Movistar Estudiantes: radiograf¨ªa de una nueva decepci¨®n
Los colegiales repetir¨¢n por cuarta temporada en la Primera FEB. Hacienda, el patrocinio Movistar y la configuraci¨®n de una nueva plantilla, los desaf¨ªos.
No hay dos sin tres, dice el refr¨¢n. Y el Movistar Estudiantes lo ha seguido al pie de la letra en su tercera temporada en la LEB Oro (el pr¨®ximo a?o Primera FEB)¡ aunque no de la manera que se esperaba. Los colegiales fracasaron en un nuevo intento de subir a la Liga Endesa tras caer en la Final Four de ascenso (la segunda en este trienio en Segunda) en el partido definitivo contra el ICG For?a Lleida. Una derrota devastadora (70-85), sin posibilidad alguna ante un rival que maniat¨® a los estudiantiles desde el primer minuto. Ni como anfitri¨®n, en el Madrid Arena, pudieron alcanzar el objetivo. Una decepci¨®n enorme que se ve¨ªa en los rostros de los jugadores, en un Adams Sola que no pod¨ªa controlar sus l¨¢grimas. Tampoco Yannick Nzosa. La cara de Carlos Su¨¢rez, canterano ramire?o que regres¨® al club 13 a?os despu¨¦s, era todo un poema. La del entrenador Pedro Rivero en rueda de prensa no le iba a la zaga.
Fue una dolorosa ca¨ªda en una temporada que fue un d¨¦j¨¤ vu con respecto a las dos anteriores. Los guiones escritos estos tres a?os se acoplan con leves diferencias. De veranos ilusionantes, con nuevos y atractivos proyectos a finales dram¨¢ticos con enfado de la afici¨®n pasando por una salida de tacos maravillosa, una ca¨ªda a plomo y el espejismo de una resurrecci¨®n. Pas¨® en el estreno en Segunda. En el experimento de Cheminova del segundo. Y tambi¨¦n en este ¨²ltimo, con uno de los dos proyectos tit¨¢nicos sobre el papel de la LEB junto al del Longevida San Pablo Burgos.
Lleg¨® Michael Carrera, el MVP del curso pasado, y Pedro Rivero, el entrenador del ascenso con el Zunder Palencia. Francis Alonso y Johnny Dee, anotadores imparables. Segu¨ªa Kevin Larsen, un cinco de garant¨ªas, y Tom Leimanis. Se fichaba desde Palencia al peque?o base el¨¦ctrico Alec Wintering. Suma y sigue de calidad. De palabras mayores sobre la cancha. La ¨²nica pega, mucho peque?o jug¨®n y poco alto defensivo, con el puesto de alero solo en manos de c¨®mo saliera la apuesta Sergio Rodr¨ªguez. Una plantilla de quilates que tapaba, de alguna forma, el pol¨¦mico verano en la instituci¨®n con m¨²ltiples despidos que no gustaron a la afici¨®n. Las salidas de Santi Escribano, jefe de prensa y en el organigrama del club desde 2006; del fot¨®grafo Juan Pelegr¨ªn y de ?scar Carretero, utillero del primer equipo y en el club desde hace 23 temporadas en la que ha hecho de todo, levantaron una polvareda que solo los resultados positivos pod¨ªan tapar.
Buen comienzo
Y el arranque del motor fue apote¨®sico. L¨ªder tras la primera vuelta con un balance de 14-3. Sin derrotas fuera del Palacio. La sorprendente ante el Oviedo, la pol¨¦mica frente al Valladolid y la clave contra el Leyma Coru?a en casa, los ¨²nicos puntos negros. Tambi¨¦n se conquist¨® la Copa Princesa, la segunda en tres a?os. Frente a los gallegos, el barco empez¨® a zozobrar. Se lesion¨® Alonso. Carrera fue sancionado con cinco partidos. De car¨¢cter vol¨¢til y volc¨¢nico, con muy poca sangre fr¨ªa, el venezolano no encontraba su hueco en el sistema (necesitaba demasiado bal¨®n y se obcecaba cuando las cosas no sal¨ªan). Sin ¨¦l, m¨¢gicamente, el Estudiantes jug¨® mejor. El rebote era un drama, pero jugaba mejor: compacto, solidario, r¨¢pido. Se lanzaba en cada partido a intercambiar golpes con su rival¡ y siempre ganaba. Muchas posesiones, mucho tiro, mucha carrera, parec¨ªa imparable¡ hasta la lesi¨®n de Dee el 4 de febrero ante el Clavijo.
Sin el escolta estadounidense y sin Alonso, los estudiantiles entraron en barrena. La directiva no supo manejar el mercado como hab¨ªa hecho con la baja de Francis, que se cubri¨® a las mil maravillas con la llegada del cedido Guillem Ferrando desde Valencia y el traslado del uno al dos de Tom Leimanis. Se fich¨® a Niko Rakocevic y a Branden Frazier. El primero jug¨® solo nueve partidos; el segundo, ocho. Rako se qued¨® hasta el final de la temporada sin protagonismo; el estadounidense se march¨® antes de tiempo. Entradas y salidas, lesiones, que afectaron directamente a la moral de la plantilla.
La ca¨ªda
El tropez¨®n fue como ver un accidente de tr¨¢fico: era algo doloroso, pero no pod¨ªas apartar la mirada porque era incomprensible lo que pasaba ah¨ª. Perdieron cinco de seis partidos. Tropiezos, adem¨¢s, contra rivales directos: Lleida, Coru?a, San Pablo Burgos y Alicante. Ourense tambi¨¦n apu?al¨® a una v¨ªctima que solo pudo meter mano al Fuenlabrada y que se desangraba en defensa, cayendo por 18,2 puntos de diferencia.
