El infierno de Michael Beasley: "El mundo entero se ri¨® de m¨ª"
Michael Beasley se sincera en una entrevista con HoopsHype. Habla sobre el infierno que vivi¨®, repasa su carrera y deja caer una posible vuelta a la NBA.
Michael Beasley, que fue n¨²mero dos del Draft 2008, se encuentra sin equipo. En una entrevista con el medio HoopsHype, el jugador habla sobre su intenci¨®n de volver a la NBA, las dificultades durante su carrera, los momentos m¨¢s duros...?Tiene 33 a?os, ha estado entrenando en Miami con Ronnie Taylor y ya se ha puesto en contacto con varias franquicias.
Es un jugador que promet¨ªa mucho en su ¨¦poca aunque que no termin¨® de cuajar, pero Beasley tiene claro lo que puede aportar a un equipo de la NBA: "Mi capacidad anotadora, que todo el mundo conoce. Creo que mi mentalidad nunca se ha puesto en evidencia. Conozco muy bien el juego en ambos lados de la pista. Quiero demostrar a la gente que puedo jugar en defensa y que no soy s¨®lo un anotador. Puedo influir en el juego de muchas maneras diferentes".
Fue muy criticado por su compromiso y por su actitud, que a veces dejaba en duda su profesionalidad: "No soy qui¨¦n la gente cree que soy. Odio que afirmen que conf¨ªo en mi talento sin trabajo. Pongo tanto trabajo, tanto pensamiento y tanta energ¨ªa mental en mi juego, tantas l¨¢grimas, tantos errores, tantas perfecciones y repeticiones... O¨ªr que la gente piensa que me baso s¨®lo en el talento o que mi carrera no ha funcionado porque no he trabajado es una de las razones por las que sigo en el gimnasio y trabajo m¨¢s duro".
Beasley fue drafteado en 2008 por los Miami Heat, pero su mejor temporada, a nivel de anotaci¨®n, fue con los Minnesota Timberwolves en la 2010-2011, promediando mas de 19 puntos por partido. El jugador explic¨® las claves de esa temporada: "Ten¨ªa un entrenador que hablaba conmigo, Kurt Rambis. Incluso a d¨ªa de hoy todav¨ªa me controla. Creo que esa ha sido la diferencia para m¨ª desde la universidad. Lo primero que me dijo Rambis cuando me traspasaron a Minnesota fue: '?Cu¨¢les son las dos mejores franquicias de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas?'. Le respond¨ª: 'Los Bulls y los Lakers'. ?l dijo: '?Qu¨¦ ofensiva tienen?'. Le dije: 'El tri¨¢ngulo'. Dijo: '?Qui¨¦n anota m¨¢s puntos?'. Le dije: 'Los tres'. Me mir¨® y dijo: 'Vas a ser mi alero'. Puso la responsabilidad en mi mano. Confiaba en m¨ª para anotar. Me lesion¨¦ mucho esa temporada y trat¨¦ de jugar a pesar de ello. Me molest¨® que despidieran a Rambis. Fue un gran a?o de construcci¨®n. Pens¨¦ que ese equipo con ese sistema podr¨ªa haber hecho mucho m¨¢s antes de que le cortaran. Ten¨ªa un entrenador al que no le asustaba mi opini¨®n. Kurt y yo nos pele¨¢bamos, a veces durante la temporada; pero, cada vez que nos pele¨¢bamos, lleg¨¢bamos a un entendimiento, tanto si ¨¦l ten¨ªa raz¨®n como si yo la ten¨ªa, o ten¨ªamos que acordar que no est¨¢bamos de acuerdo. Siempre confi¨¦ en que sab¨ªa c¨®mo ganar".
Despu¨¦s de haber pasado por cinco franquicias diferentes, Beasley aterriz¨® en La Meca del baloncesto, en el Garden. Fue una de sus peores etapas en la Liga. En ese periodo recibi¨® una triste noticia que fren¨® su carrera y, a pesar de que quer¨ªa continuar con el proyecto de los Knicks, termin¨® haciendo las maletas rumbo a Los ?ngeles: "Los Knicks hirieron mis sentimientos. En la cancha ten¨ªa a Kurt Rambis. Creo que a los 15 ¨® 20 partidos de la temporada, Kurt se acerc¨® a m¨ª y me pregunt¨® si cre¨ªa que deb¨ªa jugar. Le dije: 'S¨ª'. Me dijo: 'Antes de que te pregunte por qu¨¦, cada vez que salgas a la pista demuestra al entrenador por qu¨¦ deber¨ªas jugar'. Ten¨ªa algo por lo que jugar. Fuera de la cancha nadie lo sab¨ªa, pero me enter¨¦ de que mi madre ten¨ªa c¨¢ncer al comenzar el campus de entrenamiento en Nueva York. Eso fue una motivaci¨®n extra. Sol¨ªa conducir despu¨¦s de cada partido y cada entrenamiento a Baltimore para estar con mi madre. Nueva York hiri¨® mucho mis sentimientos. Quer¨ªa quedarme all¨ª el resto de mi carrera. Tuve un buen a?o. Perd¨ªamos, pero yo era un punto brillante. Conduc¨ªa despu¨¦s de cada entrenamiento y cada partido o me sub¨ªa al tren para ver a mi madre porque ten¨ªa c¨¢ncer. Al final de la temporada, en la reuni¨®n de salida, fue cuando despidieron a Jeff Hornacek. Hicieron que Corey Gaines se encargara de nuestras reuniones de final de a?o. Si miras mi carrera, incluso desde el instituto, nunca he jugado en ning¨²n sitio m¨¢s de dos a?os. Entr¨¦ en la reuni¨®n y me miraron a la cara y me dijeron: 'Michael Beasley es uno de los jugadores con m¨¢s talento que se ha puesto la camiseta de los Knicks, ?pero c¨®mo nos ayuda eso a ganar?'