El Cl¨¢sico de 1989: el escupitajo de Petrovic y la venganza de Neyro
Petrovic escupi¨® a Juanjo Neyro en 1986. En la pol¨¦mica final de la Liga ACB de 1989, el ¨¢rbitro se veng¨® y el Real Madrid sucumbi¨® ante el Bar?a.
Drazen Petrovic es, para el baloncesto y para el mundo, una aut¨¦ntica leyenda. Determinadas p¨¢ginas del deporte son imposibles de entender sin una estrella convertida en mito, un hombre que nos dej¨® demasiado pronto cuando la NBA esperaba con los brazos abiertos esa ebullici¨®n que ya vivi¨® en Europa. Nacido en ?ibenik, ciudad de la antigua Yugoslavia, un ya lejano 22 de octubre de 1964, el prol¨ªfico escolta lleg¨® para cambiarlo todo procedente de esa zona balc¨¢nica que nos ha dado toda una estirpe de grandes jugadores de baloncesto. Pas¨® por el Sibenka Sibenik (1979-1984) y por el Cibona de Zagreb (1984-1988), equipo con el que conquist¨® la Euroliga de 1985. Y, antes de dar el salto a la mejor Liga del mundo, jug¨® una temporada en el Real Madrid, donde caus¨® sensaci¨®n por su talento, su capacidad de anotaci¨®n, y esa manera de levitar por la pista con la sensaci¨®n de que era neta y completamente superior a todo lo que le rodeaba.
Tres veces medallista ol¨ªmpico (las dos primeras con Yugoslavia y, en 1992 y tras la disoluci¨®n del pa¨ªs, con Croacia), cuenta tambi¨¦n con un oro mundialista y otro europeo, adem¨¢s de 10 t¨ªtulos a nivel de club. Petrovic ten¨ªa un domino excelso del bal¨®n, actuaba en el arco y en la penetraci¨®n y pod¨ªa actuar tambi¨¦n de alero y de base. M¨¢s indolente en defensa y a veces ligeramente individualista, Petrovic compensaba sus pocas dibilidades siendo el due?o de jugadas antol¨®gicas y de fantas¨ªa, y ten¨ªa un estilo muy proclive a la NBA,donde tuvo unos inicios dif¨ªciles antes de llegar a los Nets, donde promedi¨® m¨¢s de 20 puntos por partido en dos temporadas consecutivas y estaba empezando a despuntar y a enamorar a un p¨²blico enamorado de la parafernalia, perteneciente a la far¨¢ndula, a ese multiverso paralelo que representa una competici¨®n como la norteamericana. Su tr¨¢gica muerte en un accidente de coche en el verano de 1993 nos dej¨® sin ver el techo de un jugador ¨²nico que dijo adi¨®s con tan solo 29 a?os.
1989: batalla de Cl¨¢sicos
Una Liga que promet¨ªa ser feliz para el Real Madrid acab¨® siento una tortura. En su ¨²nica temporada en el equipo blanco, el ¨¢rbitro Juanjo Neyro frust¨® los sue?os de Petrovic en una tanda de Cl¨¢sicos que acab¨® en la final del playoff de la ACB. ?El motivo? Un escupitajo recibido por el escolta en el torneo veraniego de Puerto Real de... 1986. Petrovic estaba entonces en el Cibona y, descontento con las se?alizaciones del colegiado, le escupi¨® por partida doble, algo que acarre¨®, l¨®gicamente, su expulsi¨®n. Neyro solicit¨® entonces la expulsi¨®n definitiva de Petrovic del torneo, pero todo qued¨® en una multa. El ¨¢rbitro no olvid¨® la afrenta y se cobr¨® la venganza cuando el Real Madrid rozaba el alir¨®n. Y Petrovic se march¨® a la NBA con una solitaria Copa del Rey conquistada, un premio que supo a poco por las expectativas previamente generadas.
