Rudy Gobert y su dura infancia: ¡°No queremos a ese beb¨¦ en casa¡±
El p¨ªvot de Minnesota Timberwolves escribe en ¡®The Players Tribune¡¯ sobre su dif¨ªcil ni?ez en Francia antes de convertirse en una estrella de la NBA.
Rudy Gobert es, posiblemente, uno de los jugadores de la NBA que m¨¢s cr¨ªtica, burla reciben por redes sociales. Algunas justificadas. Otras, simplemente, le utilizan como saco de boxeo en redes sociales. Tambi¨¦n hay alabanzas, claro, ante el poder en la zona de un p¨ªvot que tiene en su palmar¨¦s cuatro premios como Mejor Defensor de la Liga norteamericana, el ¨²ltimo esta misma temporada.
Dardos y alabanzas para un p¨ªvot, tres veces all-star, que no deja indiferente a nadie, que est¨¢ realizando uno de sus mejores cursos de su carrera con unos Minnesota Timberwolves a los que lleg¨®, tras un traspaso de alt¨ªsimo valor, casi a precio de superestrella, desde unos Utah Jazz que vieron que el proyecto Mitchell-Gobert alcanzaba para temporada regular, pero que desfallec¨ªa en los playoffs.
Y que aterriz¨® en la NBA en 2013 tras una infancia muy dura, despreciado por la familia de su madre, que tuvo que criarlo sola despu¨¦s de que su padre regresar¨¢ a Guadalupe, su pa¨ªs de origen. El motivo, su color de piel. ¡°Antes de que fuera consciente, cuando era s¨®lo un ni?o que ven¨ªa al mundo en el norte de Francia, algunas personas no me quer¨ªan cerca por lo que soy. Y no s¨®lo personas. Mi propia gente. De hecho, una familia muy unida¡±, escribe en The Players¡¯ Tribune el franc¨¦s (31 a?os y 2,16 m), que se define como una persona ¡°un poco incomprendida¡± en Estados Unidos. Cuando lleg¨® a Norteam¨¦rica, por su origen franc¨¦s. Luego, por situaciones que ¨¦l tambi¨¦n forz¨® como el momento micr¨®fonos previo a la COVID y su positivo, el primero de la Liga. Esta temporada, con la agresi¨®n que sufri¨® por parte de Draymond Green.
Un c¨²mulo de circunstancias. Pero volvamos a la historia, a su infancia. ¡°No queremos a ese beb¨¦ en nuestra casa¡±, recuerda que le dec¨ªa su familia a su madre. ¡°Es un recuerdo doloroso, pero necesito compartirlo. Ver¨¢s, todos los a?os, el lado de la familia de mi madre ten¨ªa esta gran cena de Navidad en la casa de cierta persona. Mi mam¨¢ es blanca. Mi pap¨¢ es negro. Es de Guadalupe y jugaba baloncesto profesionalmente en Francia cuando se conocieron. Mi mam¨¢ ya ten¨ªa dos hijos blancos de su relaci¨®n anterior, y luego vine al mundo¡ Y para algunas personas, eso fue un problema¡±, contin¨²a Gobert.
¡°Despu¨¦s de que yo naciera, ciertos familiares le dejaron muy claro que no pod¨ªa venir a la cena de Navidad si me llevaba consigo. Podr¨ªa venir sola. Pero ella no pod¨ªa traer a ese ni?o. No pod¨ªa traer a Rudy. Estaba devastada. Y obviamente, ella pas¨® la Navidad conmigo. Ella les dijo: ¡®Si as¨ª piensan, entonces no me ver¨¢n m¨¢s. No en Navidad. Jam¨¢s. No quiero tener nada que ver contigo¡±, prosigue el franc¨¦s, que creci¨® en casas sociales de San Quint¨ªn, Aisne, al norte de Francia. Una zona multicultural, con inmigrantes de todos los rincones del mundo y desde la que sali¨® hacia Amiens a los 13 a?os para comenzar a forjar una carrera en el baloncesto con la que ha completado su sue?o: ¡°Un d¨ªa no tendremos que preocuparnos por nada¡±.
¡°En ese momento, yo ni siquiera hab¨ªa cogido todav¨ªa una pelota de baloncesto. Pero sab¨ªa, realmente lo sab¨ªa, que de alguna manera todo esto iba a suceder. Ten¨ªa una creencia de hierro. No necesariamente que fuera a jugar en la NBA. Pero que iba a tener ¨¦xito, fuera lo que fuese lo que eso significara para m¨ª. Ciencia, derecho, contabilidad, lo que sea. No import¨®. Lo iba a lograr. Para nosotros¡±, comenta el franc¨¦s ya eliminado de la lucha por el anillo al perder los Wolves en finales del Oeste contra los Mavericks de Luka Doncic.
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