A los mandos del Girona a sus 75 a?os, es uno de los t¨¦cnicos m¨¢s influyentes y laureados de nuestro baloncesto. Con ¨¦l debutaron Pau, Navarro, Rudy...
El com¨²n de los mortales se jubila una vez, por norma general al menos en Espa?a, a los 65 a?os. Hay quien alarga un poco m¨¢s su vida laboral, hay quien no se retira nunca, pero dif¨ªcil es encontrar a alguien que se jubile m¨¢s de una vez. Y ese ha sido A¨ªto Garc¨ªa Reneses, hoy entrenador del B¨¤squet Girona y uno de los t¨¦cnicos m¨¢s laureados y reconocidos del baloncesto espa?ol, que cada vez que le han llamado para una nueva aventura no se ha podido resistir. Amag¨® con finalizar su carrera cuando dej¨® Gran Canaria, se tom¨® un a?o sab¨¢tico tras su etapa en Alemania, pero ah¨ª sigue, al pie del ca?¨®n. A sus 75 a?os, cumple 76 en diciembre, su leyenda sigue creciendo. Una leyenda que le ha llevado a entrar en el Hall of Fame.
La historia de A¨ªto en los banquillos viene de muy lejos y su impacto en el baloncesto espa?ol es evidente. ?l hizo debutar, sin ir m¨¢s lejos, a tres leyendas como Pau Gasol, Rudy Fern¨¢ndez o Juan Carlos Navarro. Fue A¨ªto tambi¨¦n quien se sent¨® en el banquillo de Pek¨ªn, en 2008, en el que probablemente sea el partido de baloncesto m¨¢s memorable que se ha jugado nunca fuera de Estados Unidos. Un Espa?a-USA que decidi¨® un oro, y una m¨¢s que meritoria plata, en una tremenda final. Suyas son las innovaciones en los sistemas de presi¨®n defensivos (el famoso ¡®Karate press¡¯) y sigue apostando por un baloncesto de equipo, con juego interior, alejado de los est¨¢ndares de hoy en d¨ªa.
A¨ªto fue un pionero en lo suyo, un revolucionario, cuya primera aportaci¨®n qued¨® colgada en m¨¢s de 30 pabellones a lo largo y ancho de la geograf¨ªa espa?ola: los primeros marcadores electr¨®nicos llevaron su firma. Estudiante de telecomunicaciones mientras jugaba en el Barcelona, realiz¨® un proyecto que modificaba los que se importaban de Estados Unidos para hacerlos mucho m¨¢s baratos. As¨ª se extendieron por Espa?a cambiando el baloncesto nacional: se empez¨® a jugar con reloj de posesi¨®n en muchas m¨¢s pistas.
Pero el mayor impacto en el baloncesto espa?ol fue sin duda desde los banquillos. Arranc¨® en 1973 cuando se hizo cargo del C¨ªrcol Cat¨®lic de Badalona, tambi¨¦n conocido como Cotonificio por motivos de patrocinio, llevando al modesto club de Badalona a una de sus etapas m¨¢s laureadas. Cambi¨® de equipo pero no de ciudad en el 83, para entrenar en una primera etapa al Joventut antes de firmar por el Bar?a: entre 1985 y 2001 fue entrenador y directivo de la secci¨®n. Regres¨® a Badalona (2003-2008) antes de entrenar a Unicaja, CB Sevilla y Gran Canaria. En todos estos a?os se ha convertido en el cuarto t¨¦cnico nacional que m¨¢s t¨ªtulos atesora: nueve ligas, una Recopa, dos Copa Korac, una Copa ULEB y una Eurocup. Tambi¨¦n gan¨® cinco Copas del Rey. El ¨²nico pero en su trayectoria, la Euroliga. Pese a llegar seis veces a la Final Four de la mano del Bar?a no gan¨® ninguna.
La carrera de A¨ªto, sin embargo, no finaliz¨® en Espa?a. Tras m¨¢s de cuatro d¨¦cadas en banquillos espa?oles se enrol¨® en las filas del Alba de Berl¨ªn, engrosando tambi¨¦n su palmar¨¦s. Desde la primera temporada el Alba fue un fijo en las finales de los torneos que disput¨® y, tras dos campa?as, los t¨ªtulos empezaron a llegar. Tras un a?o sab¨¢tico, firm¨® por el Girona.
Importante fue tambi¨¦n su papel en la Selecci¨®n, cosechando la mencionada plata en los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn en 2008. Con uno de los equipos con mayor talento que ha tenido nunca Espa?a plant¨® cara a la todopoderosa selecci¨®n de Estados Unidos, que jug¨® aquel torneo con todas las figuras de la NBA. Una plata con regusto de oro, en una final para el recuerdo, que tambi¨¦n llev¨® su sello.
Una carrera, al fin y al cabo, al alcance de muy pocos entrenadores. Evolucionar, cambiar, adaptarse son las cualidades que permiten a un entrenador sobrevivir en un entorno tan competitivo como el baloncesto profesional. Y no solo sobrevivir, sino triunfar. La leyenda de A¨ªto, un entrenador que merec¨ªa sin duda alguna formar parte del Hall of Fame, todav¨ªa no se ha acabado. Todav¨ªa le queda, al menos, una p¨¢gina por escribir en Girona.