El Madrid gana el pulso infinito y se cita con la historia

El Madrid gan¨® una nueva batalla del pulso infinito al Olympiacos (87-76) y tiene una cita con la historia, este domingo a las 20:00 horas (Movistar Plus+) en el Uber Arena, a solo unos metros del mayor tramo que queda en pie del muro que divid¨ªa a Berl¨ªn en la Guerra Fr¨ªa. Aspira a levantar su duod¨¦cima Copa de Europa en su 21? final, la s¨¦ptima desde 2013, la tercera seguida. Y ans¨ªa revalidar el t¨ªtulo, encadenar dos como las grandes dinast¨ªas, como hicieron Ferr¨¢ndiz, Luyk, Brabender y compa?¨ªa en 1968, hace 56 a?os, pero ahora con Chus Mateo en el banquillo. La leyenda espera a la vuelta de la esquina, a un victoria. Dobl¨® la rodilla el Olympiacos tras recortar una desventaja de 25 puntos a solo 8 y meter a la familia blanca el miedo en el cuerpo. Y aguarda otro griego, un Panathinaikos con cabeza pensante turca, la de Ataman.

Un ¨¦xito colectivo con protagonismo de la vieja guardia vikinga, de los Sergios, sobre todo; de Supermario Hezonja en el inicio; de Tavares, Poirier y Yabusele por dentro; de las 9 asistencias de Campazzo y su defensa; y de Musa, 20 puntazos. Su trabajo en verano para fortalecer la mentalidad en la cima, donde falta el ox¨ªgeno, da sus frutos cuando toca, en mayo.

Aprender a ganar cuesta esfuerzo y sinsabores, pero una vez que un bloque de semejante talento en su punto de madurez adquiere esa rutina triunfal, resulta muy dif¨ªcil detenerle, casi imposible para un equipo inferior. Porque este Olympiacos lo era pese a su coraz¨®n, garra, magn¨ªfica defensa y a estar fenomenalmente entrenado, aspectos que no lo compensan todo. Y no lo hacen frente a un Madrid que lleva bien el cartel de favorito, que sabe que no consiste en exhibirlo y pavonearse, sino en sujetarlo con fuerza para que no te lo quiten y apretar los dientes, radica en no relajarse y mantener la concentraci¨®n alta. La puesta en escena fue un compendio de eso y algo m¨¢s, porque estuvo rematada por una acierto fabuloso despu¨¦s de una muy buena aplicaci¨®n defensiva, controlar el rebote y, por lo tanto, el ritmo. Al descanso, 9 de 13 en triples (56 puntos, r¨¦cord en una Final Four); en el primer cuarto, 6 de 8 con tres seguidos de salida de Hezonja (?42 a 1 en valoraci¨®n entonces!).

En la final de 2013, cuando algunos jugadores de este Madrid aprend¨ªan a ganar perdiendo, el Olympiacos de Spanoulis remontaba 17 puntos, un 27-10, esta vez el quebranto era de 28-10... otra historia, en cambio. Musa celebraba una defensa con los dos pu?os al aire; Causeur, siempre listo en el d¨ªa D, colocaba un gorrazo para cerrar el cuarto. Campazzo, Musa, Hezonja y Tavares eran titulares; el quinto hombre, Ndiaye, como hace un a?o contra Mirotic. Labor de erosi¨®n con Peters para desahogar a Yabusele. Y con el franc¨¦s ya en cancha, lleg¨® el resto de la rotaci¨®n. El citado Causeur, Rudy, Poirier¡­ y el mejor Sergio Rodr¨ªguez. Como si fuera Kaunas en la primavera pasada, congelado en el tiempo, con acciones de genio: dos triplazos y tres asistencias en 6 minutos. A todo esto, Rudy se lanzaba a por el bal¨®n de la ¨²ltima vez, Llull pisaba m¨¢s tarde el parqu¨¦ con una canastita a medio camino entre el tiro y la entrada¡­ La vieja guardia con el desgaste de una vida a cuestas respond¨ªa de nuevo. Muchas manos aportaban a la causa hasta el +25: 54-29. El Oly hab¨ªa tirado de la manta para tapar la pintura, donde pisaba Tavares, y se resfriaba desde la larga distancia. Luego ajust¨® y el Chacho conectaba con Poirier.

La reacci¨®n griega y el temple del campe¨®n

Una renta tan amplia conlleva cierto peligro, el de pararse inconscientemente. El rival, adem¨¢s, se iba al vestuario con algo de ¨¢nimo tras dos triples de McKissic. Y, ya saben, conservan al chico de las remontadas de 2012 y 2013, a Papanikolaou. En la reanudaci¨®n el parcial se estir¨® a un 0-9 y un triple del ex Williams-Goss (13 de sus 15 puntos, en la segunda parte) y otro de un gran Alec Peters (12 en el tercer cuarto, 20 tras el descanso) recortaban la diferencia a 10: 66-56, minuto 28. Hab¨ªa semifinal.

El Madrid se atascaba porque con el mismo cinco inicial jugaba a otra cosas, poco pase y mucho bote. Fallos, p¨¦rdidas y alguna canasta f¨¢cil concedida que agradec¨ªa un oponente que no va sobrado de anotaci¨®n y que empezaba a ver el aro al doble de su tama?o (31-39 en los segundos 20 minutos). Triple de Llull, bocanada de aire, de Yabusele y enorme canasta de nuevo del capit¨¢n driblando. Pese a esos arrebatos, la persecuci¨®n angustiosa continuaba porque ninguno de los dos abandonaba la linde. El Real no arrancaba, los de El Pireo met¨ªan: 77-69 y a¨²n medio cuarto. T¨¦cnica a Bartzokas en la protesta de una falta clara a Tavares, la clase del Chacho y con 83-73, la puntilla. Campazzo se va al suelo a por un bal¨®n y Musa la emboca solo. Y en la siguiente, mate del bosnio tras pase por la espalda made in Chacho. El Madrid cerraba con brillo y garra lo que de forma tan espectacular hab¨ªa abierto y luego se le complic¨®. Temple para resistir con dos bases en pista a la vez. La Duod¨¦cima espera el domingo en Berl¨ªn, palabras mayores.

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