El milagro de Sud¨¢n del Sur
El pa¨ªs m¨¢s joven del mundo se estrenar¨¢ en unos Juegos tras ser el mejor africano en el Mundial. ¡°Cuando jugamos, todo se detiene, la violencia cesa¡±.
Sud¨¢n del Sur es el pa¨ªs m¨¢s joven del mundo, independiente desde 2011, cuando el gobierno de Sud¨¢n acept¨® el abrumador resultado (98,83%) de un refer¨¦ndum que intent¨® poner algo de paz despu¨¦s de a?os de guerras que, por desgracia, no terminaron ah¨ª. ¡°Cuando jugamos, todo se detiene, la violencia cesa. Todo el mundo est¨¢ pendiente de nosotros¡±, asegura Royal Ivey, el seleccionador del equipo milagro de este Mundial: decimos¨¦ptimo con balance positivo (3-2) y, sobre todo, la plaza africana para los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs.
¡°Hace un a?o entren¨¢bamos en pistas inundadas de agua y al aire libre, con ¨¢guilas volando por encima de nosotros¡±, asegura Ivey, al frente de un equipo que ha emocionado con un l¨ªder como Carlik Jones (20,4 puntos, 10,4 asistencias) nacido en Ohio pero de origen sudsudan¨¦s. As¨ª es este equipo: Wenyen Gabriel, en los Lakers hasta junio, naci¨® en Jartum, capital de Sud¨¢n. Nuni Omot naci¨® en un campo de refugiados en Kenia, Jok Kacuol creci¨® en Uganda, donde tuvo que huir despu¨¦s de que su padre y sus dos abuelos fueron asesinados en la guerra civil. Y hay un p¨ªvot de solo 16 a?os, Khaman Maluach, que apunta al draft de 2025 de la NBA y que es el tercer jugador m¨¢s joven en la historia de los Mundiales.
¡°Esta es una historia que va m¨¢s all¨¢ del baloncesto, con la que todo el mundo puede identificarse¡±, asegura Luol Deng, presidente de la Federaci¨®n, asistente en el banquillo¡ y ¡°alma¡± de Sud¨¢n del Sur como reconoce su ¨ªntimo amigo Ivey. Deng creci¨® en Londres porque su padre fue exiliado all¨ª por su condici¨®n de preso pol¨ªtico. Jug¨® para Gran Breta?a pero ahora ha puesto su coraz¨®n en un proyecto que ser¨¢ ol¨ªmpico, un hito para un pa¨ªs que llev¨® a sus primeros atletas a R¨ªo 2016, despu¨¦s de uno compitiera cuatro a?os antes, en Londres y bajo bandera ol¨ªmpica. Deng, que fue dos veces all star en la NBA, apenas pod¨ªa contener las l¨¢grimas por lo conseguido por Sud¨¢n del Sur en este Mundial: ¡°Iremos a los Juegos en el nombre de toda ?frica. Todo el mundo lo ha visto: cuando inviertes en ?frica y en su gente joven, cuando inviertes en esos pueblos y les dan una oportunidad de tener ¨¦xito, demuestran todo el talento que tienen y que pueden estar a la altura de cualquier lugar del mundo¡±.
Deng (38 a?os, retirado en 2019) hizo de ni?o sus pinitos en el baloncesto en Egipto y junto al legendario Manute Bol, como ¨¦l nacido en lo que hoy es Sud¨¢n del Sur. Cuando viaj¨® a Estados Unidos todav¨ªa en a?os de instituto, fue Ivey (casi una d¨¦cada en la NBA tras ser un base estrella de la Universidad de Texas) el que lo acogi¨® y le consigui¨® sus primeras zapatillas de baloncesto. El inicio de una profunda amistad que llega hasta hoy y que es la base del incre¨ªble ¨¦xito de Sud¨¢n del Sur y su herencia de refugiados e hijos de la violencia: ¡°Esta ha sido una de esas experiencias que te ponen en tu sitio, que te dan perspectiva. Me ha dolido el coraz¨®n, he tenido altibajos¡ y ahora estoy en el s¨¦ptimo cielo, en una nube. C¨®mo hemos podido pasar de donde est¨¢bamos a jugar un Mundial y clasificarnos para los Juegos¡¡±, afirmaba maravillado un seleccionador feliz tras el triunfo contra Angola (once veces campeona de ?frica) que certific¨® el billete ol¨ªmpico. Antes, su equipo hab¨ªa batido a China (su primer triunfo en un Mundial) y Filipinas.
Para Deng, que nunca pudo jugar para Sud¨¢n del Sur, es como si se cerrar un c¨ªrculo: ¡°Sab¨ªa desde que era jugador que en Sud¨¢n del Sur hab¨ªa talento, muchos chicos que, como yo, acababan jugando para otras selecciones. Yo pude jugar para Gran Breta?a, y estoy muy agradecido, pero siempre ten¨ªa esto en mente, y en cuanto me retir¨¦ pude hacerlo. Ten¨ªa la idea, hab¨ªa trabajado en la comunidad, hab¨ªa hecho campus, sab¨ªa a qui¨¦nes quer¨ªa a mi lado para llevar esto a cabo¡¡±.
Porque para ¨¦l y la selecci¨®n a la que ahora representa, esto es, efectivamente, mucho m¨¢s que baloncesto: ¡°En el Mundial mucha gente nos animaba. Pudieron ver c¨®mo somos, una joven naci¨®n que va en la direcci¨®n correcta. Quer¨ªamos cambiar la narrativa sobre Sud¨¢n del Sur, que se hablara en positivo de nuestro pa¨ªs. Y lo estamos logrando. Gracias al baloncesto, hay mucha gente que est¨¢ leyendo por primera vez sobre Sud¨¢n del Sur. Hasta ahora, nuestros deportistas ten¨ªan que competir con otras banderas o con las de refugiados. Pero esto es el comienzo para Sud¨¢n del Sur, nuestra presentaci¨®n ante el mundo. Y es un mensaje para los chicos de nuestras calles, que en vez de pensar en todas las dificultades que tienen por delante, puedan estar orgullosos del lugar en el que han nacido, sientan que ellos tambi¨¦n pueden llegar aqu¨ª y puedan hablar de cosas distintas, positivas. Vamos a celebrar ese valor del deporte, lo que puede hacer por nuestra juventud. Tenemos mucho talento, y mucho se ha desperdiciado. Hace falta que se crea, que se invierta. Esa es la conversaci¨®n a partir de ahora¡±.