INTERCONTINENTAL | SEMIFINALES
El Tenerife arrolla al Monastir en el partido de la verg¨¹enza
Impropio nivel del equipo tunecino en juego y actitud. El Tenerife jugar¨¢ la final el domingo (20:00, ¡®Teledeporte¡¯) ante el Sao Paulo.

La FIBA est¨¢ obligada, sobre todo moralmente, a repensar el formato de la Copa Intercontinental. Acaso, darle unas cuantas vueltas de campana ante el sonrojante nivel del Monastir, una falta de respeto su presencia en cualquier evento deportivo de alto nivel que se precie. Nadie, ni en el abarrotado pabell¨®n Santiago Mart¨ªn ni fuera de ¨¦l, se merec¨ªa el pobre espect¨¢culo que ofreci¨® el equipo tunecino, cuyo nivel pareci¨® impropio del baloncesto profesional. No solo fue que su poder baloncest¨ªstico es infinitamente inferior al del Lenovo Tenerife. Es que, adem¨¢s, su falta de ganas obliga a pensar seriamente si la FIBA se merece una competici¨®n as¨ª. Nadie se lo merece.
Nada bueno, y miren que resulta dif¨ªcil, se puede extraer de la actuaci¨®n del Monastir. El Lenovo Tenerife, que adem¨¢s es un equipo que juega maravillosamente bien al baloncesto, al menos para los amantes del basket alegre y colectivo, se encontr¨® con el escenario so?ado. A base de triples comenz¨® a masacrar a su rival, obligado a pedir tiempo muerto con 12-5 en contra tras una bandeja de Doornekamp. Lejos de reaccionar, la formaci¨®n africana se vino definitivamente abajo cuando todav¨ªa quedaba un mundo mayor del que se separa a ambos equipos. La hueste de Vidorreta empez¨® a enchufar triples (Abromaitis, Cook, Fitipaldo) y, luci¨¦ndose a m¨¢s a no poder y con todas las facilidades posibles, reventar el partido cuando apenas se hab¨ªan disputado 10 minutos: 25-6.
Lo peor para el Monastir no era la tunda que estaba recibiendo, sino la imagen no de un equipo vencido, sino al que le daba igual que le cayeran canastas de todos los colores; mayormente, lo que viene siendo una falta de respeto para propios y extra?os. Un mate de Abromaitis y tres tiros libres de Fitipaldo dieron forma a un parcial de 18-0 y a un llamativo marcador de 30-6, m¨¢s propio de categor¨ªas inferiores, de ninguna manera admisible en el baloncesto profesional. Ya no era impotencia, sino desgana. Por eso, a Shermadini no le surgi¨® la m¨¢s m¨ªnima oposici¨®n rival para machacar y estirar la ventaja hasta el +30: 42-12. El Canarias se casc¨® la mitad de los 18 triples que intent¨® en el primer tiempo, y uno de Sergio Rodr¨ªguez formaliz¨® el surrealista 52-16 con el que se lleg¨® al descanso.
Lejor de ser tapadas, las verg¨¹enzas del Monastir salieron a relucir todav¨ªa m¨¢s tras el descanso. La herida se abr¨ªa todav¨ªa m¨¢s. Si Fran Guerra puso el +50, 74-24, Salin enchuf¨® tres triples seguidos para un loco 83-27 en La Laguna. Todo eran ya minutos protocolarios, de la basura, un suplicio para la vista. En realidad fueron as¨ª desde mucho antes, una incomodidad absoluta para los ojos, una falta de respeto el nivel y la actitud del Monastir para cualquier amante del maravilloso deporte del baloncesto. Esta noche vivi¨® la m¨¢s absoluta verg¨¹enza para tambi¨¦n, claro, los gestores de la competici¨®n.