Adebayo es el coraz¨®n de los Heat
Dos veces ¡®all-star¡¯, oro ol¨ªmpico con el Team USA y con un contrato de 163 millones, Adebayo es una pieza crucial para estos heroicos Heat.
En el tr¨¢nsito de las Finales de Colorado a Florida, Jimmy Butler, el macho alfa de Miami Heat, dijo que si ganaban el anillo ¡°ser¨ªa por Bam Adebayo¡±. Y su entrenador, el excepcional Erik Spoelstra, el padre de este equipo de milagros, se rindi¨® al esfuerzo de su p¨ªvot titular: ¡°Todo lo que dij¨¦ramos de la responsabilidad que tiene en esta eliminatoria se quedar¨ªa corto. Le toca el emparejamiento m¨¢s dif¨ªcil que hay ahora mismo en la NBA y, adem¨¢s, le necesitamos involucrado tambi¨¦n en ataque¡±. Ese emparejamiento es, claro, Nikola Jokic, que en el tercer partido de la serie evidenci¨®, por en¨¦sima vez, que estos son sus playoffs y que hay poco que se pueda hacer contra ¨¦l. En tres partidos contra los Heat promedia 33,3 puntos, 14 rebotes y 9,3 asistencias con un 59% en tiros totales, un 44% en triples y un 86% desde la l¨ªnea de personal.
Y, sin embargo, pocos dedos se?alan a Adebayo. Que, literalmente, hace lo que puede. Y que intenta ser el quarterback de la defensa, cogiendo en individual a Jokic durante muchos minutos y dirigiendo con concentraci¨®n m¨¢xima los tramos de zonas cambiantes, sin dejar de presionar en ataque. Para cansar a esa especie de monta?a m¨¢gica serbia que tiene enfrente, colapsar la defensa de los Nuggets y encontrar l¨ªneas de pase hacia los tiradores. Adebayo est¨¢ en 23 puntos, 13 rebotes y 4 asistencias, y pelea cara a cara contra un jugador en trance hist¨®rico, en uno de los mejores recorridos por playoffs de la historia. Uno que, para colmo, es visiblemente m¨¢s grande que ¨¦l: sus 2,06 y 116 kilos contra los 2,11 y 129 del mago de Sombor.
Adebayo (25 a?os) ha asumido el reto con la naturalidad de un jugador que sabe que es el term¨®metro de Miami Heat. Si los triples son el arma letal y Jimmy Butler es el jugador franquicia, ¨¦l marca la temperatura. Cuando est¨¢ sintonizado, mete f¨ªsico en defensa y la bola fluye desde sus posiciones en el ataque, los Heat alcanzan su versi¨®n plena. No siempre sucede: la inconsistencia, de hecho, es uno de los problemas, esperemos que no eternos, de un p¨ªvot no muy grande pero muy fuerte, r¨¢pido y m¨®vil. Ideal para los estilos defensivos, casi siempre de cambios muy agresivos, de la NBA actual. Ya dos veces all-star (2020, 2023) y cuatro en el Segundo Quinteto Defensivo. En su sexta temporada en al NBA (n¨²mero 14 del draft de 2017, desde Kentucky) est¨¢ jugando sus segundas Finales. En 2020 sufri¨® una lesi¨®n en el hombro en el primer partido contra los Lakers, un disgusto que en parte compens¨® semanas despu¨¦s, con una extensi¨®n de contrato de cinco a?os y 163 millones de d¨®lares. Hab¨ªa quedado segundo en la carrera por ser Jugador M¨¢s Mejorado. Por detr¨¢s de Brandon Ingram, por delante de Luka Doncic y Jayson Tatum. Un a?o despu¨¦s, a verano pasado por el retraso al que oblig¨® al pandemia, fue oro ol¨ªmpico con el Team USA, en Tokio.
¡°Es una bestia¡±, dice el tirador Duncan Robinson, uno de los que saca tajada de sus bloqueos y sus pases. ?l se motiva con las cr¨ªticas (¡°me encanta demostrar que la gente se equivoca conmigo¡±) y quita presi¨®n a tener que zurrarse con Jokic en las zonas de las Finales: ¡°Esto es divertido. Mi madre y yo sal¨ªamos adelante con 12.000 d¨®lares al a?o, eso s¨ª que pesa en los hombros¡±.
El nombre que viene de Los Picapiedra
Es un resumen sencillo de un camino dif¨ªcil. De padre nigeriano que abandon¨® su casa cuando ¨¦l era un cr¨ªo, a Edrice Femi Adebayo lo empez¨® a llamar ¡°Bam¡± su madre por un personaje de Los Picapiedra (Bam-Bam, el beb¨¦ adoptado por Pablo y Betty M¨¢rmol). Ella lo crio en un tr¨¢iler, una de esas livianas caravanas que acaban formando extra?as barriadas en zonas depauperadas de Estados Unidos, en Carolina del Norte. Por eso creci¨® so?ando con jugar en Charlotte Hornets. Ella trabajaba como cajera y, pronto, su hijo percibi¨® su hast¨ªo, su cansancio y su angustia, y prometi¨® que la sacar¨ªa de todo aquello. Con su primer sueldo, se la llev¨® a cenar a un Cheesecake Factory, y le consigui¨® un apartamento en la misma torre del downtown de Miami en la que viv¨ªa ¨¦l, solo que 41 pisos m¨¢s abajo (del 46 al 5: a su madre no le gustan las alturas). La foto de ese tr¨¢iler en el que viv¨ªan era el fondo de pantalla en su m¨®vil y le acompa?¨® tambi¨¦n en los Heat, donde puso la imagen en su taquilla y sol¨ªa escribir la direcci¨®n en sus zapatillas: ¡°No quer¨ªa ser visto solo como otro ni?o pobre, mi ambici¨®n se forj¨® en ese tr¨¢iler. Si hubiera tenido una vida mejor, tal vez no estar¨ªa aqu¨ª, ese tr¨¢iler me hizo ser quien soy¡±.
