Una invitaci¨®n al pesimismo

Siempre que hay que volver la vista a la temporada 2002-03 es que las noticias son malas para el Real Madrid. Porque esa qued¨®, ya muy lejos en el tiempo, como una especie de patr¨®n oro del desastre, la madre de todos los desaguisados para un equipo que, cuesta creerlo ahora, no jug¨® playoffs de la ACB (acab¨® d¨¦cimo la fase regular sin superar el 50% de triunfos: 17-17) y, en Europa, ni siquiera super¨® la primera fase: 6-8 y eliminaci¨®n en la primera fase, sin acceder al top-16 que, por entonces, repart¨ªa los billetes para la Final Four. Sin cruce de cuartos.

Aquella Final Four, por cierto, la jug¨® (y gan¨®) el Barcelona, que acab¨® con su hist¨®rica maldici¨®n y se convirti¨® en campe¨®n de Europa, por fin y en el Sant Jordi. Tambi¨¦n gan¨® la Copa y la Liga mientras el Real Madrid, caos al otro lado del puente a¨¦reo, ni siquiera daba se?alas de vida. Fue esa temporada que abras¨® a Javier Imbroda, la ¨²nica del t¨¦cnico melillense en el banquillo blanco. La que tra¨ªa aguas ya revueltas por la pol¨¦mica salida de Sergio Scariolo, enfrentado con Florentino P¨¦rez y la directiva y, finalmente, sentenciado tras el jaleo que provoc¨® el intento del italiano de fichar a Carlos Delfino a costa de un Alberto Herreros que, despu¨¦s de todo el enredo, se qued¨® en un equipo golpeado por la confusi¨®n, con solo cuatro jugadores de la temporada anterior y fichajes muy cuestionables: Lucas Victoriano, un Alex Mumbr¨² muy joven, un Alfonso Reyes veterano o descartes del Barcelona como Michael Hawkins, Derrick Alston y Alain Digbeu.

Lo dicho: nunca es buena noticia para el Real Madrid tener que compararse con aquella temporada. Pero es que esa fue, la tercera en la historia moderna de la competici¨®n, la Euroliga en la que ni super¨® la fase de grupos. Qued¨® por detr¨¢s de CSKA, Ulker, Olympiacos, Virtus y Asvel, sexto en un grupo de ocho del que acced¨ªan cinco al top-16. Era otro formato. Pero, entre cambios y reajustes, no ha vuelto a pasar nada similar. Ese equipo jug¨® catorce partidos y perdi¨® ocho (6-8). El actual, temporada 2023-24, lleva quince¡­ y ha perdido nueve (6-9).

Un equipo que sigue perdiendo oportunidades

En su peor inicio, hasta donde permiten las comparaciones, en la Euroliga, el Real Madrid sigue gastando balas. Sus problemas a domicilio est¨¢n bien documentados: ahora 1-6. Pero mientras que la victoria del Palau (ag¨®nica y gracias al triple salvador de Facundo Campazzo, que forz¨® la primera de dos pr¨®rrogas) no ha servido para espabilar al equipo como visitante (d¨ªas despu¨¦s perdi¨® en cancha del Asvel), las cosas se han torcido en el WiZink, donde un inmaculado 4-0 para comenzar se ha convertido en un 5-3 con tres derrotas en cuatro partidos. La ¨²nica victoria, contra el colista, el Alba Berl¨ªn. Y derrotas estrepitosas contra el Efes (-10), el Fenerbah?e (-12) y el Zalgiris (-9). De los tres, solo el Fenerbah?e es un candidato de absoluto consenso a estar en la Final Four. Y de sus ¨²ltimos cuatro partidos solo ha ganado ese, el de Madrid. En la ¨²ltima jornada ha sido arrollado (69-99) en su pista por el M¨®naco.

El Madrid tiene un -5 total en puntos, en negativo y con m¨¢s de 82 puntos encajados por partido. Un dato pobr¨ªsimo. Ya ha perdido m¨¢s partidos que en toda la temporada pasada (27-7 en fase regular, 31-8 en total), incluidos playoffs y Final Four. Y es, una cruda realidad que no enga?a con quince partidos ya jugados, decimotercero en la clasificaci¨®n. De dieciocho. Est¨¢, a falta de los partidos de hoy viernes, a dos victorias del d¨¦cimo puesto, el que marca la frontera del play in estrenado la temporada pasada. A tres ya del sexto, el ¨²ltimo billete directo a cuartos de final. Y, esto es muy importante, a cuatro del cuarto: la barrera del factor cancha que suele ser determinante en el playoff de cuartos de final, la puerta de acceso a la Final Four.

