Toda gran historia tiene un comienzo. Un Big Bang que ordena y crea el camino hasta el destino manifiesto que el universo tiene previsto. Y en el baloncesto espa?ol, ese origen fue 41 a?os antes del oro en el Mundial de Jap¨®n 2006, en 1965, cuando un giro imprevisto llev¨® a Antonio D¨ªaz-Miguel (6 de julio de 1933, Alc¨¢zar de San Juan) al banquillo de la Selecci¨®n. Solo iban a ser 7 d¨ªas, en un Torneo Amistoso en ?msterdam (Pa¨ªses Bajos), pero la decisi¨®n de Ed Jucker de renunciar al cargo por los Cincinnati Royals de la NBA permiti¨® al nuevo miembro del Hall of Fame de la FEB prolongar su estancia en el banquillo de manera casi eterna. Fue el seleccionador de muchas, much¨ªsimas, generaciones de espa?oles.

¡°Mi vida ha estado alrededor del baloncesto¡±, aseguraba a las c¨¢maras de TVE este ciudadreale?o, que cogi¨® el cargo con 32 a?os (5 de noviembre de 1965) y no la abandon¨® hasta los 59 (6 de agosto de 1992). Fueron 26 a?os, 9 meses y un d¨ªa al frente de un equipo que se aliment¨® de su personalidad met¨®dica y su necesidad inagotable de aprender. De borrar aquello que hac¨ªa a la Selecci¨®n d¨¦bil y de potenciar las cualidades que la hac¨ªa imparable. ¡°Ven¨ªamos de un baloncesto de peque?os. Pero all¨ª comenzamos a proyectarnos internacionalmente y a ir a m¨¢s. Espa?a comenz¨® a dar el gran salto cuantitativo y cualitativo que felizmente hoy le hace estar entre los grandes¡±, comentaba a EFE en 2020 Emiliano Rodr¨ªguez, una de las estrellas del equipo nacional en M¨¦xico 1968, el primero de los seis Juegos Ol¨ªmpicos que dirigi¨® D¨ªaz-Miguel de manera ininterrumpida. Un r¨¦cord hasta la fecha.

Su pasi¨®n y su calidad, sus logros y sus haza?as traspasaron las fronteras espa?olas. ¡°Fue el mejor entrenador no estadounidense de su tiempo¡±, recalcaba uno de los grandes t¨¦cnicos universitarios de siempre en Estados Unidos, Bobby Knight. ¡°Espa?a ten¨ªa el mejor contraataque del mundo¡±, subrayaba Lou Carnesecca, otro de los monstruos de los banquillos de la NCAA. Palabras inimaginables de maestros sobresalientes a los que un¨ªa una gran amistad con D¨ªaz-Miguel, el gran pionero, el primer entrenador europeo que hizo las maletas para aprender el estilo norteamericano. Y el pa¨ªs del baloncesto le acogi¨® sin fisuras. Tanto que hasta el padre de todos, el inolvidable John Wooden, le ense?¨® los misterios que guardaba su Corte de UCLA.

El catedr¨¢tico comenz¨® como alumno. Primero en Alc¨¢zar de San Juan (Ciudad Real) y luego en Madrid, con el Estudiantes y el Real Madrid. Al final del camino, Bilbao y las ?guilas. Fue una carrera profesional corta, solo seis a?os. El motivo, el banquillo le llamaba. ¡°Ense?ar fue mi gran pasi¨®n¡±, recordaba D¨ªaz-Miguel, que vivi¨® 431 partidos con la Selecci¨®n entre Juegos (6), Mundiales (4) y Eurobasket (13). Su palmar¨¦s, maravilloso, en una ¨¦poca en el que Yugoslavia y la URSS hac¨ªan temblar Europa a su paso: una plata ol¨ªmpica (1984) y tres medallas en el Eurobasket, dos platas (1983 y 1973) y un bronce (1991). Y muchos tiros al canto, con seis cuartos puestos, cinco de ellos en una d¨¦cada de los ochenta vital para el baloncesto patrio.

¡°Tuvo un grand¨ªsimo m¨¦rito, porque era un visionario de la b¨²squeda de la perfecci¨®n. No digo que al resto de entrenadores en Espa?a no les gustara que su equipo jugase bien, pero Antonio, con sus viajes a Estados Unidos y sus relaciones con Lou Carnesecca, Dean Smith y Bobby Knight, aprendi¨® el valor de los peque?os detalles. ?l fue el que nos inculc¨® que con el baloncesto que nosotros hac¨ªamos, si dej¨¢bamos de cometer errores, pod¨ªamos ganar a cualquiera en un buen d¨ªa¡±, rememora para AS Juan Antonio Corbal¨¢n, que lleg¨® a la Selecci¨®n con solo 16 a?os. Este era uno de los secretos de D¨ªaz-Miguel, dar oportunidad a los j¨®venes, en un cambio generacional constante que aprendi¨® en las universidades americanas.

D¨ªaz-Miguel, que falleci¨® en el a?o 2000 en Madrid v¨ªctima de un c¨¢ncer, no dejaba nada al azar. Instaur¨® las concentraciones largas y se centr¨® en la preparaci¨®n f¨ªsica. Exig¨ªa puntualidad y aseo a sus pupilos, adem¨¢s de cumplir sus seis reglas de oro: no perder el bal¨®n, coger todos los rebotes, no cometer siete personales en cada tiempo, hacer solo buenos tiros, pasar el bal¨®n a los p¨ªvots y anotar las dos primeras canastas de cada tiempo. Velocidad y agilidad por encima de todo. ¡°Trataba de que el baloncesto espa?ol subiera hacia arriba y, creo, que he puesto mi granito de arena¡±, confesaba a Pedro Barthe (TVE) un entrenador especial que lleg¨® a jugar un partidillo con Fidel Castrol y que fue el primero en derrota con Espa?a a Estados Unidos, Yugoslavia y la URSS. As¨ª era D¨ªaz-Miguel, el alba del baloncesto espa?ol.