Chus Mateo devuelve la gloria al Madrid sin dramatizar
El madrile?o cumple con una norma no escrita del club por la que solo triunfan entrenadores de la casa. En estos meses le han criticado ferozmente e incluso buscado sustituto.


¡°Baloncesto con pasi¨®n desde peque?o. No quiero dar mucha lata, solo ser feliz y ayudar a serlo a los que me rodean¡±, es lo que escribe Chus Mateo de s¨ª mismo en el perfil de una red social. Frases que definen su car¨¢cter, el de uno de los protagonistas de la Und¨¦cima, por m¨¢s que siempre reste trascendencia a todo, a lo bueno y a lo malo. ¡°Desdramatizar¡±, suele decir. Un buen camino para afrontar las dificultades extremas de un banquillo como el del Real Madrid, en el que hagas lo que hagas siempre habr¨¢ cr¨ªticas duras y no puedes salir a combatirlas todas, ni siquiera las injustas. A Messina le ocurri¨® eso, por ejemplo; no fue al ¨²nico. Hay que convivir con lo arbitrario para abrazar el ¨¦xito, quitarle trance al asunto, saber que no se podr¨¢ controlar todo.
Los entrenadores que han triunfado en el baloncesto blanco siempre fueron gente de la casa que crecieron dentro y supieron mantener la calma en plena tempestad, que supieron lidiar con la directiva, con sus superiores, con la presi¨®n. Gente como Lolo Sainz y Pedro Ferr¨¢ndiz, como Pablo Laso. ¡°?l nos mostr¨® el camino¡±, reconoc¨ªa el propio Mateo, Jes¨²s Alfonso, de nombre completo, por cierto, nacido en Madrid hace 54 a?os. Chus estuvo durante ocho temporadas como t¨¦cnico ayudante del vitoriano, una figura cercana para los jugadores, con el que pod¨ªan trabajar individualmente o mostrarle alguna inquietud para que se la transmitiera al jefe, incluso desahogarse.
Regres¨® al Madrid en 2014, en un verano convulso, en el que Laso estuvo a punto de dejar de ser el entrenador para ser sustituido por Katsikaris, no pas¨®, aunque s¨ª se marcharon los dos ayudantes del vitoriano. Volv¨ªa al club, en el que casi le salieron sus primeros dientes, para ocupar una de esas vacantes. Desde 1990 est¨¢ ligado a la entidad merengue. Previamente, se hab¨ªa formado en el Colegio Agustiniano con el que fue campe¨®n de Madrid de Minibasket, siempre como entrenador, tambi¨¦n le gustaba jugar al ajedrez. En el club blanco transit¨® por todas las categor¨ªas y contemplaba como aprendizaje algunos de los entrenamientos de los mayores cuando Obradovic, con Sabonis y Arlauckas, conquist¨® la Octava en 1995.
En 1999 pasa a ser ayudante de Scariolo, aquella Liga de Djordjevic¡, y luego trabaja con Imbroda y Lamas. En 2004 se marcha a M¨¢laga, repite ¨¦xito con Scariolo, y de ah¨ª a Zaragoza, otra vez M¨¢laga, el Fuenlabrada, la Selecci¨®n (campe¨®n de Europa en 2009 y plata ol¨ªmpica en 2012 de nuevo con Scariolo), otra vez Unicaja, ahora como primero, tambi¨¦n en el Fuenla, China¡ El 30 de abril de 2015 hac¨ªa debutar a Doncic porque Laso hab¨ªa sido expulsado y, en junio pasado, llev¨® las riendas del equipo en la conquista liguera tras el infarto del vitoriano, que acab¨® con su salida por ¡°motivos de salud¡±, as¨ª rezaba el anuncio oficial, pero con unas formas que siguen sin comprenderse. De hecho, su relevo se barrunt¨® en los meses previos.
La apuesta del Madrid era Mateo, que se lo pens¨® y respondi¨® que s¨ª; porque era casi imposible decirle que no al club de su vida. Y as¨ª comenz¨® el curso, con una lupa de aumento para escrutar su trabajo, cada paso. Gan¨® la Supercopa, lo que le dio algo de calma, poca hasta las primeras derrotas de octubre ante el Bar?a, el Olympiacos, el Baskonia, la Virtus y, sobre todo, la m¨¢s estruendosa, el 6 de noviembre en Zaragoza. El equipo viajaba entonces con un balance de 10-5 (ahora 58-20, a punto de rebasar los 80 partidos). En la Copa hubo tropiezo en semifinales y el playoff de cuartos frente al Partiz¨¢n pintaba mal (0-2), muy mal, el bloque no arrancaba, jugaba bien solo a ratos, es verdad que con dificultades en el puesto de base.
Los que le culpaban de haber sustituido a Laso recrudecieron las cr¨ªticas; en el club, al mismo tiempo, se miraba al futuro, se hablaba con otros entrenadores con la eliminatoria a¨²n caliente. Y Chus, mientras, a lo suyo, sin dramatizar, ya saben. Logr¨® hacer pi?a en el equipo tras la tangana y las sanciones, la plantilla se uni¨®, sac¨® todo su car¨¢cter, la vieja guardia transmiti¨® a los j¨®venes el gen competitivo del club, el Chacho m¨¢s genial emergi¨® de las aguas en plena tormenta, Hezonja madur¨® otro lustro en un mes, Tavares jug¨® lesionado y se convirti¨® en el coloso de Belgrado. Se ve¨ªa qu¨ªmica, se obr¨® la haza?a, la remontada, se pas¨® por encima del Valencia y del Gran Canaria, el grupo cre¨ªa en sus posibilidades, en¨¦sima remontada ante el Bar?a y a la final.
Chus Mateo gobernaba la nave; su baloncesto, con Tavares como pieza herc¨²lea que articulaba todo el engranaje, funcionaba; el equipo luc¨ªa y se agarraba a los partidos. El final ya lo conocen, la Und¨¦cima, el Madrid campe¨®n continental, otra vez con un t¨¦cnico de la casa, el sexto que une su nombre a la Copa de Europa tras Joaqu¨ªn Hern¨¢ndez, Pedro Ferr¨¢ndiz, Lolo Sainz, Zeljko Obradovic y Laso. De ellos, solo el maestro Obradovic desconoc¨ªa la entidad, pero es el mejor de siempre, y aun as¨ª le cost¨® horrores. Tres a?os y ninguna Liga ni ninguna Copa. La gloria abraza ahora a Chus Mateo, que no pudo evitar las l¨¢grimas tras escuchar lo que opinan de ¨¦l sus jugadores. Se lo ha merecido, sin dramatizar, seguro que apostilla.