Ese top 4 es, siempre, el objetivo b¨¢sico de la fase regular. Y el Real Madrid empieza a verlo lejos. Pero es que el problema es ya mayor: si no es capaz de ganar partidos como los ¨²ltimos contra Asvel y Zalgiris, va a tener que dejar de pensar en esos cuatro primeros puestos y, en cambio, tendr¨¢ que empezar a hacer cuentas para atacar la zona sin play in, el top 6. Y veremos, si la cosa no cambia radicalmente, si su pelea no acaba siendo por objetivos todav¨ªa m¨¢s modestos. Algo impensable en el inicio de curso pero ahora, a 13 de diciembre, una realidad que solo cambiar¨¢ con unas victorias que no llegan, no con un m¨ªnimo de continuidad. La primera vuelta acaba, por cierto, con una peliaguda doble jornada a la francesa: partido en Par¨ªs contra un l¨ªder que va lanzado y en Madrid contra un M¨®naco renacido de la mano de Vassilis Spanoulis.

Derrotas en casa como las sufridas contra Efes y Zalgiris, y patinazos fuera en las canchas de Asvel o Maccabi, obligan al Real Madrid a compensar con triunfos de los de primera categor¨ªa. En la segunda vuelta, seguramente en m¨¢xima presi¨®n y con la exigencia disparada, el equipo blanco tendr¨¢ que jugar, entre otras, en las canchas de M¨®naco, Panathinaikos y las dos de Estambul (Efes y Fenerbah?e) y Belgrado (Estrella Roja y Partiz¨¢n).

La Euroliga lleva cinco a?os, este es el sexto, con formato de 18 equipos y fase regular de todos contra todos a doble vuelta. Un curso se par¨® por la pandemia, otro se acort¨® por las sanciones a los rusos. Pero, si se miran las victorias finales en las temporadas completas y los porcentajes en las otras, se puede poner el list¨®n del cuarto puesto (el factor cancha en cuartos) en unas 21 o 22 victorias y, por lo tanto, unas 12 o 13 derrotas. El Real Madrid ya lleva nueve, as¨ª que tiene que pensar en, m¨¢s o menos, un 15-4 en los 19 partidos que le quedan para asaltar esas posiciones de privilegio. Si se va bajando el list¨®n, el sexto puesto (el ¨²ltimo sin play in) se alcanz¨® el curso pasado con un balance de 20-14. Y el d¨¦cimo, el ¨²ltimo de repesca, con un 17-17, un 50% que ahora mismo tiene m¨¢s lejos de lo l¨®gico el bloque de Chus Mateo. Son n¨²meros que han sido b¨¢sicamente id¨¦nticos los dos ¨²ltimos a?os, as¨ª que establecen un buen marco para calcular qu¨¦ tiene que hacer el Madrid en esta vuelta y pico que queda, despu¨¦s de un inicio (y m¨¢s...) tan espantoso.

Muy lejos de la mejor versi¨®n posible

En una versi¨®n ¨®ptima, el Real Madrid es capaz de enlazar una racha de muchas victorias y enderezar las cosas. Hay tiempo. Pero esto es tan cierto como que las semanas pasan sin buenas noticias y, sobre todo en Europa, donde el margen de error es m¨ªnimo, con sensaciones que van en picado. Ya ni Facundo Campazzo y Edy Tavares pueden mantener la nave a flote en partidos a priori ganables en el WiZink. Los dos, la obvia columna vertebral del equipo, est¨¢n promediando en Euroliga 54 minutos y 27 segundos en pista, un salto con respecto a lo que combinaron el curso pasado (48:10). Su valoraci¨®n conjunta ha pasado de 31,6 a 38,9, pero la global del equipo ha ca¨ªdo de 107,6 a 96,3. As¨ª que la del resto de la plantilla ha ca¨ªdo de 76 a 57,4. En quince partidos de la temporada pasada, el balance era 14-1. Cualquier comparaci¨®n ahora mismo resulta, sencillamente, rid¨ªcula.

El que deber¨ªa ser nuevo n¨²cleo duro en un a?o de transici¨®n (salieron pesos pesados del vestuario como Rudy Fern¨¢ndez, Sergio Rodr¨ªguez y Fabien Causeur), est¨¢ fallando. En pista y a la hora de mantener cosido el equipo. M¨¢s all¨¢ de Campazzo y Tavares, Gabriel Deck no tiene regularidad y pasa en demasiados partidos desapercibido; Y tanto Mario Hezonja como Dzanan Musa est¨¢n muy lejos del nivel esperado si se contaba con, como m¨ªnimo, una versi¨®n cercana a la mejor del curso pasado. No digamos si se confiaba, como era el caso, en que dieran un paso adelante en una rotaci¨®n obligada a reordenar sus jerarqu¨ªas.

