver si la fiebre se ha reducido. Simplemente sirve para sentirse mejor, poder salir de la cama y dar una vuelta por la casa. Los l¨ªquidos y las medicinas todav¨ªa deben mantenerse en la mesita de noche.
Y si Dallas recupera la sonrisa, Luka Doncic tambi¨¦n lo hace. El base esloveno no arranc¨® con soltura, chocando en sus penetraciones con Mitchell Robinson, un pilar en la primera parte para los Knicks, que aprovecharon que la estrella rival no encontraba facilidades (solo 11 puntos al descanso) para abrir hueco en el marcador: 59-52 con Julius Randle de ejecutor: 21 tantos.
Doncic empez¨® a carburar tras la vuelta de los vestuarios siguiendo la estela de Tim Hardaway Jr., que quiso grabar su nombre en su antigua casa con 17 puntos en el tercer cuarto (cerr¨® con 28). Fustig¨® desde el per¨ªmetro (8 de 13) para, primero, empatar a 68 y, luego, para que los suyos se marcharan lentamente. Con uno de sus escuderos carburando, Doncic decidi¨® dar un paso al frente y matar a los Knicks.
Cogi¨® el testigo e hizo 19 de sus 30 tantos en ese periodo. Y el partido, roto: parcial de 15-41 en esos 12 minutos, de 2-20 en siete minutos, y 74-93 para cerrar el cuarto. El esloveno a?adi¨® 7 asistencias y 8 rebotes. El ¨²ltimo cuarto fue un carrusel para que los menos habituales tuvieran oportunidades. Dallas sonr¨ªe y el Madison abuchea.