El Bilbao Basket no se cansa de ganar en Europa

Es pura rutina. El Bilbao Basket despacha equipos en la floj¨ªsima FIBA Europe Cup como quien mueve el abanico en un d¨ªa t¨®rrido. Pasa una y mil veces el rodillo y los deja m¨¢s planchados que un folio. No se pueden catalogar de adversarios sino de sparrings. Por ejemplo, el Balkan b¨²lgaro, un rival que no tiene ni orgullo, ni un gesto de rabia al ver que le ha ca¨ªdo un -71 en los dos compromisos ante los hombres de negro. Tiene un norteamericano, Curtis Jones, que en Espa?a no jugar¨ªa ni en un Interesecolar contra chavalines. Porque el Surne no quiso hacer sangre, pero si se pone a presionar de forma furiosa en toda la pista, habr¨ªa ganado por cien. Al base de la trenza le rob¨® la cartera Sylla en el ¨²ltimo cuarto como quien arrebata un caramelo a un ni?o y el p¨ªvot acab¨® la jugada en mate. Despu¨¦s aquel perdi¨® una bola absurda y ya no jug¨® los siete minutos que restaban.

Lo principal era sellar el pase a la siguiente fase, dejar pr¨¢cticamente cerrado el liderato, estirar los minutos de los menos habituales y sumar otra victoria tras el tropiezo del domingo ante el Valencia. Ante rivales de cart¨®n piedra se alegra la vista con el crecimiento en el juego, que resulta obvio, y las variadas opciones en ambos lados de la pista. Mucha gente pudo brillar y aport¨® cierto esfuerzo. La FIBA ordena jugar y hay que hacerlo con la mayor seriedad posible, mejor no pensar en la escasa altura de este torneo que desprecia Euskal Telebista y lo recluye solo a la web y que se disput¨® en un Arena Botevgrad que daba pena. Hay m¨¢s gente dando de comer a las palomas en cualquier parque de esa localidad b¨²lgara.

En este paisaje tan feliz y triunfal en clave vasca, Chac¨®n pudo gozar de nuevo de minutos y hasta anot¨® un triple. Todos lanzaron desde el arco, menos Hlinason. El island¨¦s camp¨® a sus anchas en las zonas. La Europe Cup permite frotarse los ojos y ver a Rabaseda comenzar a fuego, anotar diez puntos y tener 16 de valoraci¨®n, el techo en el cuadro visitante. Rub¨¦n Dom¨ªnguez puso la m¨¢xima diferencia bajo el aro tras coger un rebote ofensivo tras un fallo propio, coincidiendo con la ¨²ltima bocina: 62-83. Mientras, en el otro partido del grupo, Kutaisi y Prievidza se peleaban en busca de la segunda plaza. Los eslovacos ten¨ªan un +8 y los georgianos jugaron con el marcador, forzando hasta tres pr¨®rrogas para intentar superarlo, pero les sali¨® mal.

El partido no tuvo m¨¢s historia que el movimiento de piezas de Ponsarnau para tener a todos con ritmo y protagonismo. Jones fue el descarte en este sistema de rotaciones por jornada., Que descanse. El s¨¢bado espera lo importante, la visita al Granada, fin de 20 d¨ªas de absoluta locura con casi 22.000 kil¨®metros, 13 aviones y cinco autobuses en desplazamientos de todo tipo. Rabaseda empez¨® muy enchufado, con triple, tiros libres y mate. Los locales tardaron cuatro minutos en meter su primera canasta, pero luego pudieron encestar con cierta fluidez, apoyados en un inspirado Boyanov, novedad respecto a la primera vuelta y casi su ¨²nico argumento ofensivo, al que borraron del mapa los vizca¨ªnos en el segundo tiempo. Tal vez se le hizo demasiado empinada la cuesta con el transcurrir de los minutos ante un ACB. Luego ech¨® una mano t¨ªmidamente Ivanov. Los pupilos de Ponsarnau sab¨ªan que poniendo cierta intensidad, no se pasan problemas en este evento en las fases iniciales. Pero hubo un baj¨®n tras la primera rotaci¨®n, que emocion¨® a los b¨²lgaros pensando que no se iba a escapar el rival en el marcador como en La Casilla. Falsa alarma, la mentalidad era f¨¦rrea y eso sirvi¨® para entender que era mejor no despreciar al enemigo. De Ridder a la media distancia cerr¨® el primer cuarto con 15-21. La diferencia fue engordando, con diferentes probaturas, como Rahkam de base. Dom¨ªnguez no acaba de tener el d¨ªa dulce, como en el choque de la primera vuelta en La Casilla. Al descanso, 32-47.

Los chicos de Hristov amagaron con reaccionar, gracias a un 0-6. Pero todo volvi¨® a su cauce. Frey y Sylla jugaban al gato el rat¨®n, el p¨ªvot daba la asistencia al base para que este lanzara y no al rev¨¦s. Los hombres de negro se gustaban ante el aro rival. Mientras, Hlinason segu¨ªa machacando la cesta. La ¨²nica duda era en cu¨¢nto se quedar¨ªa la paliza esta vez. Pues en 31. Nadie se cansa de ganar. Y menos si es con un ba?o y masaje por medio. Un 4-0 y vuelta a Espa?a. Pero no a casa, porque ahora toca ir a Granada sin pisar la capital vizca¨ªna. A falta de dos jornadas, el Surne Bilbao es l¨ªder con una victoria de ventaja sobre un Prievidza al que ya gan¨® en Eslovaquia por 23 puntos y al que recibir¨¢ en la ¨²ltima jornada en La Casilla.

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