. Esta es una de las veces que desear¨ªa tener m¨¢s confianza en m¨ª mismo, porque me qued¨¦ literalmente sin palabras. Eso me confundi¨®. Despu¨¦s de unos 20 ¨® 30 segundos de silencio, dijeron algunas cosas positivas, y que se mantendr¨ªan en contacto con mi agente. Esa no fue la parte que hiri¨® mis sentimientos. Estaba tan cerca de mi madre, y mi sue?o era jugar en D.C. y estar en casa, pero estar en Nueva York era lo m¨¢s parecido a jugar en D.C. en cuanto a estar cerca de mi madre. Lleg¨® la agencia libre y estuvimos negociando. Mientras negoci¨¢bamos mi contrato, me sorprendi¨® que no quisieran darme m¨¢s de un a?o. Quer¨ªan que volviera a Nueva York con un contrato m¨ªnimo de veterano. Me dije que eso no era justo. Al menos dame un mill¨®n de d¨®lares m¨¢s. Mientras negoci¨¢bamos ficharon a Mario Hezonja. Le dieron mi n¨²mero y le dieron el contrato que yo ped¨ªa, lo que me oblig¨® a firmar en Los ?ngeles con los Lakers. La gente cree que yo quer¨ªa ir a firmar a Los ?ngeles. No es que no lo quisiera, pero Los ?ngeles y Oklahoma City eran los otros equipos que me quer¨ªan. Volar a seis horas de distancia despu¨¦s de estar a tres o cuatro horas en coche lejos de mi madre me pas¨® factura. Esa es la parte que hiri¨® mis sentimientos. No me merec¨ªa eso y ella no se lo merec¨ªa".
Est¨¢ claro que la carrera de Beasley no ha sido f¨¢cil, y una pieza fundamental en su vida, su madre, fue un punto de inflexi¨®n en su desarrollo. Ahora, con la motivaci¨®n de hacerlo por ella, Michael est¨¢ completamente enfocado en su entrenamiento: "Hay cosas que deber¨ªa haber hecho y que ella deber¨ªa haber visto. Eso no es culpa m¨ªa, no es culpa de ella, no es culpa de nadie. No me gusta la compasi¨®n. Mi madre estaba pasando por un c¨¢ncer, quiz¨¢ un a?o antes de dec¨ªrselo a la familia. Ella estaba siendo fuerte. Yo intentaba ser fuerte. Intentaba demostrarle que pod¨ªa ser fuerte. Esa mierda fue dura. No voy a mentir. Cuando sucedi¨®?(refiri¨¦ndose a las bromas sobre el olvido de sus pantalones), se sinti¨® como una excusa. Por eso nunca dije nada. Pens¨¦ que se acabar¨ªa. Esa mierda no muri¨®. Cada puto a?o esa mierda segu¨ªa viva. Incluso mis amigos m¨¢s cercanos no lo saben".
En 2019 dej¨® los Lakers y no ha vuelto a jugar en la NBA. No ha estado inactivo, ya que ha entrenado y ha jugado con los Blazers en la Summer League. El jugador, que ha dejado claro que es m¨¢s fuerte de lo que parece, a¨²n tiene mucho que demostrar: "Sinceramente, creo que la gente no falta al respeto sino que pasa por alto lo que he podido hacer en el tiempo que he podido hacerlo. Si miras mis n¨²meros por 36 en cada equipo, son n¨²meros del calibre del All-Star (19,6 puntos, 7,4 rebotes, 2,0 asistencias). Mi argumento para mi carrera es que nunca me han dado la oportunidad de jugar minutos extra. Fuera de la cancha, mi madre muri¨® cuando yo jugaba en los Lakers. Luch¨¦ contra eso y volv¨ª. Mi primo muri¨® el d¨ªa que olvid¨¦ mis pantalones cortos en Oklahoma. Ese d¨ªa estuve luchando, tratando de superarlo. Quer¨ªa ir al funeral, pero ya me hab¨ªa ido cuando muri¨® mi madre. S¨®lo quer¨ªa estar all¨ª para el equipo y todo el mundo se re¨ªa de m¨ª. En toda mi carrera nunca me han dado la oportunidad de demostrar qui¨¦n soy realmente, c¨®mo puedo jugar de verdad, demostrar que puedo ganar de verdad y ser alguien. El mundo entero se ri¨® de m¨ª. Eso tambi¨¦n hiri¨® mis sentimientos, no voy a mentir. He luchado contra los problemas de confianza toda mi vida. Las voces de todo el mundo, las opiniones negativas de todo el mundo".
Una historia sobre una joven estrella que promet¨ªa mucho y que no lleg¨® a nada. Que pas¨® momentos muy dif¨ªciles que habr¨ªan podido con cualquier otro jugador. La desconfianza, las cr¨ªticas, los abucheos, las risas... Un c¨²mulo de cosas que no hundieron a Michael Beasley. Un jugador que ha demostrado que puede con todo y que est¨¢ listo para volver a dar guerra.