El gran directivo (Constantinopla, 1926-Madrid, 1997) fue un adelantado a su tiempo, clave para crecimiento de este deporte en Espa?a y en Europa.
La historia del baloncesto, su desarrollo, progreso y crecimiento, no se entender赤a en Europa sin la enorme figura de Raimundo Saporta. Educado e inteligente, con un don para las relaciones p迆blicas impagable, fue el gran responsable no solo de elevar la secci車n de baloncesto del Real Madrid a cotas inimaginables, sino tambi谷n la de este deporte en todo el Viejo Continente.
Mano derecha de Santiago Bernab谷u desde 1961, form車 parte de la junta directiva del club durante 25 a?os, 15 de ellos como vicepresidente. La secci車n de baloncesto era su ojito derecho: bajo su ala lleg車 Pedro Ferr芍ndiz y la gloria de las d谷cadas de los cincuenta, sesenta y setenta: m芍s de 20 Ligas, 18 Copas y 6 Copas de Europa. Y jugadores extraordinarios como Emiliano, Clifford Luyk, Lolo S芍inz, Wayne Brabender, Walter Szczerbiak, Miles Aiken, Rafael Rull芍n, Juan Antonio Corbal芍n (estuvo, adem芍s, involucrado en los fichajes de Di Stefano y de Kopa)# Un suma y sigue de figuras que lucharon de t迆 a t迆 por el dominio europeo contra el ogro sovi谷tico, que cay車 en m芍s de una ocasi車n ante la maquinaria engrasada por Saporta.
Pero antes de la grandeza, los inicios. Duros. Tr芍gicos en ocasiones. De padres sefarditas, el gran directivo naci車 en 1926 en Constantinopla, la actual Estambul (Turqu赤a), para migrar con tres a?os a Par赤s por la gran crisis econ車mica que barri車 el mundo en 1929. Creci車 en una Europa en tensi車n, baj車 la amenaza de un fascismo que avanz車 por el continente a hierro y fuego hasta alcanzar las puertas de la Ciudad de la Luz en 1940. La sangre jud赤a que corr赤a por las venas de la familia empuj車 a los Saporta a trasladarse a Espa?a en 1941. Lo hicieron como espa?oles gracias al decreto de 1924 de Primo de Rivera, que daba la nacionalidad a los descendientes de todos aquellos hebreos expulsados por los Reyes Cat車licos en 1492. El infortunio no par車 con la forzosa mudanza: su padre muri車 atropellado por un tranv赤a a los pocos meses de llegar a Madrid.
Fue el gran impulsor de la Copa de Europa de baloncesto
Viajes, sufrimiento, tristeza y, por fin, la paz. Y el amor. Hacia su mujer, Arlette Politi Treves, y hacia el baloncesto. El primero, de toda la vida, pues ambos se conocieron en Par赤s; el segundo, desde la adolescencia, cuando en el Liceo Franc谷s, donde curs車 sus estudios, comenz車 a organizar unos primeros torneos que llamaron la atenci車n del coronel Jes迆s Querejeta Pav車n, presidente de la FEB, que le introdujo en la Federaci車n en 1947 cuando ya hab赤a cumplido los 21 a?os (lo intent車 antes, pero carec赤a de la mayor赤a de edad) como tesorero. Su ascenso como vicepresidente fue casi inmediato. Estuvo ligado a la ella durante m芍s de 40 a?os y fue el principal responsable para la organizaci車n en Espa?a del Eurobasket de 1973.
Con un dominio excelso del franc谷s y bastante bueno del ingl谷s, y con la capacidad de saludar hasta en 40 idiomas m芍s, Saporta se convirti車 en un pilar b芍sico para cualquier reuni車n a alto nivel. Una cualidad de la que se aprovech車 Bernab谷u. La Copa de Europa de f迆tbol (1956) tuvo su sello al igual que la de baloncesto (1958). Tambi谷n la competici車n espa?ola con solo seis equipos (o el prestigioso torneo de Navidad que trajo buenos beneficios al club y enormes equipos a Madrid). Todas part赤an de la misma base: enfrentamientos entre equipos por proximidad geogr芍fica para abaratar costes. Y ten赤an, en el caso espa?ol, una barrera en el conocido como el Tel車n de Acero.
El r谷gimen franquista imped赤a viajar al otro lado del muro para medirse con los equipos de los pa赤ses del Pacto de Varsovia. Saporta luch車 contra ello. Le cost車. Hasta 1963. Ese a?o, el Madrid jug車 en Mosc迆 tras convencer a Fernando Castiella, ministro de Exterior de la 谷poca, que se pod赤a ganar al enemigo ideol車gico. En esa ocasi車n, el Real cay車. Una derrota que fue vengada dos a?os despu谷s cuando los blancos levantaron su segunda Copa de Europa. Fue el primer club de Europa occidental que arrebat車 el cetro continental al oriente comunista que hab赤a enlazado seis trofeos desde 1958.
No fue el 迆nico l赤o que solvent車 con el R谷gimen. Intercedi車 con Gregorio L車pez-Bravo, ministro de Exteriores, cuando Bernab谷u se quit車 la insignia de oro y brillantes del club para honrar en 1973 Tel Aviv al general Moshe Dayan, h谷roe de la Guerra de los Seis D赤as, en una 谷poca en la que el franquismo no hab赤a reconocido a Israel y era claramente pro-?rabe. Y tuvo que tirar de caviar y de una libro de Dolores Ibarruri (※El 迆nico camino§) para calmar a Franco cuando viaj車 a Mosc迆 a principios de la d谷cada de los 60 para entregar el trofeo continental como miembro ejecutivo de la FIBA. Y de mucha diplomacia para explicar la visita a don Juan de Borb車n cuando el Madrid de f迆tbol fue a Ginebra para enfrentarse con el Servette en 1955.
Diplomacia y estilo de un adelantado a su tiempo que hasta su muerte en 1997 por un problema renal estuvo ligado al deporte y que ahora eleva su nombre al pante車n del baloncesto espa?ol con su entrada en el Hall of Fame.