Sara Revuelta, la ¡®peque?a Kobe¡¯ que sue?a con ir a la NASA
La madrile?a, la ¨²nica chica en el CD Ilunion, el equipo de baloncesto en silla (deporte mixto) m¨¢s laureado de Espa?a, tambi¨¦n es f¨ªsica.
¡°De forma resumida, se trata de intentar ser la mejor versi¨®n de ti mismo constantemente. Es una b¨²squeda diaria para ser mejor de lo que fuiste ayer¡±. As¨ª defini¨® Kobe Bryant su legendario concepto de Mamba Mentality. Y as¨ª se puede definir a Sara Revuelta, la ¨²nica mujer en el CD Ilunion, el equipo de baloncesto en silla m¨¢s laureado de Espa?a. Su entrenador, Miguel Vaquero, le puso el apodo de Little Mamba. Ahora, lo luce con orgullo en su descripci¨®n de Instagram. ¡°Empez¨® a llamarme as¨ª porque le recordaba a Kobe a la hora de competir y de entrenar. Y as¨ª se qued¨®¡±, recuerda en conversaci¨®n con AS. Pese a no seguir ¡°a muerte¡± el baloncesto a pie, Laura se identifica con Kobe. ¡°Siempre digo que no quiero ser como nadie, quiero ser Sara Revuelta, pero la verdad es que estoy de acuerdo con muchas de las cosas que defend¨ªa¡±, desarrolla la jugadora madrile?a.
Cuando ten¨ªa dos a?os, Sara fue diagnosticada con leucemia linfobl¨¢stica aguda (un tipo de c¨¢ncer por el que la m¨¦dula ¨®sea produce demasiados linfocitos inmaduros). Debido a ello, atraves¨® tres a?os de quimioterapia oral, intravenosa e intratecal. Funcion¨®, pero dej¨® secuelas: la lesi¨®n medular por la que hoy en d¨ªa utiliza silla de ruedas. Antes de llegar al baloncesto, pas¨® por la nataci¨®n, el b¨¢dminton, el esqu¨ª, la h¨ªpica y el tenis de mesa, el deporte que realmente quer¨ªa practicar, aunque le quedaba demasiado lejos de casa. Con 13 a?os, finalmente, empez¨® con el b¨¢squet en Alcobendas; con 15, lleg¨® a la Selecci¨®n. ¡°Tuve la suerte de estar en el sitio perfecto en el momento adecuado. Se necesitaban jugadoras de mis caracter¨ªsticas y entr¨¦¡±, se quita m¨¦ritos.
Diez a?os despu¨¦s de aquello, ya luce dos bronces europeos con Espa?a. Con el Ilunion, acumula cuatro Ligas, seis Copas del Rey, dos Champions y una Supercopa, lograda este mismo mes de octubre. Puso fin a una extra?a sequ¨ªa de tres a?os. ¡°Llev¨¢bamos sin ganar un t¨ªtulo desde antes del coronavirus. Ha sido muy especial¡±, dice sobre su ¨¦xito, el en¨¦simo dentro de un deporte que es mixto por la falta de jugadoras para tener competiciones propias. Eso tambi¨¦n contiene trazas de Mamba Mentality. ¡°Por biolog¨ªa pura y dura, generalmente, porque siempre hay casos excepcionales, la mujer tiene menos fuerza y resistencia que un hombre. En un deporte tan f¨ªsico como el nuestro, se nota. Y, oye, al final, hacerte un huequito en un equipo grande como el Ilunion, con los mejores del mundo, pues es dif¨ªcil. Tienes que entrenar, entrenar y entrenar para demostrar que est¨¢s a la altura¡±, expone.
