Un Madrid a tirones no falla en Liga: 11 victorias seguidas

Este Madrid, pese a los evidentes problemas de configuración de plantilla, puede jugar mucho mejor, lo vimos en algunas semanas de diciembre y enero. Ahora se le ve dudar, avanzar a tirones, con la confianza justa. No anda fino, pero gana mucho en una Liga en la que el Unicaja ha vuelto a dejarse un triunfo clave. Líder indiscutible tras su undécima victoria seguida. Hezonja (16 puntos, 10 rebotes y 2 asistencias) y Abalde (16 tantos y gran defensa, entre otros, sobre Markus Howard) sobresalieron, mientras que Andrés Feliz y Llull hicieron un muy buen cierre de partido y lideraron un último cuarto en el que el Real se disparó a los 27 puntos. Más allá, como es costumbre, la presencia de Tavares marca devenires y no siempre se mide en números.

La otra buena noticia merengue, al margen del triunfo, fue el regreso de Gabriel Deck después de dos meses y medio lesionado en los que se ha perdido 23 encuentros. Solo un primer paso el de este domingo, aunque 15 minutos en pista ya son un comienzo importante para atrapar el ritmo perdido. Con él en la convocatoria, Rathan-Mayes e Ibaka se quedaron fuera.

En el Baskonia, Donta Hall puso el físico, pero ninguno de sus anotadores entró con fuerza en el pulso, más bien a rachas: Luwawu-Cabarrot, Markus Howard, Baldwin… Errores de elección y varias pérdidas seguidas en algunos tramos clave lastraron a los de Pablo Laso. El técnico regresaba al Palacio por tercera vez. Muy aplaudido y ovacionado, como siempre.

A los blancos les falta constancia, regularidad, estirar más sus sensaciones positivas y no diluirse, a veces, cuando Campazzo y Tavares se dan un respiro. También saber matar los partidos cuando el enemigo le abre la puerta. De inicio la doble cara resultaba muy evidente, una fuerte con los dos pilares y otra apagada con Feliz, que se resarció más tarde, y Bruno Fernando. El rival, el Baskonia, llegaba atormentado, pero se presentó bien al duelo pese a la baja de última hora de Moneke. Su situación clasificatoria en la ACB es peliaguda tras quedarse sin Copa y andar muy cerca del KO en la Euroliga.

Los azulgranas cerraron la pintura de inicio y concedieron, a cambio, algún triple cómodo (5 de 11 de los locales en el primer cuarto, que solo lanzaron dos sin acierto en el segundo y concluyeron con 10 de 29). El equipo vitoriano tomó el mando con vigor en el arranque del segundo acto tras un parcial de 0-10: 21-28.

Tiempo muerto de Chus Mateo para dar paso a un baloncesto más vistoso y eficaz. Había vuelto Tavares y poco después lo hacía el Facu. Los blancos recuperaban (tres robos del argentino con seis pérdidas del Baskonia entonces) y corrían. Lo hacía Llull y, sobre todo, Hezonja, incluido un matazo de concurso. Un parcial de 13-1 (y ese punto fue por una técnica a Campazzo por alejar un balón) lanzaba a los locales (39-33), que iban a pararse de inmediato y a encajar un 0-7 con Diop castigando por dentro sin Tavares.

El momento Abalde

La reanudación, con un gran Abalde, dejaba la sensación de que el Madrid podía romper la batalla. El Baskonia escogía mal, extraviaba muchos balones y, cuando no, iba directo a chocar con Tavares. Mala elección. Pero con 51-43, los visitantes reaccionaron de nuevo, sobre todo, por seleccionar mejor con el balón en la mano. Luwawu-Cabarrot era el brazo ejecutor (10 de los 13 tantos de la escuadra alavesa en ese tercer periodo). El líder solo se marchó por delante con el triple en la última acción de Deck. El canchero mantiene la sangre fría de siempre.

El Madrid dejaba atrás un tramo pobre e iba a crecer en el definitivo sin Campazzo ni Tavares, impensable por lo visto hasta ese momento. Un destacado Feliz y Llull, con una gran aportación, llevaron el peso. Incluso, cuando regresó muy al final Campazzo, los dos se mantuviera en pista en una configuración inédita en el perímetro (Musa se había torcido el tobillo izquierdo en el cuarto anterior y, aunque se marchó al vestuario para vendarse, no participó más).

Un par de rechaces de más en el acto decisivo y un par de pérdidas de menos tuvieron su peso. Un triplazo de Llull, del capitán, en transición (su triple mil en la historia liguera) había elevado el +9 (69-60). La arremetida postrera baskonista con un 2+1 de Markus Howard que eliminaba a Taveres llegó tarde. Un pulso cerrado que contrasta con el abismo en la clasificación: ocho victorias de diferencia entre el líder y el décimo.

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