El Panathinaikos, el proyecto que pudo ser de Laso

El enfrentamiento entre Dimitris Giannakopoulos y la Euroliga, en especial con en el anterior CEO, Jordi Bertomeu, llev¨® al due?o del Panathinaikos a poner el club en venta, al menos eso aseguraba. A?os complicados, a veces tocando la Final Four, pero nunca dentro, arrastrando la resaca de la marcha de Obradovic, de aquellas 13 temporadas de leyenda con el serbio en el banquillo. El PAO lo intentaba y no lo consegu¨ªa y empez¨® a caer en la apat¨ªa, primero fuera del playoff dos cursos seguidos hasta que en el pasado toc¨® fondo con 9 victorias, pen¨²ltimo. El mejor del siglo XXI languidec¨ªa, necesitaba una intervenci¨®n de urgencia.

Su due?o decidi¨® que iba a intentar recuperar los tiempos gloriosos: nuevo director deportivo, el exjugador esloveno Sani Becirovic, que tras ser jefe de equipo en los del tr¨¦bol se fue cuatro a?os al Cedevita, a su pa¨ªs, para formarse. Deb¨ªa rehacer la plantilla y lo primero era el entrenador: Ergin Ataman o Pablo Laso. ¡°Optamos por el turco por su excepcional energ¨ªa y porque hab¨ªa cogido a un Efes en crisis profunda y lo hab¨ªa hecho campe¨®n¡±, explica Becirovic. Un poco esa era la situaci¨®n del Panathinaikos.

No hab¨ªan trabajado juntos, as¨ª que, de inicio, aclararon ciertos aspectos y para acercar criterios pusieron cada uno en una lista 15 jugadores que les gustar¨ªa contratar, para ver en cu¨¢les coincid¨ªan. De all¨ª (o no) salieron 11 fichajes, con un gal¨¢ctico, Sloukas, arrebatado al gran rival patrio, el Olympiacos, por m¨¢s de tres millones de euros limpios por temporada (ser¨ªan casi siete en bruto con la fiscalidad espa?ola). Y Lessort, igualmente sacado del Partiz¨¢n por cerca de 1,5 millones anuales, aunque ahora parezca barato. A finales de octubre se incorpor¨® Kendrick Nunn, la pieza decisiva en el engranaje, la que lo cambi¨® todo (ya renovado, por cierto), un killer resolutivo, estilete de un bloque aspirante a campe¨®n.

Con Nunn, el argentino Vildoza perd¨ªa el protagonismo, el polaco de 2,16 Balcerowski ya contaba poco y Juancho Hernang¨®mez, algo m¨¢s sin ser de plena confianza de su t¨¦cnico, con broncas habituales. Kyle Guy, directamente, se marchaba (Tenerife). Ataman no es f¨¢cil de lidiar, lo recuerda Musa, pero transmite y sabe construir: ¡°He cambiado el destino antes a grandes clubes, lo hice en el Siena, Besiktas, Galatasaray y Efes¡±. El pen¨²ltimo se convirti¨® en segundo, a un triunfo de la Euroliga, ser¨ªa la tercera del turco en cuatro a?os.

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