El mallorqu¨ªn (37 a?os) cerr¨® una dif¨ªcil temporada 2021-22 con otra Liga para el Real Madrid y el incre¨ªble oro de Berl¨ªn en la Selecci¨®n. Apunta a sus sextos Juegos.
Quiz¨¢ en alg¨²n momento dimos por hecho que Rudy, sencillamente, estaba ah¨ª. Asumimos que no sal¨ªa de las pistas de baloncesto porque d¨®nde iba a estar si no. Cont¨¢bamos s¨ª o s¨ª con el alero mallorqu¨ªn como si, en su caso, el compromiso y la longevidad vinieran de serie. Pero la realidad nunca es tan sencilla, y esos valores acaban definiendo a quien los cultiva tanto o m¨¢s que las canastas, las defensas ganadoras o las Copas al cielo de un mill¨®n de pabellones: Rudy Fern¨¢ndez (Palma de Mallorca, 1985) podr¨ªa haberse apartado hace alg¨²n tiempo, como m¨ªnimo de alg¨²n charco. Pero sigue meti¨¦ndose en todos porque, y con 37 a?os no va a cambiar, as¨ª es como ha decidido vivir el baloncesto. Cuando finalmente ponga pie en tierra y vuelva la vista atr¨¢s, descubrir¨¢ que su legado es el de una leyenda del baloncesto mundial. Gigantesca, ¨²nica, en el espa?ol, a cuya historia ya ha cosido cada uno de sus pasos. Que siguen haciendo camino.
¡°Veo que puedo seguir aportando, y para esto estoy. Si no, no tendr¨ªa ning¨²n reparo en dar un paso atr¨¢s. Yo me veo capaz de seguir ayudando al equipo¡±, dijo con sencillez a AS este verano, antes de embarcarse en aquella misi¨®n que acab¨® siendo prodigiosa, la del improbable oro de Berl¨ªn con la Selecci¨®n espa?ola.
Uno de los mejores, Rudy lleva buena parte de su carrera peleando con unos problemas de espalda que amenazaron con acortar su recorrido y le obligaron a modular su estilo de juego. Cuando super¨® un par de envites feos de su f¨ªsico, decidi¨® ser eterno: debut¨® en la ACB en 2002, hace veinte a?os. Y se estren¨® con la Selecci¨®n absoluta en los Juegos Ol¨ªmpicos de 2004, casi por sorpresa. Jug¨® en la NBA (2008-11) y se convirti¨® despu¨¦s en una especie de estrella obrera. En uno de los mejores Real Madrid que hemos visto y en mil caras distintas de una era dorada de la Selecci¨®n que no se acaba y en la que ¨¦l se ha convertido, compromiso y longevidad, en el hilo dorado que cose ¨¦pocas.
N¨²mero 24 del draft de 2007, un a?o antes de dar el salto a la NBA despu¨¦s de los Juegos de Pek¨ªn, ha sido una de esas extra?as joyas que entienden que hay distintas formas de aportar y, finalmente, liderar. Que saben estratificar su carrera sin quedar cegados por el flash de un inicio deslumbrante. Jonathan Givony, uno de los grandes expetos en scouting de talento joven de la prensa estadounidense, escrib¨ªa esto de ¨¦l meses antes de Pek¨ªn 2008, cuando acababa de ser campe¨®n de Copa y MVP con el Joventut y estaba a punto de convertirse en el M¨¢ximo Anotador de la Liga 2007-08: ¡°En la ACB saca un cuerpo a todos los dem¨¢s y es, ahora, uno de los mejores jugadores de Europa. Se ha convertido en una pesadilla para las defensas rivales porque su tiro le permite anotar desde cualquier parte de la pista. No puedes concederle ni un cent¨ªmetro porque te enterrar¨¢ bajo una r¨¢faga de canastas en un abrir y cerrar de ojos. Tambi¨¦n puede hacer de creador para sus compa?eros porque ve muy bien el juego y toma decisiones muy r¨¢pido¡±.