Tavares y Hezonja renovaron en verano con contratos gigantescos, poco habituales por duraci¨®n (cinco a?os) en el ¨¢mbito Euroliga. Los dos en torno a los cinco millones brutos al a?o (menos de tres netos). En el top 10 de salarios en Europa. Con el p¨ªvot caboverdiano era una apuesta que deber¨ªa ser exprimida ahora, en el corto plazo, dado que va camino de los 33 a?os y, por su perfil f¨ªsico, afrontar¨¢ el final de ese contrato ya lejos, o eso ser¨ªa lo l¨®gico, de su plenitud. Hezonja, tras ese coqueteo extra?o con el Barcelona (todo depende de a qui¨¦n se pregunte), ten¨ªa que dejar de ser un secundario de lujo, un currante con techo de estrella, y convertirse en un l¨ªder obvio, un jugador referencial y constante. Por ahora, no lo ha hecho.

Musa, para colmo, anda enredado, sin confianza en ese juego de ataque que deber¨ªa ser marca de la casa. Talentoso, es obvio, pero poco diferencial. Ha bajado, en Euroliga, de 13,5 puntos y 14,5 de valoraci¨®n a 11,8 y 11,8. Y eso jugando m¨¢s. Con Hezonja pasa parecido: muchos m¨¢s minutos (de m¨¢s de 23 a m¨¢s de 28) para una producci¨®n casi id¨¦ntica (de 13,5 puntos a 13,7, de 13,3 de valoraci¨®n a 13,4). Y menos eficiente: un 43% en triples se ha convertido en un 27,8%. Un problema capital: Musa tambi¨¦n ha bajado (de 41 a 38%) en un equipo que de repente tiene unos problemas enormes para anotar por fuera. Solo tres jugadores embocan de tres con al menos un 40% de acierto. El curso pasado hab¨ªa cinco. Pero cinco de los nueve mejores en esa estad¨ªstica se han ido: Guerschon Yabusele, Vincent Poirier y los citados Causeur, Rudy y Sergio.

La situaci¨®n obliga, desde luego, a analizar tambi¨¦n los fichajes con preocupaci¨®n. Si la temporada pasada el Madrid solo se hizo con Campazzo, una ¨²nica pero muy estrat¨¦gica alta, este verano llegaron cuatro caras nuevas: Serge Ibaka, Usman Garuba, Andr¨¦s Feliz y Xavier Rathan-Mayes. De las cuatro, Ibaka es el mejor si se combinan valoraci¨®n (7,4), minutos (13:04) y puntos (7,2). N¨²meros muy pobres que empeoran Rathan-Mayes (5,9, 13:48 y 6,7), Garuba (1,7, 9:51, 1,3) y Feliz (0,1, 8:15 y 1,4). De los quince partidos, Rathan-Mayes ha jugado 14 e Ibaka 13. Pero, m¨¢s castigados por las lesiones, Feliz se ha quedado en ocho y Garuba lleva solo tres.

Los problemas f¨ªsicos han jugado un papel, es obvio, pero los cinco que se han ido jugaban todos m¨¢s de 15 minutos por noche en Europa. Por encima del que m¨¢s (13:48, Rathan-Mayes) de los nuevos. Este asunto est¨¢ siendo estruendosamente claro en la rotaci¨®n interior: Yabusele estaba en pista m¨¢s de 23 minutos (10,5 puntos, 4,9 rebotes, 14,2 de valoraci¨®n, 46% en triples); Y Poirier m¨¢s de 18 (9 puntos, 5,3 rebotes, 13,4 de valoraci¨®n, 40% en triples). Por fuera, los veteranos (Rudy, Causeur, Sergio) ten¨ªan roles muy claros y daban, exprimiendo sus virtudes, minutos de mucho valor cualitativo. Eso, lo jer¨¢rquico m¨¢s all¨¢ de lo estad¨ªstico, tampoco se ha podido sustituir. Pero la cuesti¨®n, para colmo, tambi¨¦n tiene que ver con el volumen: los cinco que ya no est¨¢n estuvieron entre los 11 con m¨¢s minutos la temporada pasada, cuando las cosas iban mucho mejor.

