Doble de hast¨ªo en Portland

La NBA program¨® en su calendario, en el que a veces se dan situaciones m¨¢s propias de la frenopat¨ªa que de un deporte, dos enfrentamientos seguidos en el Moda Center entre los Blazers y los Mavericks. Y sin d¨ªas de diferencias, con los dos partidos en s¨¢bado y domingo. Un back-to-back a las bravas entre dos de los equipos que est¨¢n llamados a pasar entre los diez primeros de la Conferencia Oeste a la siguiente fase del torneo. Era un terreno abonado para que se rotara con las plantillas y as¨ª se hizo, pero a?adiendo el ingrediente de las lesiones en el cuadro visitante para darle todav¨ªa menos sentido a este doblete infernal. A las bajas por problemas f¨ªsicos de Green, Kleber y Smith se sum¨® la de Tim Hardaway, lesionado el d¨ªa anterior, y Jason Kidd tambi¨¦n reserv¨® a su gran estrella, Luka Doncic, para que no jugara en dos d¨ªas seguidos. El resultado fue casi el mismo que en el primer duelo.

140-123 en esta segunda ocasi¨®n. Se hizo un buen trabajo de correcci¨®n por parte de los t¨¦cnicos de Dallas despu¨¦s de la sangr¨ªa sufrida en el rebote durante el primero, pero fue para descuidar otros aspectos. Los Trail Blazers mueven el bal¨®n con criterio y marearon al rival casi constantemente. Damian Lillard, el mejor de la noche, dej¨® la faceta de director para pasar a la de ejecutor y le meti¨® 40 puntos a los Mavs mientras Grant, Nurkic y Simons acompa?aron con 20 m¨¢s cada uno, una centena redonda.

La NBA ejecuta un criterio con sentido para haber hecho este doblete de esta forma: el ahorro en el desplazamiento, una de las quejas del sindicato con tanto partido en el calendario. El problema es que el espect¨¢culo desluce. Para el aficionado, e incluso el cronista, se estrangulan las capacidades de sorpresa o novedad. Visto desde la ¨®ptica de los Blazers, que aqu¨ª salieron beneficiados, se pudo empatar el duelo de temporada con los Mavericks, romper una racha de cinco derrotas seguidas y seguir vivos en las posiciones que dan acceso al play-in por el Oeste ocupando la novena posici¨®n. En el caso de los texanos se apost¨® por el primero para quemar todas las naves, sabiendo de las limitaciones con las que cuentan en la enfermer¨ªa y que a Doncic se le iba a dar un merecido descanso, y todo ha ido en cadena para ver la peor cara posible. Otra vez salieron a la luz las miserias de este equipo.

En el hast¨ªo en el que est¨¢bamos sumidos se vio que Dinwiddie mantuvo el buen tono tirando del carro para los Mavs y la diferencia, sin contar a Luka Doncic, estuvo en pasar del buen a mal momento en Bullock y en ver resurgir el mejor de Hardy. Para Dallas fue eso, lo contado del rebote y poco m¨¢s. El margen de mejora era m¨ªnimo sin el esloveno: 0-5 ya esta temporada en los d¨ªas en los que no ha estado disponible. ?Qu¨¦ hac¨ªa pensar que iba a haber una revoluci¨®n? Se not¨® la falta de piernas, por ejemplo, en el segundo cuarto, cuando con dos pases o dos amagos Portland deshac¨ªa el buen posicionamiento inicial y ah¨ª no llegaban ni ayudas ni se alcanzaba al atacante. El acierto no era el problema, desde luego, era la falta de amarre en defensa y ah¨ª han ganado mucho los de Billups desde que debut¨® Payton, vigente campe¨®n. En esa manga los locales tuvieron +12. Aguantaron como pudieron los de Dallas y, tras el descanso, lleg¨® la magia a las manos de Dinwiddie, tomando constantemente la decisi¨®n correcta para elevar a los suyos en el marcador (69-70, minuto 28). Tuvo que recurrir Lillard al Dame Time durante el periodo definitivo, estirando sus n¨²meros en la parcela individual y los de su equipo en colectivo, para no dejar pasar esta gran oportunidad de sumar.