D¡¯Angelo Russell por fin est¨¢ en casa

La de D¡¯Angelo Russell es una buena historia, desde luego. Un n¨²mero 2 del draft que no estaba preparado, en 2015, para ser el salvador que necesitaban unos Lakers que se iban a adentrar en el muy dif¨ªcil tramo que separ¨® la retirada de Kobe Bryant de la llegada de LeBron James. El a?o pasado, m¨¢s de un lustro despu¨¦s de su salida, regres¨® a L.A. por la misma puerta de atr¨¢s por la que se hab¨ªa marchado. Ahora, claro, tiene 27 a?os y ya lo ha visto todo en la NBA. Ha sido all star y ha tenido un contrato de m¨¢s de 100 millones de d¨®lares. Pas¨® por Nets, Warriors y Timberwolves; vivi¨® traspasos, movimientos en los que lo ¨²nico que contaba era su contrato y constantes rumores sobre su futuro, su encaje aqu¨ª o all¨¢; debates sobre qu¨¦ le falta para que de tanto talento como tiene no surja un base ganador. As¨ª es la NBA. El jueves se cerr¨® una ventana mercado en la que durante meses se dio por hecho, o casi casi, que saldr¨ªa de los Lakers, otra vez. Que har¨ªa sitio a alguien mejor. M¨¢s fiable, m¨¢s defensivo, con m¨¢s cabeza¡­ todas esas cosas.

Pero D¡¯Angelo se acab¨® quedando. En parte porque el mercado estaba exprimido, tambi¨¦n porque despu¨¦s de una crisis brutal en diciembre (con ¨¦l, el problema siempre est¨¢ en lo profundos que son sus valles), ha jugado a un extraordinario nivel despu¨¦s, en enero y febrero. Ya demasiados partidos para creer que es casualidad, y m¨¢s si se considera que el talento diferencial siempre ha estado ah¨ª. Los Lakers empezaron a valorar m¨¢s a D¡¯Angelo, de repente el tipo de jugador a por el que habr¨ªan ido si no lo hubieran tenido ya en su roster: buen tirador, generador de juego, con qu¨ªmica en el pick and roll con Anthony Davis¡­ D¡¯Angelo se qued¨®, acabar¨¢ la temporada en los Lakers y tiene una oportunidad perfecta para cambiar unas cuantas narrativas. Seguramente, algo o mucho de todo eso viajaba en los gritos con los que puso al publico en pie mientras enlazaba triples de s¨²per clase en una r¨¢faga de 14 puntos en tres minutos que fue el chupinazo a una fiesta grande los Lakers, que arrollaron (139-122) a los Pelicans. Otra vez, como en las semifinales del In-Season Tournament.

Una exhibici¨®n ofensiva memorable

Despu¨¦s del 36-39 de un primer cuarto marcado por las tres faltas demasiado r¨¢pidas de Davis, un s¨ªntoma ominoso para los Lakers, esos catorce puntos de Russell metieron a los angelinos en una ola asombrosa de optimismo y confianza. Como si, de repente, todo fuera bien. 51 puntos en el segundo cuarto y 87 (87-74) al descanso, a dos del r¨¦cord de la franquicia (1987, los mejores tiempos) en una primera parte. Once triples, 20 asistencias y solo una p¨¦rdida, un 67% total en tiros¡­ una maravilla que tambi¨¦n obligaba a preguntarse d¨®nde estaba una defensa de los Pelicans que es la quinta mejor de la NBA desde que empez¨® diciembre y que hab¨ªa dejado en 47 puntos a los Clippers en la primera parte de una victoria absolutamente convincente, apenas 48 horas antes. As¨ª, para nada sirvieron los 22 puntos de Brandon Ingram o los 30 de un Zion Williamson que percuti¨® en ataque pero tuvo uno de esos d¨ªas en los que desespera su profunda falta de concentraci¨®n defensiva.

Despu¨¦s, los Pelicans se acercaron (92-88, 105-100) pero D¡¯Angelo, c¨®mo no, puso la puntilla con dos triples para cerrar el tercer cuarto (115-102). El base acab¨® con 30 puntos, 5 asistencias y un 6/13 desde la l¨ªnea de tres, el faro de un equipo que fue el primero desde 1993 que pone a sus cinco titulares en 20 puntos o m¨¢s: 20+6+6 de Davis a pesar de los problemas de faltas, 21 y 14 asistencias de un LeBron feliz como patr¨®n, 27 de Austin Reaves y 21 de un Hachimura que encontr¨® el aro con facilidad cada vez que los Pelicans mandaron dobles marcajes para intentar enfriar a D¡¯Angelo. Un quinteto, en fin, con 199 puntos y un 58% en tiros.

Una exhibici¨®n total, feliz y con Spencer Dinwiddie (el gran objetivo en el mercado de buyouts) en la grada junto a Rob Pelinka, de unos Lakers que siguen regular (28-26) pero que han ganado cuatro de sus ¨²ltimos cinco partidos. Uno en Boston, otro en Nueva York y este contra unos Pelicans te¨®ricamente superiores (30-22 ahora), pero a los que han arrollado las dos veces que lo has tenido delante este curso (133-89 en Las Vegas). La ¨²nica derrota lleg¨® el jueves, contra el campe¨®n (Denver Nuggets), en los instantes finales y en un partido en que faltaron Russell, Vandebilt, Reddish, Vincent y Christie. Los cuatro ¨²ltimos siguen de baja, pero los Lakers est¨¢n encontrando la chispa competitiva cuando parec¨ªa que su temporada se iba por el desag¨¹e. En gran parte, por el repunte de un D¡¯Angelo Rusell delicioso que le grit¨® al p¨²blico que esa es su casa, que ellos son su gente y que los Lakers, una historia retorcida y llena de trompicones, son al fin y al cabo su equipo. Y seguramente, visto lo que se pod¨ªa haber cocinado en el cierre de mercado, es mejor as¨ª.