Realidad e inspiraci¨®n en un deporte mixto
Tras muchos a?os sola ¡°en un mundo de hombres¡±, Sara se ha sentido ¡°como una m¨¢s¡± dentro del vestuario, pero tambi¨¦n ha escuchado comentarios machistas fuera de ¨¦l. ¡°En el momento en el que t¨² trabajas y quieres que el equipo gane, est¨¢s dentro del grupo¡±, explica. ¡°Hoy en d¨ªa, sin embargo, todav¨ªa hay gente diciendo que las mujeres no deber¨ªamos estar en este deporte, que deber¨ªamos tener nuestra propia liga o que no estamos hechas para esto. Incluso, que est¨¢s jugando porque haces cosas fuera de la pista o que vende tener a una mujer en el equipo¡±, contrapone. ¡°Casos excepcionales¡±, recalca, pero que se siguen produciendo.
¡°En el momento en el que t¨² trabajas y quieres que el equipo gane, est¨¢s dentro del grupo¡±
Desde sus primeras incursiones en el baloncesto en silla, la jugadora madrile?a, de 26 a?os, tuvo que ganarse el respeto de plantillas veteranas y con objetivos ambiciosos. Cuando lleg¨® al Ilunion, el equipo estaba luchando por lograr el triplete. ¡°No ten¨ªan tiempo para formar a la ni?a de turno¡±, bromea. A trav¨¦s del Campus Sara Revuelta, que ya cuenta con tres ediciones, Sara ofrece a las m¨¢s j¨®venes transitar por todas esas etapas que ella se vio obligada a quemar de golpe. No s¨®lo en el ¨¢mbito puramente deportivo. ¡°Cuando te dicen que tu hija, con 15 a?os, va a entrenar, competir y viajar con hombres de 40... no suele hacer gracia. En el baloncesto en silla no existe esa formaci¨®n de base como en el baloncesto a pie. Y las jugadoras tampoco tenemos nuestro propio espacio. El campus es una forma de conseguirlo¡±, explica.
Actualmente, las preselecciones de la Selecci¨®n, como mucho, se componen de 16 jugadoras. ¡°Hay m¨¢s chicas, claro, pero no a ese nivel¡±, justifica Revuelta, que repite constantemente las palabras ¡°base¡± y ¡°formaci¨®n¡±. A ellas, a?ade ¡°inversi¨®n¡± o ¡°patrocinios¡±, ingredientes siempre necesarios. El n¨²mero de jugadoras como para crear una liga propia no es suficiente, pero hay alternativas. ¡°A nivel femenino, el baloncesto en silla no est¨¢ profesionalizado. En divisi¨®n de honor, el 80% o 90% de los chicos viven de esto. En toda la liga, en cambio, s¨®lo hay dos o tres chicas que realmente puedan decir lo mismo¡±, reivindica. Y aporta soluciones. ¡°En Alemania o Inglaterra, se juega de forma mixta y, luego, se juega un torneo al a?o exclusivamente femenino¡±, plantea. Otra opci¨®n, a?ade, podr¨ªa ser una competici¨®n paralela de 3x3.
Un objetivo espacial
La pr¨¢ctica totalidad de las jugadoras en silla, por todo ello, tambi¨¦n trabajan o estudian. Graduada en Ciencias F¨ªsicas, actualmente, Sara cursa un m¨¢ster en F¨ªsica de la Atm¨®sfera. S¨®lo le falta el trabajo final. Pese a que su primera opci¨®n era la astrof¨ªsica, termin¨® haciendo match con la meteorolog¨ªa. ¡°Siempre hab¨ªa so?ado con trabajar en la NASA, por eso quer¨ªa decantarme por la astrof¨ªsica, pero descubr¨ª que eso no era incompatible con la meteorolog¨ªa¡±, explica con la ilusi¨®n de una ni?a. ¡°Tanto la NASA como la ESA (Agencia Espacial Europea) tienen meteor¨®logos. Se encargan de observar, medir y estudiar las condiciones en otros planetas, por ejemplo¡±, desarrolla. Es un objetivo dif¨ªcil, admite, pero no imposible. ¡°Como m¨ªnimo, me gustar¨ªa hacer unas pr¨¢cticas o una estancia cortita. Ahora tengo m¨¢s en mente la ESA¡±, dice. ¡°Eso igual lo consigo, ?no?¡±, pregunta la ¡®peque?a Kobe¡¯, fiel a su mentalidad.
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