Francia, el ¨²ltimo baile

El viernes por la noche, despu¨¦s de consumar el ¡®Berlinazo¡¯, Sergio Scariolo se apresur¨® a darle la mano a Gordie Herbert, seleccionador alem¨¢n, e invit¨® a sus t¨¦cnicos a dejar de celebrar la victoria para que le acompa?asen al vestuario. El mago de Brescia ya ten¨ªa a Francia metida en la cabeza. El v¨ªdeo, que dio la vuelta al mundo, representa bien la profesionalidad y la ambici¨®n de esta Selecci¨®n del pueblo. ¡°Estoy d¨¢ndole vueltas a ver c¨®mo seguimos enga?ando¡±, sonri¨® en la rueda de prensa. Sabe que su obra es maestra. Pero tambi¨¦n que Francia ¡°es un Everest¡±. Espa?a pelea este domingo por el cuarto Eurobasket de su historia. Su dominio desde comienzos de siglo en el baloncesto europeo es devastador. Oro en 2009, 2011 y 2015, plata en 2003 y 2007, y bronce en 2001, 2013 y 2017. Lleva pisando las semifinales ininterrumpidamente desde 1999 y s¨®lo se ha bajado del podio en 2005.

Esta final, sin embargo, tiene un componente muy particular, casi entra?able. La construcci¨®n de este equipo de perfil bajo y lleno de an¨®nimos que tres semanas despu¨¦s ya no pasar¨¢n desapercibidos por las calles ha tenido un punto m¨¢gico. Y el viaje, calificado por el mismo seleccionador como un cuento de hadas, se ha alargado hasta el ¨²ltimo d¨ªa yendo en contra de toda l¨®gica y de los pron¨®sticos de todos los expertos, que situaban a Espa?a entre el octavo y d¨¦cimo favorito a duras penas. Desde el Tblisi Arena al Mercedes Benz, desde el 1 al 18 de septiembre, la gr¨¢fica de la Selecci¨®n es una curva ascendente disparada hacia el infinito. En lugar de llegar exhausta al final, da la sensaci¨®n de que cada d¨ªa es mejor y de que su partido perfecto siempre ser¨¢ el siguiente. ¡°Estamos felices, disfrutando¡±, dice Rudy. Un equipo joven, fresco, con hambre de gloria. ¡°El oro sabe distinto¡±, dice Garuba embutido en su gorra del le¨®n.

Un viaje conocido en la lucha por el oro

Francia, esa vieja conocida de tantas y tantas batallas, no ha sido una selecci¨®n redonda. Las cr¨ªticas a Vincent Collet se han multiplicado durante el torneo porque, a diferencia de Espa?a, su baloncesto ha vivido de las individualidades: la intimidaci¨®n de Gobert, el jugador que m¨¢s rebotes ha cogido en el torneo (82), el tiro de Yabusele y la creatividad, a ramalazos, de Heurtel y Fournier. Francia parece jugar a su aire y, sin demasiados generadores de juego, eso le penaliza. Y, parad¨®jicamente, y despu¨¦s de eliminar con dos milagros a Turqu¨ªa e Italia, puede que ese sea su gran peligro: que a¨²n le queda pendiente un partido redondo. Y si no es as¨ª, al menos Espa?a ya est¨¢ avisada: los franceses, aunque en ocasiones parezcan pasar de todo, tienen instinto de supervivencia. Como su entrenador.

Si algo hay seguro antes de la final, es que Espa?a tendr¨¢ un plan. Sea con Lorenzo Brown para dar de comer a Willy o hacer de ejecutor en los ¨²ltimos minutos; con Alberto D¨ªaz para molestar a Heurtel y Fournier; con Rudy, ese viejo enemigo que hace temblar a Collet; o con los Hernang¨®mez: Willy, como jugador referencia del equipo, y Juancho, que ha vuelto a iluminarse cuando ya nadie le esperaba en el campeonato. Con defensa individual (¡°es nuestra base de todo¡±, insiste Scariolo) o con ese surtido gourmet de zonas con el que el profesor deleita al personal del baloncesto.

Dec¨ªa Luis Aragon¨¦s en el corrillo previo a la final de la Eurocopa de f¨²tbol de 2008 que ¡°del subcampe¨®n no se acuerda nadie¡±. Sin embargo, y aunque las cosas fueran mal contra Francia, esta Selecci¨®n del pueblo permanecer¨¢. Eso s¨ª, aqu¨ª se va a seguir bailando hasta que pare la m¨²sica. Y hay ganas de juerga de oro.