NBA | CLIPPERS 121 - MAVERICKS 127 (0-2)
Doncic lo vuelve a hacer
El jugador esloveno, en una exhibici¨®n de 39 puntos, conduce a Dallas hasta el 2-0 en la serie. Los Clippers plantan cara, pero no pueden frenarle.
Otra vez. Como si no se hubiera aprendido nada de la primera, como si el pasado aviso, y el del a?o anterior, no fueran suficientes. Los Clippers han vuelto a caer (121-127). Los Clippers, ese equipo que lleva dos temporadas siendo aspirante a todo, han vuelto a sucumbir ante Luka Doncic. No pueden con ¨¦l. El a?o pasado, cojo y con todo en contra, lleg¨® a empatar una serie que parec¨ªa decidida antes de iniciarse; ahora, en plenitud f¨ªsica, ha conducido a Dallas Mavericks a esa misma ventaja de 2-0, pero en sentido contrario. Su marcaje era la mayor preocupaci¨®n de Tyronn Lue antes del encuentro. Busc¨® soluciones, "el martes tendr¨¦is lo que busc¨¢is", advert¨ªa; pero no las ha encontrado. Ni mucho menos. Parec¨ªa que Kawhi Leonard pod¨ªa ir a la guerra contra el esloveno. Al final, no se ha optado por una defensa individual y, en un baile compartido, todos los jugadores de los Clippers han fracasado. 39 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias dan fe de ello. Son incapaces y, si no lo remedian, la serie parece abocada a coronar a Luka. La cumbre era de dimensiones extraordinarias y, para ¨¦l, dicho adjetivo se est¨¢ quedando corto.
Todo ello, en un partido alocado, trepidante... Asfixiante. Cuando un cuerpo aplica una fuerza sobre otro, este segundo responde con otra de igual valor y direcci¨®n. Acci¨®n, reacci¨®n: tercera ley de Newton y una buena forma de explicar lo acaecido en el Staples Center. Dos equipos con un potencial ofensivo tremendo y con historial de enfrentamientos directos ¨C y, por lo tanto, con deudas que se van acumulando -. F¨®rmula explosiva y disfrute para el espectador. De un lado al otro, en un giro de cuello m¨¢s propio de otros deportes. Sin respiro, sin descanso. Por momentos, tambi¨¦n sin excesiva eficacia en la retaguardia: "La defensa es como la mascarilla para los equipos vacunados: opcional", se?alaba el periodista Tim MacMahon al descanso. Eso puede explicar el 73 a 71 tras el segundo cuarto; o que Kawhi (30 puntos) y Doncic (23) tuvieran las mitades m¨¢s anotadoras de sus carreras en playoffs. Nueve empates en el marcador, siete cambios de l¨ªder y ventajas m¨¢ximas que se quedaban en algo m¨¢s cercano a unas m¨ªnimas: tres puntos para los locales y nueve para los visitantes. En la ¨²ltima pantalla del juego nadie regala nada y, en esta serie, todav¨ªa menos.
De principio a final. Tap¨®n de Porzingis a Marcus Morris, Kawhi en suspensi¨®n... y triples, muchos triples. Y empates, muchos empates. Todo igual al inicio de la segunda parte, con un Hardaway Jr. que, desde el per¨ªmetro, pon¨ªa, de nuevo, a Dallas arriba (78-80), anotando su quinto triple de la noche. El d¨¦cimo en la serie. Hoy, todo iba m¨¢s acelerado. Hasta desde el lateral se ten¨ªa prisa por sacar. Normal. Lo que llegaba despu¨¦s eran puntos y m¨¢s puntos. Y sonrisas de Doncic, que, en una vor¨¢gine ofensiva de semejantes dimensiones, se lo pasaba de f¨¢bula. Triple, correteo hacia atr¨¢s para recuperar la posici¨®n y, con un Patrick Beverley visiblemente enfadado, 78-85. Tironcito en un marcador, que, si necesitaba poco para crecerse, todos le animaban a hacerlo. Reggie Jackson, con su decimoquinto punto desde el banquillo, intentaba que se no se rompiera en exceso y Doncic, por su parte, insist¨ªa en ello en un tercer cuarto m¨¢s texano que angelino. Dallas, en siete minutos impolutos, sin faltas y sin apenas fallos, amenazaba con llevarse una renta importante al cuarto decisivo. El base esloveno, con un triple de cuento, de mago, casi inveros¨ªmil, pactaba la ventaja en nueve puntos (92-101). A una pierna y desde un rango de tiro que, para ¨¦l, ya deja de ser imposible. Eterno retorno.