¡°Puede empujar, dar patadas cuando lanzas a canasta. Adem¨¢s cada vez que se lanza un tiro libre, el da una pat¨¢dita al suelo y eso es tecnica.Todo el mundo habla de su cambio de ritmo y comete dobles en cada ocasi¨®n. ?D¨®nde se compra esa bula?¡±. Son palabras, m¨¢s bien quejas, de A¨ªto Garc¨ªa Reneses tras el cuarto Cl¨¢sico de la temporada, meses antes de la final. El Madrid estaba 4-0 en enfrentamientos directos ante el Barcelona de A¨ªto, y el t¨¦cnico se encarg¨® de empezar a caldear el ambiente, buscar el lugar en el que entrar en el laber¨ªntico esquema de juego blanco, inapelable y, con un jugador como Petrovic al que la defensa blaugrana era absolutamente incapaz de frenar. El m¨ªtico escolta respondi¨® con palabras y juego en el siguiente Cl¨¢sico: ¡°?A¨ªto, d¨®nde se compra la bula para los triples? 5-0, 5-0...¡±. Y as¨ª fue, con el Real Madrid ganando al Bar?a y una aut¨¦ntica exhibici¨®n de Petrovic, que se fue a los 34 puntos.
La final de Neyro
Juanjo Neyro jam¨¢s olvid¨® el escupitajo y arbitr¨® tres de los cinco partidos de la final. Dos de los tres que se celebraron en el Palau. Los tres que gan¨® el Barcelona. Los azulgrana ganaron el ¨²ltimo partido al Real Mdrid (por fin) y gracias al basketball average, conseguido con un tiro libre errado por parte de Josep Cargol, tuvieran ventaja de campo en la final. Antes dela misma, Fernando Romay y Fernando Mart¨ªn se lesionaron. Petrovic estaba solo ante el peligro. Y el Bar?a, que empez¨® con un 20-2 de parcial, apaliz¨® a los blancos: 94-69. ¡°Fernando Mart¨ªn es la clase de jugador sin el cual el Madrid pierde de 25¡å, dijo entonces A¨ªto, que estaba en todas. Petrovic opinaba lo mismo y su optimismo habitual se hab¨ªa desdibujado. Cabizbajo, se preparaba para una segunda derrota en el Palau. Pero los fisioterapeutas del Madrid hicieron magia y Mart¨ªn apareci¨® para levantar los ¨¢nimos: ¡°Pringaos, no me he levantado de la cama para perder¡±, dijo entonces. ¡°Hoy ganamos seguro¡±, contest¨® Petrovic.
Y as¨ª fue: Fernando Mart¨ªn se qued¨® apenas en 7 puntos, pero se faj¨® en defensa ante Audie Norris. Y Petrovic hizo de todo. A pesar de ello, el Bar?a mandaba 72-64 con 10 minutos para el final y la acumulaci¨®n de faltas pasaba factura al Madrid. Pero el balc¨¢nico lider¨® un parcial de 9-24 y los blancos prevalecieron con 37 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias de su gran h¨¦roe. 1-1 y rumbo al antiguo Palacio para resolver una serie que ya estaba impregnada de esos tintes ¨¦picos que envuelven a los grandes campeones. El Madrid, dominador durante la fase regular de forma neta y completa, dej¨® escapar el partido que le daba el liderato y la ventaja de campo. El Bar?a, a remolque durante toda una temporada, se aprovechaba de las bajas rivales, pero ten¨ªa la presi¨®n de tener que cerrar la serie y ganar en al menos uno de los dos encuentros que se celebraban en la capital.
El Madrid ten¨ªa muchos problemas en el juego interior y A¨ªto sab¨ªa que Petrovic no pod¨ªa ir a exhibici¨®n por noche. Carg¨® todo el juego en sus p¨ªvots, machac¨® al Madrid a base de provocar faltas y Neyro y sus recuerdos del pasado fueron un poderoso aliado: 86-100. Y, despu¨¦s de eso, nueva exhibici¨®n de un Petrovic que ya parec¨ªa tener tintes de h¨¦roe: 42 puntos, con 8 de 11 en triples (ambos r¨¦cords de la ACB), con 27 y 6 triples en la segunda parte de un enfrentamiento ¨¦pico. La final se igualaba (2-2) y Petrovic ascend¨ªa a un nuevo nivel solo unos meses antes de dar el salto a la NBA. Miraba el mundo por encima del hombre, como el ser superior que estaba demostrando ser. Era, en el buen sentido de la palabra, de otro planeta. Pero ya se encargar¨ªa Juanjo Neyro de volverle a mandar a la Tierra.
