Anthony Davis lidera la resistencia

Los Lakers resisten. ?Viven? Algo parecido. Al menos no mueren, si se entiende el matiz. Boquean, reman, aprietan los dientes. Hay mil formas de decirlo, as¨ª que supongo que viven, s¨ª. Eso ten¨ªan que decidir en una matinal perra, d¨ªa lluvioso y rival dif¨ªcil. Los Warriors llegaban a Los ?ngeles en sinton¨ªa, parec¨ªa que encontr¨¢ndose y con Stephen Curry de vuelta. Justo para este partido porque en el caso de estos Lakers, Dios aprieta y ahoga. Pero el caso es que, y adem¨¢s con justicia y m¨¦rito, los Lakers ganaron (113-105). Y resisten, respiran: viven. Est¨¢n 6-3 desde que rearmaron el equipo antes del cierre de mercado. El dato no parece especialmente bueno, pero como m¨ªnimo no es nada malo si se cuenta con que LeBron James se ha perdido seis de esos nueve partidos. Y que tampoco est¨¢ D¡¯Angelo Russell, cuyo talento deber¨ªa ser fundamental. Especialmente sin LeBron.

Los Lakers viven: ahora 31-34, rozando ese resbaladizo play in al que se siguen aferrando como pueden. Nunca llegan del todo, nunca se caen definitivamente porque los rivales en el Oeste se han empe?ado en que tengan vidas infinitas. Nadie va a mil por hora, por decirlo suavemente. Los Lakers tampoco aceleran, pero van marchando. O algo m¨¢s o menos parecido. Y este partido, matinal perra en L.A., lo dej¨® claro. Algo menos, por voluntad. Pusieron mucho m¨¢s empe?o que los Warriors (34-31, su en¨¦simo patinazo) que han perdido (3-1 y con tres derrotas seguidas) el duelo directo de esta temporada con los angelinos, aferrados a un Anthony Davis que volvi¨® a demostrar que si el cuerpo aguanta, su equipo puede subirse en sus hombros para escapar del naufragio. O intentarlo: 39 puntos, 8 rebotes, 6 asistencias, defensa por todas partes y, en el momento de la verdad, cuatro puntos seguidos para convertir un 103-101 en un 107-101 ya en el ¨²ltimo minuto. Suficiente.

Los Warriors persiguieron sin demasiada convicci¨®n. Sin regularidad. Se quedaron en San Francisco hasta que el partido estaba camino del segundo cuarto: 32-12 en ocho minutos de excelente nivel laker pero ninguna resistencia enfrente. En cuanto Curry calent¨® un poco y los tiros entraron, la cosa cambi¨® con una naturalidad que parec¨ªa una condena para los locales: 57-57 en el inicio del tercer parcial. Ah¨ª, cuando parec¨ªa que los Warriors iban cuesta abajo, los Lakers montaron la resistencia: 69-61, 84-75¡­ y 101-93, con posesi¨®n a falta de menos de tres minutos. Pero la percusi¨®n de Curry y Klay, lo de toda la vida, llev¨® al citado 103-101. El ¨²ltimo susto, la vida que quedaba por gastar. Los Lakers ganaron.

Adem¨¢s de Davis, jugaron muy bien Troy Brown (14 puntos, 8 rebotes), Jarred Vanderbilt (10+13 y 4 asistencias) y un Austin Reaves que es una extra?a mezcla de talento y car¨¢cter (16 puntos, 8 asistencias). Dennis Schr?der arregl¨® (lo suficiente) en el ¨²ltimo cuarto, con un par de buenas lecturas, un partido francamente malo. Como el de Bamba (lesionado) o un Hachimura del que se echan mucho en falta los puntos, los tiritos de media distancia. Los Lakers ganaron el rebote, la batalla de las p¨¦rdidas (9-13) y la anotaci¨®n en la zona (40-26). Davis explica mucho de todo eso. Y anotaron, despu¨¦s de m¨¢s de dos cuartos de v¨ªa crucis, el pu?ado de triples que ten¨ªan que anotar para no irse por el desag¨¹e. Y s¨ª, viven. Por ahora. Que no es poco.

Los Warriors, salvo un par de ratitos, tuvieron una ma?ana fea: por debajo del 40% en tiros y 18 triples muy racheados (18/52) y usados como ¨²nico argumento, casi como coartada. Como si fuera a bastar con eso. Klay Thompson estuvo intermitente (22 puntos) y Curry casi arregla en el ¨²ltimo cuarto (19 de sus 27 puntos) lo que estaba siendo un mal d¨ªa de regreso. Quiz¨¢ los Warriors lleguen a playoffs con los argumentos de ese campe¨®n en defensa del t¨ªtulo que apenas han parecido en toda la temporada, pero que sigue ah¨ª. En el fondo, pero sigue. El que quiera creer, tiene razones de sobra para hacerlo, y m¨¢s con Curry de vuelta. Lo dice la historia, b¨¢sicamente. Pero, para justificar el chute de optimismo, mejor que se salte este partido.