Hay nombres en la historia del deporte espa?ol que son como cimientos del brillante presente que vivimos. En los campos, en las pistas, en los circuitos, en los banquillos¡­ y tambi¨¦n en los despachos. Ernesto Segura de Luna pertenece a ese grupo de personas a los que les toc¨® capitanear la transici¨®n de un deporte en blanco y negro a uno en color, literal y metaf¨®ricamente hablando. Con ¨¦l al frente de la Federaci¨®n Espa?ola de Baloncesto se lograron algunos de los primeros grandes ¨¦xitos a nivel internacional (las platas en los Europeos de Barcelona 1973 y Nantes 1983) y se dio paso al verdadero aperturismo del baloncesto de puertas para afuera de Espa?a, pero tambi¨¦n de puertas para adentro. En un pa¨ªs eminentemente futbolero, el despegue del deporte de la canasta como entretenimiento de muchos lleg¨® bajo sus mandatos.

Nacido en Barcelona el 11 de febrero de 1922, padre de 14 hijos y abogado de profesi¨®n, Segura de Luna lleg¨® al baloncesto procedente del hockey hierba, en el que lleg¨® a ser campe¨®n de Espa?a como jugador en 1943. En los despachos del deporte de la canasta empez¨® en la Federaci¨®n Catalana, donde fue secretario a partir de 1954. En 1959 accedi¨® a la presidencia de la federaci¨®n auton¨®mica y de ah¨ª lleg¨® a la FEB a trav¨¦s de un proceso, digamos que poco ortodoxo para los est¨¢ndares actuales, como ¨¦l mismo relataba con gracia en 2006 a los alumnos de un m¨¢ster de periodismo deportivo: ¡°Fui nombrado a dedo cuando trabajaba para la Federaci¨®n Catalana de Baloncesto, quiz¨¢s porque mi cu?ado por aquel entonces era alcalde de Barcelona¡±.

Una vez dentro de la FEB y tras el cese de Enrique Menor como presidente en 1972, lleg¨® su momento. Eso s¨ª, con el apoyo de una de las personas m¨¢s influyentes del baloncesto espa?ol. Raimundo Saporta parec¨ªa el elegido para hacerse cargo del puesto, pero estaba tan comprometido con el Real Madrid que su renuncia y posterior apoyo a la candidatura de Segura de Luna auparon a ¨¦ste a la presidencia. Comenzaba as¨ª la primera mitad de una ¨¦poca gloriosa. Mitad porque su presidencia se dividi¨® en dos partes de unos 12 a?os cada una. La primera del 72 a 1984, cuando tuvo que dejar el puesto obligado por el Real Decreto de Estructuras Federativas Espa?olas, que no permit¨ªa estar en el cargo m¨¢s de 12 a?os. Curiosamente tuvo que irse dos meses despu¨¦s del mayor ¨¦xito del basket espa?ol del siglo XX: la plata en Los ?ngeles 84. Tambi¨¦n le corresponden logros como los cuartos puestos en los Juegos de Mosc¨² de 1980 o en el Mundial de Colombia de 1982.

Su segunda etapa, de 1992 a 2004, comenz¨® en unos a?os turbulentos, de crisis econ¨®mica en la Federaci¨®n, en los que tuvo que tomar una dif¨ªcil decisi¨®n. Destituir al entrenador que hab¨ªa llevado al equipo a sus m¨¢s altas cotas en su anterior ¨¦poca como presidente. Antonio D¨ªaz Miguel, maestro de generaciones de jugadores, no sobrevivi¨® al descalabro de los Juegos de Barcelona. A partir de ah¨ª comenz¨® una lenta pero continuada recuperaci¨®n hasta llegar al siglo XXI, cuando la FEB de Segura de Luna empez¨® a probar las mieles de los ¨¦xitos que estaban por venir con la generaci¨®n de los juniors de oro.

Bajo su mandato de 25 a?os la Federaci¨®n logr¨® 40 medallas internacionales. Desde 2004 a 2008, a?o en el que falleci¨®, ocupar¨ªa la Presidencia de Honor de la FEB. La Orden Ol¨ªmpica del COE y la Gran Cruz al M¨¦rito Deportivo engalanaron con justicia a una de las personas m¨¢s importantes del baloncesto espa?ol.