Nueva vida tras la pesadilla para Diamond DeShields en la WNBA
La escolta, que acaba de ganar la Liga italiana con el Schio y se incorpora ahora a Phoenix Mercury, estuvo a punto de retirarse por una complicada operaci¨®n en la m¨¦dula espinal.
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Diamond DeShields acaba de ganar la Liga italiana con el Schio de Sandrine Gruda y Kitija Laksa. Mientras su equipo en Europa remataba el t¨ªtulo, su equipo en la WNBA, Phoenix Mercury, iniciaba sin ella la temporada 2022 de la WNBA con derrota contra Las Vegas Aces, el rutilante proyecto que ha atra¨ªdo a su banquillo a Becky Hammon, que se cans¨® de esperar a la vera de Gregg Popovich a que una franquicia NBA se atreviera a dar el paso de contratarla.
Es la vida de muchas profesionales de baloncesto femenino, claro, acostumbradas a hacer doblete en los dos lados del Atl¨¢ntico porque las temporadas en EE UU son cortas y los salarios, alejad¨ªsimos de los del deporte masculino. DeShields se sumar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas al equipo que se hizo con ella v¨ªa traspaso cuando la escolta tuvo claro que no quer¨ªa seguir siendo suplente en Chicago Sky, un rol en el que acab¨® la temporada pasada. Una con final feliz porque trajo bajo el brazo el primer t¨ªtulo de la franquicia. Tras derrotar en las Finales a, precisamente, Phoenix Mercury, y en el cierre perfecto para una historia perfecta, la del regreso a casa, a su Chicago natal, de Candace Parker.
DeShields hab¨ªa jugado en Chicago desde que fue elegida con el n¨²mero 3 del draft de 2018 despu¨¦s de ser una sensaci¨®n de instituto en Georgia y de una carrera universitaria que incluy¨® una temporada tremenda en North Carolina y un traslado a Tennessee con, adem¨¢s, un ¨²ltimo a?o en el que opt¨® por jugar en Turqu¨ªa con el Cukurova (promedi¨® 17,4 puntos, 6,8 rebotes y 3,4 asistencias). En la WNBA arranc¨® a lo grande: entr¨® en el Mejor Quinteto Rookie y en segunda temporada, en 2019, ya fue all star (16,2 puntos por noche, titular en los 34 partidos que jug¨®). Despu¨¦s, entre el estrellato y la suplencia, entre las Sky y el salto a las Mercury, Diamond DeShields salv¨® su carrera tras superar uno de los trances m¨¢s duros a los que se puede enfrentar un deportista profesional.
Volver a aprender a caminar, correr, saltar...
En enero de 2020, pas¨® por el quir¨®fano para operar, una intervenci¨®n de tres horas que acab¨® siendo de nueve, un tumor benigno pero que estaba instalado en un lugar muy complicado de la m¨¦dula espinal, donde solo se dan ¡°un 5% de los casos¡± seg¨²n el neur¨®logo que realiz¨® la operaci¨®n, Edwin Ramos. El tumor, del tama?o de una uva, comprim¨ªa los nervios y la amenaza de par¨¢lisis era doble: con intervenci¨®n en cuanto algo fallara, sin ella por el desarrollo del propio cuerpo an¨®malo. Despu¨¦s, la jugadora (que ahora tiene 27 a?os) tuvo que, literalmente, volver a aprender a caminar y correr. No solo eso, recuperar la capacidad para hacer las cosas que tiene que hacer una jugadora profesional de baloncesto: saltar, defender, cambiar de direcci¨®n y ritmo¡ Tras la operaci¨®n, ten¨ªa temblores y espasmos que no pod¨ªa controlar, y algunos de los nervios m¨¢s afectados por la operaci¨®n estaban vinculados a los pies, una zona que pas¨® a tener hipersensible, con mucho dolor.
