Chris Paul, entre Clippers y Lakers

Al final, tuvo lugar. Es parte de lo que tiene la NBA: que lo imposible se puede convertir en posible en apenas unas horas. Y que un rumor puede hacerse r¨¢pidamente realidad. Es lo que ha pasado con Bradley Beal, uno de los 10 jugadores de la historia que tiene una cl¨¢usula antitraspaso en su contrato (de 251 millones en 5 temporadas), que ha visto con buenos ojos su llegada a los Suns y su salida de los Wizards, la franquicia a la que tantos a?os ha estado ligado (desde 2012, cuando lleg¨® a la mejor Liga del mundo) y de la que dice adi¨®s sin mucho m¨¢s curr¨ªculum que los puntos anotados y el talento mostrado. Que ah¨ª est¨¢, por mucho que no sea acorde al salario que recibe. Una cosa que, por cierto, no es su culpa; y que es habitual en la NBA actual, dentro de la era de los jugadores empoderados, la bonanza econ¨®mica y los contratos de cantidades ingentes.

La situaci¨®n, claro, ha tenido sus consecuencias. Es obvio que Beal no ha llegado gratis a su nuevo destino, en el que se unir¨¢ con Kevin Durant y Devin Booker para formar un temido big-three. Por el camino, los Suns han tenido que soltar figuras. Y entre ellas est¨¢ la de Chris Paul, que sale por la puerta de atr¨¢s de un proyecto al que tampoco ha podido llevar al anillo (un denominador com¨²n durante su carrera), con el que ha disputado sus primeras Finales (2021, derrota por 4-2 ante los Bucks) y con el que ha demostrado su consabido talento al mismo tiempo que su incapacidad para ser decisivo al final. Al base siempre le pasa algo. Y ahora, con 38 a?os, su destino es nuevo, pero todav¨ªa incierto. Falta por ver cu¨¢nto dan por ¨¦l y qui¨¦n.

Lakers y Clippers son los principales candidatos para hacerse con Paul. Los primeros tienen la necesidad imperiosa de fichar un base y por la lista inherente a la rumorolog¨ªa han pasado Kyrie Irving, Damian Lillard, Trae Young y, ahora, Paul. Los Clippers est¨¢n igual: sin todav¨ªa tener claro qu¨¦ van a hacer con Russell Westbrook (que acab¨® muy bien la temporada) tienen la obligaci¨®n de reforzar la plantilla. Paul ya estuvo en dicho equipo de 2011 a 2017, pero cuesta pensar que llegue ahora otra vez. Principalmente, porque es una estrella que ha perdido su luz y que es propenso a la lesi¨®n. Algo muy habitual, por cierto, en el hermano malo de Los ?ngeles, cuya disposici¨®n al problema f¨ªsico es una barbaridad constantemente protagonizada por sus dos estrellas, Kawhi Leonard y Paul George.

El periodista Chris Haynes, cercano al jugador, ha hablado de la opci¨®n de los Clippers como la m¨¢s cercana. All¨ª mantendr¨ªa, adem¨¢s, su actual salario. Otras fuentes apuntan a que ser¨ªan los Lakers. En ese ¨²ltimo caso, se espera que los Wizards corten a Paul antes del 28 de enero (si no es as¨ª se llevar¨ªa m¨¢s de 30 millones, de los que tiene garantizados 15,8) y que posteriormente decida su destino, que casi seguro pasar¨¢ por Los ?ngeles. En los Lakers, la posibilidad que firmara por el m¨ªnimo de veterano y poder as¨ª renovar a Austin Reaves y Rui Hachimura sin tener que meterse en n¨²meros preocupantes en lo referente al impuesto de lujo ser¨ªa estupendo. Pero no olvidemos que Paul es un base que, si bien ha sido generacional, tambi¨¦n arrastra su maldici¨®n particular (la de no ganar), siempre le pasa algo en el momento de la verdad y ya no parece decisivo. En un equipo donde la edad de LeBron James (amigo de Paul) y la salud de Anthony Davis son condicionantes constantes, meter uno m¨¢s en la compleja ecuaci¨®n puede convertirse en motivo de preocupaci¨®n. Por decirlo suavemente.