El d¨ªa de la venganza
El jueves 25 de mayo de 1989, tuvo lugar uno de los partidos m¨¢s importantes de la historia del baloncesto espa?ol. Ya no hab¨ªa tiempo para bajas: Los Mart¨ªn, Romay y Rogers ten¨ªan que saltar a pista infiltrados o lesionados. Antonio Mart¨ªn, Biriukov y las rachas de Petrovic dieron al Madrid una ventaja de 32-39 en el segundo cuarto... pero las cosas pronto se empezaron a complicar. As¨ª lo describi¨® Jos¨¦ Luis Llorente: ¡°A pesar de las dificultades nos fuimos al descanso con una ligera ventaja y jugando bastante bien. En el vestuario empec¨¦ a mirar las estad¨ªsticas y me fij¨¦ en un dato curioso: en la columna de las faltas personales le¨ª 3,3,3,2,3,3¡.Recuerdo que pens¨¦ que en la segunda parte ¨ªbamos a sufrir lo indecible. Pero fue m¨¢s que eso. El concepto clave aqu¨ª es el list¨®n que se aplica a la hora de se?alar las faltas. Los ¨¢rbitros pueden colocarlo a una altura u otra, pero lo que no se puede hacer es cambiarlo cuando se trata de zonas del campo opuestas. Yo no digo que en nuestra zona no cometi¨¦ramos faltas, de acuerdo, quiz¨¢ lo eran, pero en la del Bar?a no se pitaba la misma acci¨®n. Los ¨¢rbitros (en especial Neyro) no midieron por el mismo rasero a uno y otro equipo.¡±
El Madrid, que mandaba por dos al descanso (48-50), perd¨ªa por 11 en el tercer cuarto (85-74) y acab¨® cediendo por la misma diferencia de puntos (96-85). A los blancos le se?alaron 40 faltas y al Bar?a, 19. Los azulgrana no tuvieron ning¨²n jugador eliminado, mientras que el Madrid sufri¨® la p¨¦rdida de toda la plantilla excepto Llorente, Villalobos, Javi P¨¦rez y Carlos Garc¨ªa Ribas (fallecido a?os despu¨¦s con solo 40 a?os en un accidente de tr¨¢fico). Petrovic, hundido en la segunda mitad y eliminado por faltas, se vio superado, como todo el equipo, por una circunstancia insalvable. Una extra?a situaci¨®n por la que los blancos se quedaron sin ning¨²n jugador del quinteto titular a falta de m¨¢s de cuatro minutos para el final y con solo cuatro jugadores en cancha ya dentro del ¨²ltimo minuto. Biriukov, Romay y Mart¨ªn cargaron duramente contra los ¨¢rbitros tras el encuentro. En fr¨ªo, Biriukov asegur¨®: ¡°Lo que sucedi¨® entre Petrovic y Neyro nos pas¨® factura a todos¡±.
Petrovic ten¨ªa tres a?os m¨¢s de contrato, pero los cantos de sirena de la NBA eran muy grandes y abandon¨® un proyecto que acab¨® objetivamente en fracaso. A la estrella balc¨¢nica la ficharon para la Liga, no para conquistar la Copa y la Recopa. Fue tambi¨¦n el ¨²ltimo a?o de Lolo S¨¢inz en el banquillo antes de la llegada de George Karl. Fernando Mart¨ªn fallec¨ªa unos meses despu¨¦s en un tr¨¢gico accidente de tr¨¢fico, como le pasar¨ªa al propio Petrovic a?os m¨¢s tardes. Y ah¨ª se acab¨® una Liga marcada por la pol¨¦mica, en la que Juanjo Neyro (fallecido en 2008 tras arbitrar en m¨¢s de 400 partidos oficiales) hizo efectiva su venganza y arbitr¨® en tres de los partidos de la final tras asegurar en el pasado que jam¨¢s olvidar¨ªa la afrenta de Petrovic, algo que muchos no entendieron. Pero por otro lado... ?qui¨¦n olvidar¨ªa ese escupitajo?