Chris Paul, Ricky Rubio y un camino convergente en la NBA

Cuando uno de los mejores bases de su generaci¨®n y de todo lo que llevamos de siglo XXI en la NBA, Chris Paul, recibi¨® la llamada del ahorro no se lo pod¨ªa creer. Viajando a Nueva York para participar en un programa de televisi¨®n, Good Morning America, y m¨¢s con el componente sentimental de ir a hablar del fallecimiento de su abuelo, se llev¨® un sorpres¨®n. Su vida deportiva cambiaba de nuevo. Un traspaso. ¡°Me enter¨¦ yendo en el avi¨®n¡±, admiti¨® en la posterior entrevista. A sus 38 a?os ten¨ªa que rehacerse. Los Suns tomaron la determinaci¨®n de sacarle de la plantilla y hacerse con los servicios de Bradley Beal como nueva estrella para acompa?ar a los Durant, Booker o Ayton. Su destino era, por unos pocos d¨ªas, Washington, que se aparta a pasos agigantados de una lucha por el t¨ªtulo que en Phoenix ten¨ªa casi asegurada. Era una medicina conocida.

A su llegada a los Suns en 2020 ¨¦l estaba en el otro lado, era la otra parte. Era la esperanza, no el repudiado. Era que llegaba, no el que se iba. En el contexto de aquella temporada pand¨¦mica acabada tan tarde, en octubre, despu¨¦s de la burbuja de Florida, el equipo de Arizona realiz¨® un cambio en la direcci¨®n de juego. Chris Paul, que hab¨ªa estado un a?o de puente en los Thunder tras no triunfar en los Rockets de Harden, entraba a formar parte de un equipo que ansiaba pelear por todo. El base espa?ol Ricky Rubio fue mandado a Oklahoma y luego a Minnesota, que era su casa pero tambi¨¦n acab¨® siendo un mero enlace.

Como le ha ocurrido ahora a Chris Paul, a Ricky le pillaron muy fuera de juego aquellos movimientos de mercado. ¡°Una sorpresa. Cuando empezaron los rumores sobre mi traspaso, llam¨¦ a mi gente y me dijeron que mi nombre no estaba sobre la mesa¡±, dijo en la SER en aquel tiempo. En fechas recientes, en el podcast La Sotana, fue m¨¢s all¨¢ porque fue v¨ªctima de una fen¨®meno que se repite en esta era de la comunicaci¨®n: se enter¨® por las redes sociales antes de que le avisara alguien de su confianza. Dos de los directores de juego m¨¢s puros de la NBA, dos talentos generacionales cada uno en su nivel, dos de los mejores cerebros para jugar con el bal¨®n naranja, en parecidas circunstancias. Los finales, sin embargo, no estaban en esos cruces de caminos.

En el verano de 2021 ten¨ªamos a Paul luchando por el ansiado Anillo, ¨¦se que a¨²n no ha conseguido, con los Suns en las Finales ante los Bucks. En ese mismo momento Ricky era llamado a la guerra por los Cavaliers en la que ser¨ªa una etapa de reconversi¨®n para todos: Cleveland volv¨ªa al primer plano tras la segunda salida de LeBron James, con un planteamiento vistoso liderado por el base espa?ol y una base joven de enorme futuro; Rubio, hasta que lleg¨® la fat¨ªdica lesi¨®n de diciembre, estaba en el mejor pico de forma de su trayectoria.

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De nuevo est¨¢ Ricky en los Cavs batallando para encaramarse a la lucha directa por el Larry O¡¯Brien. Entendiendo una nueva realidad, con un nuevo rol. Detr¨¢s de Mitchell y Garland, en segunda l¨ªnea, pero aportando valor. Tiene 32 a?os y sabe estar. Para Chris, con 38 en su cuerpo, las opciones tampoco son prolongables ad eternum. Despu¨¦s de casi veinte a?os como profesional y cinco etapas destacables en la NBA, a Paul, un futuro miembro del Sal¨®n de la Fama al que todav¨ªa se puede disfrutar en las canchas, le llega un caramelito. Los Warriors, esos que acaban de ser destronados por los Nuggets como campeones, han pensado en ¨¦l para formar sociedad con Stephen Curry y Klay Thompson (qu¨¦ m¨¢s se puede pedir) e intentar alargar la provecta dinast¨ªa liderada por el head coach Steve Kerr. Un intercambio de los Wizards con la franquicia californiana le da a ¡®CP3¡ä una oportunidad, qui¨¦n sabe si es la ¨²ltima, para decorar sus dedos con un anillo. Poole sale; Paul entra. Y de qu¨¦ manera. Porque despu¨¦s de ver la cara amarga del negocio, que es lo que es la Liga al fin y al cabo, hay partido.