En medio de semejante explosi¨®n anotadora, dif¨ªcil de creer puede ser que el primer triple de Paul George llegara ya en el ¨²ltimo cuarto. Ejerci¨® de escudero de Leonard, pero no anduvo acertado desde la larga distancia, ya con cinco intentos fallidos, y se ech¨® en falta. Todo tanto era bien recibido hoy; y todo error, realmente penado. Se jugaba en las alturas, hab¨ªan aceptado el juego de ese equipo que, la temporada pasada, elev¨® el rating de eficiencia ofensiva a una nueva cota. Ritmo dif¨ªcil de aguantar y que no se aguant¨®; aunque se intent¨®. Un parcial de 8-0, culminado con un mate de George y un triple de Marcus Morris, que tambi¨¦n se estrenaba desde la larga distancia en el cuarto, pon¨ªa todo patas arriba. O lo manten¨ªa, mejor dicho. El encuentro merec¨ªa traca final y la iba a tener. 109-114 con cinco minutos por delante... y a volver: acci¨®n, reacci¨®n. Newton sab¨ªa algo de esto. Y la ley marcaba que Doncic ten¨ªa un sitio reservado, claro. Y Kristaps Porzingis. Y un Tim Hardaway Jr. que no titube¨® en el momento de la verdad, con la posibilidad de establecer un 2-0 en la serie. Con la posibilidad de dejar a todo un candidato, y casi a un proyecto, contra las cuerdas. Triple a un minuto del final y, en dos viajes seguidos a la l¨ªnea, ning¨²n fallo. Dallas lo ha vuelto a hacer. Doncic lo ha vuelto a hacer. Y cada vez es menos noticia.
Exhibici¨®n ante la mirada de Nowitzki
Decir que el esloveno est¨¢ ganando solo a los Clippers podr¨ªa ser un buen titular, pero no la realidad. Es la pieza m¨¢s importante, con diferencia; pero sus compa?eros est¨¢n apareciendo en los sitios y en los momentos adecuados. La ley no es de Newton, pero casi. Hardaway no s¨®lo es decisivo en el clutch. Acribilla de forma constante, con 28 puntos y 6 de 8 triples para ¨¦l al t¨¦rmino del partido (75%). Y Porzingis, se lleve mejor o peor con su l¨ªder, va de menos a m¨¢s, sacando, cuando m¨¢s se espera, el unicornio que lleva dentro: 20 puntos, 4 rebotes y 3 de 4 en triples. El ancla m¨¢s importante en la pintura y uno m¨¢s en la artiller¨ªa perimetral, clave para entender el momento de la serie. Los Clippers llegaban a la eliminatoria siendo el mejor equipo de la competici¨®n desde la larga distancia (41% de acierto). En el primer partido, se quedaron en un 27,5%; hoy, se han acercado a sus est¨¢ndares (39,4%), pero lejos de los texanos en cantidad y precisi¨®n. En total, 13 aciertos para ellos y 18 para unos Mavs especialmente inspirados. Seguramente, la clave de la eliminatoria, junto a la efervescencia de Doncic. Los angelinos han sido superiores en la pintura, han sostenido las transiciones y han aguantado la fugaz apuesta en la circulaci¨®n; pero han ca¨ªdo en su terreno, incapaces, adem¨¢s, de hacer valer su poder¨ªo defensivo.
Con todo ello, ni un Kawhi de 41 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias es suficiente. Ni sus 4 triples en 7 intentos. Ni su defensa a Doncic, que, aunque no haya sido tan pegadiza como prometi¨®, s¨ª ha subido sus minutos. Tampoco George (28-12-6) ni un Reggie Jackson con mucha frescura. Ni unos Beverley o Morris desquiciados tras el esloveno. Qu¨¦ se puede hacer contra un jugador que suma 256 puntos, 76 rebotes y 70 asistencias en sus primeros 8 partidos de playoffs, el primero en alcanzar semejantes cifras. O contra un abanico de posibilidades que va desde dos triples desde el logo a m¨²ltiples penetraciones de falsa lentitud, m¨¢s crueles todav¨ªa. O contra un liderazgo que estalla tras cada punto, que mira a la grada, cada vez m¨¢s llena, y contagia a todo un continente. Los Clippers, con urgencia, necesitan todas estas respuestas. Y m¨¢s. Qu¨¦ se puede hacer contra el jugador que, en su primer entrenamiento, se gan¨® el respeto de Dirk Nowitzki. Hoy, el alem¨¢n estaba en las gradas disfrutando del esloveno. Tras el triple a una pierna del segundo, todas las c¨¢maras enfocaban al primero, sonriente bajo su mascarilla. Al final del partido, apret¨®n de manos. Benepl¨¢cito.