Anthony Davis ¡®full experience¡¯ en Dallas

¡°Despedid a Nico Harrison y vended la franquicia¡±. ¡°Se supon¨ªa que iba a tener una estatua en el pabell¨®n¡±. ¡°Amamos al 77¡å. ¡°Nuestra cultura es Luka¡±. ¡°Puedes echar al hombre de la ciudad, pero no a la ciudad del hombre¡±. Hab¨ªa mensajes para todos los gustos en las inmediaciones del American Airlines Center, pero todos dec¨ªan los mismo. La afici¨®n de Dallas echa de menos a Luka Doncic y a¨²n no ha asimilado su marcha. Entre protestas, en redes y las calles, con seguridad reforzada para Harrison, el hombre m¨¢s odiado en la ciudad texana, por las amenazas recibidas, llegaba el primer partido que los Mavericks jugaban en Dallas desde el traspaso de los traspasos. El primero sin Doncic en la franquicia. Y el primero en el que Anthony Davis se pon¨ªa su nueva camiseta. La fiesta ante los Houston Rockets acab¨® bien en el resultado (116-105), pero muy regular en cuanto a las lesiones. Porque PJ Washington y, sobre todo, Anthony Davis, no pudieron acabar el partido.

Lo primero que hizo el ala-p¨ªvot fue dar una magn¨ªfica asistencia, poste alto-poste bajo, a Daniel Gafford. No hab¨ªa pasado ni un minuto y la afici¨®n se levant¨® de sus asientos. Porque incluso cuando lo est¨¢s pasando muy mal tambi¨¦n necesitas un momento de relajaci¨®n. A los 4:30 el momento de relajaci¨®n se convirti¨® en euforia por una mate tras coger el rebote de su propio fallo. Tiempo muerto de Ime Udoka y Davis gritando a la grada y dici¨¦ndoles que ¨¦l estaba aqu¨ª. Todo el mundo se vino arriba. Su nueva estrella ya llevaba 6 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias. Al final del primer cuarto, 14 tantos y 8 rechaces. Mejor presentaci¨®n, imposible.

Un d¨ªa antes hab¨ªa dado una rueda de prensa en la que se pon¨ªa en la piel de su nuevos aficionados: ¡°Lo entiendo. S¨¦ que esto es un negocio y no voy a hacer de menos lo que Luka significa para esta franquicia y esta ciudad. As¨ª que no me sorprende la reacci¨®n de los aficionados. Pero mi trabajo es salir ah¨ª, hacer lo que s¨¦ y devolver la esperanza a esta gente¡±. Sali¨® con esa intenci¨®n, desde luego. Todos los jugadores de Dallas salieron con un punto de concentraci¨®n superior al normal, como intentando demostrar que ellos segu¨ªan all¨ª y que el proyecto est¨¢ muy vivo. Houston pag¨® los platos rotos. En el primero cuarto llegaron a ir 14 abajo (31-17). En el segundo, 21 (53-32).

La mala suerte puede estar a la vuelta de la esquina

Todo iba demasiado bien para ser cierto. O no. PJ Washington ya se hab¨ªa ido al vestuario en la primera parte por una torcedura de tobillo y no jugar¨ªa m¨¢s. Con la llegada de la segunda mitad empez¨® la reacci¨®n de los Rockets, que llegaron a poner a distancia de 2 al final del tercer cuarto. Y para rematarlo todo, Anthony Davis se lesionaba solo en un desplazamiento lateral cuando intentaba defender una penetraci¨®n de un rival. No acab¨® la jugada. En seguida se ech¨® la mano a la ingle y se fue al suelo. Despu¨¦s, al banquillo. Y al final, al vestuario. Lo mejor y lo peor de Davis, el talento infinito para jugar al baloncesto y las lesiones recurrentes, todo en apenas media hora. La primera media hora como jugador de los Mavericks.

Al final sus compa?eros supieron aguantar el tir¨®n de unos Rockets, que por otra parte, no est¨¢n ni mucho menos en su mejor momento de la temporada. El otro jugador llegado de los Lakers, Max Christie, estuvo magn¨ªfico: 23 puntos, 4/5 en triples. Buena victoria de unos Mavs renovados pero conteniendo la respiraci¨®n por lo que pueda ser la lesi¨®n de su nueva estrella.

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