Rathan-Mayes es un perfil de jugador que no parece id¨®neo tener un rol menor, de complemento y circunstancias. Lo que hac¨ªa a las mil maravillas, por ejemplo, el Causeur de las ¨²ltimas temporadas. El estadounidense tiene talento, pero es un escolta que solo tiene una dimensi¨®n, que necesita tener bal¨®n y tiros, ser importante. Sin eso, se difumina. Y pierde la confianza y la regularidad. Comenz¨® la temporada con 22 de valoraci¨®n en los dos primeros partidos. En los dos ¨²ltimos ha firmado un -4. Contra la Virtus firm¨® 17 puntos y 17 de valoraci¨®n. En los seis partidos siguientes ha sumado 19 de valoraci¨®n¡­ en total. En el backcourt, Andr¨¦s Feliz tambi¨¦n es, por ahora, un problema. Una lesi¨®n parti¨® su integraci¨®n y no encuentra su sitio. Tendr¨ªa que ser el base suplente de garant¨ªas, un seguro para los minutos sin Campazzo. Al menos en los partidos de exigencia menos alta. Pero es una sombra del director incisivo y competitivo que brill¨® en el Joventut. En la pasada Eurocup, 14,6 puntos, 5,1 asistencias y 19,6 de valoraci¨®n. En tres a?os en la segunda competici¨®n continental, casi un 47% en tiros de tres. El contexto importa.

La culpa apunta en todas las direcciones

En una situaci¨®n tan mala, peor que la peor imaginable, es obvio que hay porciones de culpa para todos, mucho drama que repartir. Los jugadores est¨¢n mal, b¨¢sicamente todos menos Campazzo por debajo de sus versiones ¨®ptimas. Ahora mismo, los nuevos contratos de Tavares y Hezonja parecen muy exagerados, la situaci¨®n de Musa (con el futuro por determinar) resbaladiza, el juego interior descosido con (dos extremos) muchos kil¨®metros en las piernas de Ibaka y poco bagaje en la mochila de Garuba. Y sin renovaci¨®n ni profundidad en un equipo que antes ten¨ªa dobladas con ¨¦xito todas las posiciones. Pero eso, claro, salta del nivel de la plantilla al del banquillo. Y a los despachos. Chus Mateo se enreda con las rotaciones en busca de soluciones que no encuentra. Y, lo peor que le puede pasar a un entrenador, hay tardes en las que parece que acaba empeorando, y no mejorando, lo que toca.

Pero Mateo, que ahora mismo parece no encontrar soluciones por mucho que rebusque en sus bolsillos, maneja una plantilla en la que ha fallado la planificaci¨®n. Feliz era una buena idea que, por ahora, no ha salido bien; Pero el fichaje de Rathan-Mayes era muy arriesgado para el nivel que requiere el Real Madrid en su generaci¨®n de juego exterior; Y en las zonas el agujero es enorme porque las salidas de Poirier y Yabusele no estaban en el plan inicial del verano. El p¨ªvot quer¨ªa seguir, pero recibi¨® una oferta irrechazable del Efes. Y Yabusele sorprendi¨® en los Juegos con una apuesta por regresar a la NBA que se concret¨® por la v¨ªa r¨¢pida... y cuando el Madrid ya ten¨ªa la planificaci¨®n m¨¢s o menos cerrada. Dos bajas trascendentales que obligaron a repensar el rol de Ibaka y Garuba, de los que se pas¨® a necesitar mucho m¨¢s. Ninguno de los dos, por razones muy distintas, ha estado por ahora a la altura.

Ah¨ª, en esa debilidad generada por salidas importantes, se ha escenificado otro problema: la falta de movimientos en el mercado, una petici¨®n que ha llegado a ser un clamor en el entorno del equipo. Por las lesiones en la rotaci¨®n exterior y esa salida a ¨²ltima hora de Yabusele. El Real Madrid ha estado en el mercado, pero por ahora no ha movido ficha. Ha habido muchos rumores (Patrick Beverley, Lonnie Walker, Johnathan Motley¡­) pero nada. El equipo ha jugado con carencias obvias en la rotaci¨®n, lagunas que han explotado los rivales y que han obligado a un sobresfuerzo de los principales (Campazzo y Tavares, claro) que veremos si no vuelve para morder tobillos en primavera, en el ¨²ltimo tercio de la temporada. Cuando llega lo importante de verdad. Aunque para eso, al menos en Europa, primero hay que aterrizar all¨ª vivos, con opciones por n¨²meros y sensaciones radicalmente distintas a las actuales en la pista. Sin eso, sin una reacci¨®n que no llega, todas las cuentas acabar¨¢n siendo cuentos. No hay otra en un equipo que, ahora mismo, es una invitaci¨®n permanente al pesimismo.

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