Pasaron de recibir 72,9 tantos de media en las 20 jornadas previas a 89 en las siguientes seis. Hasta la racha negativa, solo el Valladolid le hab¨ªa anotado 90 puntos o m¨¢s con 92¡ y tras una pr¨®rroga. En este tramo, Coru?a (114) y Lleida (93) y Ourense (92) rompieron esa barrera. El porcentaje desde el triple, la gran arma colegial, en ese lapso descendi¨® sin Dee y Alonso un 9,4% hasta el 32,6%, maquillado por el 52,2% frente al Fuenla (12 de 23). El equipo se despidi¨® de la primera posici¨®n, del ascenso directo. Su lucha era simplemente reencontrarse de nuevo.
El amago de resurrecci¨®n
Y lo hizo a su manera. Lleg¨® Francisco C¨¢ffaro para dar un respiro a Larsen en el puesto de p¨ªvot y mayor contundencia en la zona, en el rebote. Regresaron, con mucho esfuerzo y antes de lo previsto, tanto Dee como Alonso y el final de curso dio de nuevo ilusi¨®n. No la misma que al principio de a?o, pero el lema demente de ¡®nos van a ver retornar¡¯ parec¨ªa posible. Pero no se culmin¨® el proceso. El duro Betis cay¨® en cinco partidos en cuartos y la revelaci¨®n Tizona en semifinales. El Lleida no se dej¨® meter mano devolviendo al Estudiantes a un punto de partido con muchas inc¨®gnitas. Y el mismo problema capital, el econ¨®mico.
Hacienda
El Estudiantes contrajo una deuda con Hacienda en 2010, tras un concurso de acreedores, de 10,8 millones de euros. Cumplidos los plazos de pagos unos a?os s¨ª y otros no, se volvi¨® a negociar con la Agencia Tributaria en 2017 un acuerdo que obligaba a pagar los 6 millones que restaban en seis a?os. El importe poco m¨¢s de un mill¨®n m¨¢s los intereses. El calendario se cumpl¨ªa, pero la pandemia oblig¨® a un nuevo pacto en el que el club desembolsar¨ªa simplemente un mill¨®n de euros cada a?o desde 2022 hasta 2024 para en 2025 hacer frente a los 1,9 millones de todos los intereses de demora devengados de esas temporadas.
La pr¨®xima anualidad, en octubre, no es la gran ballena blanca, sino la siguiente, la de los intereses acumulados. Una de las ideas barajadas es dividirla en varios a?os por una cantidad m¨¢s asumible, aunque se desconoce si es posible al ser simplemente intereses y si Hacienda aceptar¨¢. La v¨ªa de la ampliaci¨®n de capital para afrontarla se descarta tras hacer cuatro desde 2018. La ¨²ltima, en 2022-23 ya con Ignacio Triana como presidente, no cumpli¨® las expectativas.
Movistar
La resistencia con vida del Estudiantes, una rara avis tras la crisis financiera de 2007 y 2008 que se llev¨® a m¨¢s de un club de ACB, se basa en gran medida al patrocinio de Telef¨®nica. La compa?¨ªa lleva unida al club desde 2013 con Tuenti. Movistar entr¨® en 2014 y se mantiene hasta la fecha. En 2025 se acaba una relaci¨®n que la instituci¨®n est¨¢ tratando de extender, pero no es lo mismo entrar en la mesa de negociaci¨®n con la fuerza de la ACB que con la debilidad de la LEB.
Plantilla
El asunto econ¨®mico, claro, tiene repercusi¨®n directa a la hora de plantear la plantilla. El dinero que se va a las obligaciones contra¨ªdas, no vuelve, y se debe nadar en una Segunda cada vez m¨¢s poderoso, con cada vez m¨¢s peces que nadan en el mismo mercado. Palencia, Burgos, Obradoiro, Fuenlabrada¡ son rivales directos a la hora de negociar para configurar un nuevo Estudiantes que, por el momento, ya tiene su primera piedra: Pedro Rivero. La continuidad de un entrenador es algo complicado de ver en el Ramiro. No es broma. El segoviano es el primer t¨¦cnico desde la era Salva Maldonado, 2016-18, que repite dos veranos seguidos. Una inconsistencia en un puesto que ha tenido siete jefes diferentes desde la salida del catal¨¢n y la llegada del Rivero. Josep Mar¨ªa Berrocal, Aleksandar Dzikic, Javi Zamora, Jota Cuspinera, Diego Epifanio, Javi Rodr¨ªguez y Alberto Lorenzo. Solo Berrocal complet¨® la campa?a entera (2018-19). Desde 2010, han pasado 14 entrenadores y solo Txus Vidorreta, Salva Maldonado y, ahora, Pedro Rivero han enlazado dos cursos.
Con ¨¦l, se empieza la reconstrucci¨®n de un proyecto que, por el momento, es una inc¨®gnita, al margen de las salidas de Nzosa y Ferrando, que terminan su cesi¨®n, y el adi¨®s de Rub¨¦n Dom¨ªnguez. El canterano, cedido esta temporada en el Amics Castell¨®, termina su relaci¨®n con los colegiales y jugar¨¢ en el Bilbao el pr¨®ximo curso. Tendr¨ªa que regresar Hugo L¨®pez, prestado al Oviedo. Se desconoce si Carlos Su¨¢rez se retirar¨¢. Una hoja en blanco que deber¨¢ ser rellenada con nombres como Francis Alonso, Johnny Dee, Tom Leimanis, Kevin Larsen, Alec Wintering o Alex Murphy interesantes para los equipos de la LEB o, incluso, para la ACB. Y ah¨ª entra el poder econ¨®mico. Veremos. Todo empieza de nuevo con una afici¨®n harta de un ciclo que se repite temporada tras temporada sin ning¨²n tipo de suerte final.
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