Espa?a fue todo lo dem芍s# y mucho baloncesto
Las canastas, puro playground, de Lorenzo Brown en uno contra uno son baloncesto del bueno. Su timing para conectar a Willy Hern芍ngomez, la v赤a base-p赤vot que ha estado siempre en los huesos de este juego, tambi谷n. Como la movilidad de Juancho o la energ赤a y la colocaci車n en la lucha por el rebote de Usman Garuba. O su paciencia para conectar el juego con pases desde el poste. Las mu?ecas de L車pez-Ar車stegui y Brizuela o los movimientos de vieja escuela de Pradilla y un Willy imponente son muy buen baloncesto. Tambi谷n la intensidad y el posicionamiento de Alberto D赤az en defensa: los intangibles ganan partidos y el esfuerzo permanente, el motor, tambi谷n es un talento. Se tiene o no se tiene. Es algo que en la NBA se valora mucho# y se recompensa con contratos muy generosos. Y, claro, todo lo que hace Rudy Fern芍ndez cada vez que pon el pie en la pista es baloncesto del mejor. Del de ayer, hoy y siempre. Del que exprime la pizarra/chistera de Sergio Scariolo.
Digo esto porque esta es una Selecci車n de narrativas. Con el irresistible encanto del revolucionario, la apasionante historia del equipo que va, sin m芍s armas que una convicci車n emocionante, al encuentro de su destino. Un equipo cuya competitividad, esp赤ritu y fiabilidad son caso de estudio, cuyo apodo (la Familia) explica mil conceptos en una sola palabra. Pero, por mucho que signifique, no caigamos en el error de pensar que Espa?a es solo eso. Es, adem芍s y por encima de todo, un excepcional equipo de baloncesto. Que ha jugado de maravilla, siempre tan bien como exig赤an el guion y el escenario. Y por eso es campeona de Europa. Por las narrativas, desde luego, pero tambi谷n por la esencia m芍s b芍sica del juego: por baloncesto. Enhorabuena por eso.