El Panathinaikos regresa a la final 13 a?os despu¨¦s

El club m¨¢s laureado del siglo XXI, con cinco de sus seis Copas de Europa ganadas entre 2000 y 2011, todas con Zeljko Obradovic de entrenador, se sacude la herencia del m¨¢s grande de los banquillos y regresa a una final 13 a?os despu¨¦s. El Panathinaikos, en concreto, su controvertido due?o, Dimitris Giannakopoulos, decidi¨® dar un volantazo antes del verano, fich¨® a Ergin Ataman, triunfador con el Efes en 2021 y 22, trajo a 11 jugadores nuevos y, a finales de octubre, puso la guinda con Kendrick Nunn. La evoluci¨®n del bloque ateniense ha sido fant¨¢stica, segundo de la fase regular, victoria ante el Maccabi en el quinto asalto del playoff y sin agobios en la semifinal (73-57). El Fenerbah?e acus¨® la arrancada y el demarraje de final del tercer cuarto de su oponente con un secundario griego, Kalaitzakis, dando un paso al frente. Junto con Nunn (14 puntos), lucieron el imponente Mathias Lessort (17 puntos, mal en los tiros libres, y 10 rebotes) y Jerian Grant (13). Ni siquiera necesitaron de un buen Sloukas, mientras que Juancho entraba a pista, la talism¨¢n del Eurobasket, con un triplazo y luego se llevaba dos broncas de su incendiario t¨¦cnico por una p¨¦rdida y un fallo y volv¨ªa al banco.

Una Final Four es una fiesta, algo as¨ª como nuestra Copa de baloncesto, aficionados mezclados con normalidad, pero cuando coinciden en la cita equipos con seguidores radicales la cosa se complica. Un incidente fuera del pabell¨®n, con avalancha y agresiones, hizo que la polic¨ªa alemana frenara el acceso al recinto y realizara detenciones. De ah¨ª que a la hora programada para el salto inicial las gradas estuvieran muy poco pobladas. El duelo se retras¨®, exactamente, 27 minutos y 40 segundos, el tiempo necesario para que los hinchas pudieran entrar.

Esa demora no pareci¨® sentarle bien al Fenerbah?e de Jasikevicius, que se qued¨® dormido, mientras que su rival sal¨ªa en tromba con la marea verde celebr¨¢ndolo: 12-0 en cuatro minutos. El Panathinaikos iba al aro y lo encontraba, muy f¨¢cil, hasta Ataman se frotaba los ojos. Al descanso, 12 de 18 de dos. Pero tambi¨¦n, 38-36. El Fener fue capaz de reaccionar con labor de hormiguita. El p¨ªvot Sanli, sin rebotear, hac¨ªa una buena labor frente a Lessort, con Guduric tirando del carro, con los puntos de Sestina y, sobre todo, con un Nigel Hayes-Davis, otro ex del Bar?a, el hombre de los 50 puntos, may¨²sculo. Se le ve¨ªa en la previa, en el entrenamiento, fin¨ªsimo y pleno de acierto. Carg¨® con la mochila y empuj¨® antes del intermedio y, justo a la vuelta, canast¨®n. En un pa?uelo. La escuadra turca hab¨ªa mejorado ostensiblemente su concentraci¨®n defensiva y Motley pagaba la factura del inicio en el banquillo.

En la segunda parte, al menos de salida, era un choque distinto. Atr¨¢s quedaba la ida de uno y la venida del otro, todo m¨¢s pastoso y ajustado aunque con el mismo por delante. Una antideportiva cometida por Biberovic parec¨ªa darle otro empuj¨®n al PAO y, sin embargo, un triple de Sestina y un acierto de Dorsey prensaba de nuevo el marcador (51-50). Y ah¨ª se acabaron los amarillos mientras Hayes se tomaba un respiro. Su vuelta, con ocho abajo, no cambi¨® nada. Desaparecido, como un desastroso Wilbekin (-9 de valoraci¨®n), como su equipo, que a duras penas rebasaba los 50 puntos recordando la d¨¦cada de los 90, por el juego y por los encontronazos entre hinchas. Un mal retroceso, lo contrario que debe ser la Euroliga, el baloncesto moderno. A cinco minutos de la bocina, la semifinal hab¨ªa concluido: 64-52. Cantaban los del tr¨¦bol, les replicaban los del Olympiacos. Un mal desenlace para los de Jasikevicius. El t¨¦cnico lituano, en lo personal, se despide sin ¨¦xito de su quinta Final Four, la cuarta seguida y en las tres ¨²ltimas tropezando a la primera. Tendr¨¢ revancha, como la que celebra ahora el PAO.

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