En aquella Copa 2008 el Joventut fue campe¨®n despu¨¦s de atravesar un cuadro infernal: Valencia, Real Madrid y Baskonia. Rudy demostr¨® que, efectivamente, era capaz de generar (nueve asistencias en la semifinal) y anotar (32 puntos en una actuaci¨®n colosal en la final). Su carrera, que en aquel momento despegaba sin que se le adivinara techo, se ha acabado convirtiendo en una sucesi¨®n de postales que, todas juntas, forman el puzle de un viaje incre¨ªble: de volar por la pista con ese gran Joventut en el que coincidi¨® con Ricky Rubio, nuevas armas j¨®venes del baloncesto europeo, a elevarse por encima del mism¨ªsimo Dwight Howard en una de las mejores jugadas de uno de los mejores partidos de la historia del baloncesto FIBA, el EE UU-Espa?a de Pek¨ªn 2008. De un concurso de mates de la NBA y las trazas de estrella de p¨®ster a alargar su trayecto como jugador trascendente gracias a la dureza y la inteligencia, al liderazgo y la defensa, a los intangibles la IQ: el conocimiento del juego. Finalmente, un factor X inevitable en el gran Real Madrid de Laso y un referente y capit¨¢n en la Selecci¨®n, donde ha transmitido una forma de competir entre dos eras: de la del favorito que no fallaba a la del tapado que gana a dentelladas.
"No puedes concederle ni un cent¨ªmetro porque te enterrar¨¢..."
Jonathan Givony
La temporada pasada, dif¨ªcil para ¨¦l en lo personal por el fallecimiento de su padre, acab¨® con la conquista de dos ochomiles: la Liga ACB contra un Bar?a a cuyo dominio en los cara a cara dio el Real Madrid la vuelta como un calcet¨ªn cuando de verdad importaba; Y el oro en el Eurobasket 2022, un ¨¦xito tan improbable que era b¨¢sicamente imposible, con una Espa?a de entreguerras y reconstrucci¨®n. Pero con Rudy al frente, la pieza maestra del puzle de Sergio Scariolo: ¡°Es un gran jugador y una gran persona, un l¨ªder fant¨¢stico. Es un ejemplo, me cuesta aguantar las l¨¢grimas con ¨¦l¡±, dijo el italiano despu¨¦s del milagro de Berl¨ªn sobre un referente que, con la era de los J¨²nior de Oro cada vez m¨¢s lejos, tiene a tiro Par¨ªs 2024 y ser, si el cuerpo aguanta, el primer jugador de baloncesto que disputa seis Juegos Ol¨ªmpicos: ¡°No voy a negar que s¨¦ que est¨¢ ah¨ª. Pero escucho a mi cuerpo, c¨®mo voy sinti¨¦ndome. Solo me planteo ir d¨ªa a d¨ªa¡±, dijo a AS. A buen entendedor¡
El curr¨ªculum de Rudy Fern¨¢ndez es un tomo de la historia del baloncesto europeo. once medallas con la Selecci¨®n absoluta con 16 a?os entre la primera (el Mundial de Saitama) y la ¨²ltima, por ahora, el Eurobasket que Espa?a no iba a ganar Berl¨ªn. Una Copa, una ULEB y una EuroChallenge con el Joventut. Y todo lo que uno quiera sumar con el Real Madrid: dos Euroligas, seis Ligas, cinco Copas, ocho Supercopas, una Intercontinental... y muchos reconocimientos individuales que cayeron por su propio peso, cuando el fogonazo deslumbrante de sus inicios se convirti¨® en una luz mucho m¨¢s templada pero inagotable, una fuente constante de energ¨ªa, y de baloncesto, que cambi¨® ganar MVPs por ser fundamental para que otros los ganen. Que se meti¨® en todas las fotos de algunos equipos que son ya historia de nuestro baloncesto. La suya, la que dibuja el camino de Rudy Fern¨¢ndez, todav¨ªa no ha acabado. Por suerte.