Audie Norris: ¡°Fernando Mart¨ªn y yo siempre estaremos unidos¡±

En marzo de 2019, el Bar?a colg¨® en el techo del Palau Blaugrana el 11 de Juan Carlos Navarro. Su dorsal pasaba a ser el quinto retirado en la historia de la secci¨®n tras el 4 de Andr¨¦s Jim¨¦nez, el 7 de Nacho Soloz¨¢bal, el 12 de Roberto Due?as y el 15 de Epi. Una ceremonia, emotiva y hermosa, que puso sobre la mesa una pregunta: ?qui¨¦n faltaba por inscribir su nombre de manera inmortal en el templo del baloncesto azulgrana? Y hubo una respuesta un¨¢nime: Audie Norris (Jackson, Misisipi, 1960), quiz¨¢s el mejor extranjero de siempre en el club.

¡°Es el jugador m¨¢s determinante que he entrenado. Ten¨ªa una clase como muy pocos. Norris al 70% era mejor que la mayor¨ªa de jugadores al 100%¡±, asegur¨® A¨ªto Garc¨ªa Reneses, su t¨¦cnico durante los seis a?os, de 1987 a 1993, que este peque?o p¨ªvot de apenas 206 cent¨ªmetros form¨® parte del Barcelona. Una etapa fabulosa para el club azulgrana, con tres Ligas ACB consecutivas (cuatro con la del 87), algo nunca visto en la historia de la secci¨®n, y dos Copas del Rey. Y para el propio estadounidense, que aterriz¨® desde Italia para convertirse r¨¢pidamente en el preferido de la afici¨®n. Un legado cuantificable y tambi¨¦n inmaterial que le ha convertido en una de las grandes figuras de siempre del baloncesto espa?ol y en miembro de pleno derecho del Hall of Fame.

¡°Despu¨¦s de un a?o en Italia, el Real Madrid iba a ser mi equipo en Espa?a, pero rechaz¨® ficharme. As¨ª que fue responsable de la rivalidad que hubo en los ochenta y de mis duelos con Fernando Mart¨ªn, muy f¨ªsicos pero muy respetuosos¡±, subray¨® Norris en su discurso. ¡°Fernando y yo siempre estaremos unidos. Todav¨ªa la gente me para por la calle y me pregunta por nuestros duelos. Todos los d¨ªas, de verdad. Cambiamos la forma en la que los aficionados ve¨ªan el baloncesto¡±, continu¨® Atomic Dog, el apodo que le puso Mychal Thompson, el padre de Klay, cuando compart¨ªan vestuario en Portland Trail Blazers, donde jug¨® 207 partidos en tres temporadas de la NBA.

Enorme calidad en el poste bajo y de una fulgurante ejecuci¨®n en el lanzamiento tanto cerca como lejos del aro, Norris era un guerrero en el rebote, un jugador que no se amilan¨® contra nadie se llamase Sabonis, McGee o Meneguin. O Fernando Mart¨ªn, claro. Eterno. Esas nobles peleas que, as¨ª se escribe la historia, podr¨ªan no haberse producido, como ¨¦l mismo volvi¨® a recordar, si Ram¨®n Mendoza hubiese puesto 10.000 d¨®lares m¨¢s. Pero acab¨® en el gran rival azulgrana (¡°el equipo en el que crec¨ª como jugador y como persona¡±), el club de su vida al que ayer dedic¨®, al final de su precioso discurso, un emocionado ¡°Visca el Bar?a siempre¡±.

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