La retirada fue una opci¨®n muy real, obviamente, tal como le ha contado a ESPN Ann Crosby, directora de operaciones de Chicago Sky: ¡°Aparec¨ªan los temblores, eran tan horribles que todo su cuerpo colapsaba hasta el punto de que le corr¨ªan l¨¢grimas por las mejillas pero no pod¨ªa hablar. Tampoco pod¨ªa controlar sus manos y se ara?aba con ellas la cara, as¨ª que ten¨ªamos que intentar que no se hiciera da?o. Ni siquiera pod¨ªas predecir cu¨¢ndo iban a aparecer esos temblores. De repente, estaban ah¨ª. Cuando entrabas en su habitaci¨®n ten¨ªas que poner tu mejor sonrisa. Pero despu¨¦s¡ llegabas al coche y te entraban ganas de vomitar¡±.
Ella misma reconoce el sufrimiento que vivi¨® en esas semanas que siguieron a la operaci¨®n: ¡°Me dol¨ªa tanto que todo el cuerpo se me contra¨ªa. Ni siquiera controlaba los brazos¡±. Tres meses despu¨¦s de la operaci¨®n, en abril de 2020, segu¨ªa sin poder correr en l¨ªnea recta ni saltar. Su movilidad no era todav¨ªa la natural y en cuanto se fatigaba, regresaban los espasmos.
Pero, como cuenta el reportaje de ESPN que ha sacado ahora a la luz el infierno por el que pas¨®, sigui¨® trabajando y consigui¨® estar con su equipo en esa temporada 2020 que, por culpa de la pandemia, se jug¨® en formato burbuja, en Florida: ¡°Necesitaba a mis compa?eras de equipo mucho m¨¢s de lo que ellas me necesitaban a m¨ª. Se junt¨® mi operaci¨®n con el movimiento Black Lives Matter, la pandemia, la soledad y el aislamiento... Necesitaba la camarader¨ªa, el apoyo¡±, dice de un tiempo en el que ni siquiera sabr¨ªa si pod¨ªa estar a la altura de la exigencia de una temporada WNBA. Antes de dejar la burbuja por una lesi¨®n tras recibir un rodillazo en un muslo, pudo jugar 13 partidos en los que promedi¨® 6,8 puntos, todav¨ªa sin estar plenamente recuperada y con muchas molestias en los pies por el simple hecho de ponerse las zapatillas. Adem¨¢s, estaba el riesgo de que aparecieran los temblores en pleno partido: ¡°Intentaba tener mis emociones bajo control. Porque si me pon¨ªa emocional, llegaban los espasmos. Fueran sensaciones buenas o malas, risas o llanto¡±.
Los preparadores f¨ªsicos de las Sky incluso prepararon una zona aislada con una cortina, ya que no se pod¨ªa salir del pabell¨®n por los protocolos de la pandemia, por si DeShields necesitaba aislarse del escrutinio de los partidos y las retransmisiones televisivas. Y ten¨ªan un gesto en clave para que ella les avisara si necesitaba de pronto ayuda cuando estaba en pista, jugando. La temporada pasada, la 2021, la comenz¨® de vuelta al quinteto inicial pero, despu¨¦s de 22 partidos, pas¨® al banquillo. En los playoffs del t¨ªtulo de su equipo, promedi¨® 5,5 puntos en 15,7 minutos en pista. Una de las l¨ªderes del vestuario, la base Allie Quigley, le reconoci¨® como una figura esencial en la consecuci¨®n del campeonato: ¡°Le dije que el t¨ªtulo hab¨ªa empezado con ella, hace tres o cuatro a?os. Que cambi¨® la cultura de la franquicia, que cambi¨® el perfil f¨ªsico de nuestro equipo. Y despu¨¦s aport¨® la pieza que faltaba al puzle: c¨®mo superar adversidades¡±.
Y ella, que llegar¨¢ a esta temporada 2022 ya empezada pero por primera en mucho tiempo en plenitud f¨ªsica, tiene la m¨¢xima exigencia para s¨ª misma porque sabe bien la jugadora que puede ser: ¡°En la temporada 2019 era una de las cinco mejores de la WNBA. No creo que no hubiera ninguna otra mejor en mi posici¨®n entonces¡±.