Cuando su hijo ya era una estrella millonaria, su madre segu¨ªa, a veces, rompiendo a llorar en su apartamento, incapaz de procesar que todo lo que la rodeaba era realmente suyo: ¡°A¨²n me preocupo de que mi hijo tenga lo necesario, de si lleva dinero encima cuando se va de viaje con el equipo¡ te acostumbras a vivir pendiente de eso, con esa angustia¡±. Los Heat, en el proceso previo al draft, percibieron esa conexi¨®n en un jugador extremadamente maduro para su edad, un f¨ªsico prodigioso y una ¨¦tica de trabajo ¨®ptima. En las instalaciones de la franquicia, la sala de musculaci¨®n se llama ¡°Zo¡¯s Zone¡± en recuerdo a Alonzo Mourning, que amonton¨® todos los r¨¦cords de kilos y repeticiones posibles. Adebayo ya ha superado varios, aunque los preparadores f¨ªsicos le dijeron que necesitar¨ªa unos cuantos a?os m¨¢s para acercarse de verdad a las cifras del m¨ªtico p¨ªvot.
Adebayo aguant¨® la frustraci¨®n cuando Spoelstra no contaba con ¨¦l en sus primeras semanas como rookie. Sigui¨® trabajando y contrat¨® un chef, aunque no pensaba hacerlo hasta que llegara el primer gran contrato. A base de quinoa, verdura y consejos hasta cuando estaba de gira con el equipo (le enviaba fotos del men¨² de los restaurantes) baj¨® su ¨ªndice de grasa corporal por debajo del 7%. Parte del proceso que recuper¨®, con mucha mano de su entrenador, al jugador que en el instituto sub¨ªa la bola, recib¨ªa triples marcajes y promediaba 32 puntos y 21 rebotes en su primer a?o. El que se elev¨® a la categor¨ªa de prospect 5 estrellas, quinto mejor jugador del pa¨ªs de cara al curso universitario 2016-17. Los Heat valoraban al jugador, pero tambi¨¦n a un chico mod¨¦lico con los estudios y del que no hab¨ªa ni una mala referencia.
Destinado a jugar en la cultura de los Heat
En Miami, lo dijo Spoelstra, deseaban dar a Adebayo la historia por la que llevaba a?os peleando, una en la que sacaba de la pobreza a su madre, Marilyn Blount. Y pudieron hacerlo, en parte porque el p¨ªvot cay¨® hasta el 14 del draft por una paradoja: eligi¨® Kentucky para su a?o universitario (2016-17) porque el entrenador, John Calipari, tiene una probada capacidad de convertir a sus mejores jugadores en altas elecciones de draft. Y por la v¨ªa r¨¢pida. Pero, al mismo tiempo, fue Calipari el que le limit¨® a poner bloqueos, terminar continuaciones y matarse a defender en el equipo en el que estaban De¡¯Aaron Fox y Malik Monk. Uno que perdi¨® en el Elite 8, a las puertas de la Final Four, contra North Carolina. Pero que meti¨® en los puestos de loter¨ªa del draft (top 14) a Fox (5), Monk (11) y Adebayo (14).
Por su rol con los Wildcats, algunos se plantearon si pod¨ªa ser un jugador viable en un ataque NBA. Por eso lo descartaron los Knicks con el 8 (eligieron a Frank Ntilikina¡) y, entre otros, los Hornets, el equipo que en el que quer¨ªa jugar Adebayo y que prefiri¨® a su compa?ero en Kentucky, un Malik Monk que tuvo un mal arranque en Carolina pero ha resucitado su carrera en Lakers y Kings. Los Heat ten¨ªan al p¨ªvot como n¨²mero 10 en su ranking interno, as¨ª que se frotaban las manos: Detroit no lo elegir¨ªa en el 12 (fue Luke Kennard) porque ya ten¨ªa a Andre Drummond (que ha dado vueltas sin parar por la NBA en los ¨²ltimos a?os). Quedaba el 13, de los Nuggets. As¨ª que cuando los de las Rocosas, su rival ahora en la Final, traspasaron el pick a los Jazz, que se lanzaron a por Donovan Mitchell, en Miami sonrieron: ya ten¨ªan al jugador que los hab¨ªa impresionado en los entrenamientos previos, en los que incluso se hab¨ªa encarado con el mism¨ªsimo Pat Riley. Algunos habr¨ªan visto esos gestos como una se?al de alarma, pero Juwan Howard, entonces asistente de Spoelstra, lo vio claro al instante: ¡°Tiene madera de jugador de los Heat¡±.