LeBron contra Curry, el reverso oscuro y el milagro de Oakland
Cuatro a?os despu¨¦s, todav¨ªa cuesta entender la remontada de los Cavs en 2016, una Final precedida por el ascenso de unos Warriors todav¨ªa sin Kevin Durant.
Hace exactamente cuatro a?os, un 20 de junio de 2016, la Bah¨ªa amaneci¨® como tantas veces, sol radiante y aire sorprendentemente fresco, m¨¢s molesto en San Francisco que en la m¨¢s resguardada Oakland. La gran ciudad, en silencio, desped¨ªa a una comitiva NBA que llegaba a borbotones al Aeropuerto Internacional. Una di¨¢spora habitual despu¨¦s de las Finales, esta vez un despertar agitado para muchos de los que hab¨ªamos vivido dieciocho d¨ªas de baloncesto inexplicable. Historia en directo, leyendas en forja. El d¨ªa 2 hab¨ªan comenzado las Finales 2016 y el d¨ªa 13 deber¨ªan haber terminado con una aplicaci¨®n m¨ªnima de l¨®gica. Ese d¨ªa se jug¨® el quinto partido. Y seis despu¨¦s, el s¨¦ptimo. Los dos en Oakland, en la profundidad del vetusto Oracle que ya es un esqueleto abandonado en la parte dura de la Bah¨ªa, un viejo recuerdo de lo que fue el deporte estadounidense. La n¨¦mesis del rutilante Chase Center de Mission Bay.
All¨ª, el nuevo p¨²blico de los Warriors (la inyecci¨®n de dinero de Silicon Valley) apenas acertaba a animar mientras una historia que parec¨ªa escrita mutaba en medio de una tensi¨®n irrespirable, en un clima casi b¨¦lico y con las fuerzas de todos completamente exprimidas. Tengo para m¨ª que el Oracle daba el t¨ªtulo por tan seguro que no supo empujar para lograrlo. Y por eso explot¨® con una felicidad hist¨¦rica un a?o despu¨¦s, con el t¨ªtulo de 2017 que no pod¨ªa escaparse: ya hab¨ªa llegado Kevin Durant. All¨ª, en el Oracle, los Cavaliers ganaron el primer anillo de su historia y el primero del deporte profesional de Cleveland en 52 a?os. All¨ª se convirtieron en los primeros en remontar un 3-1 en unas Finales, los primeros en ganar un s¨¦ptimo a domicilio desde 1978. Una actuaci¨®n tit¨¢nica, entre el drama y la epopeya de LeBron James (otra m¨¢s) qued¨® coronada por el triple final, la r¨²brica del artista bohemio, de Kyrie Irving. Quedaba un minuto para el final y el marcador llevaba un mill¨®n de posesiones anclado en un 89-89 que era, en toda la Final hasta ese punto, 699-699. ESTA FUE MI CR?NICA de un partido que es historia del deporte estadounidense. La culminaci¨®n de la gran historia del hijo prodigo, el regreso m¨¢s sonado: la vuelta de LeBron a Ohio, a casa.
LeBron hab¨ªa promediado en esas Finales, una de las mejores actuaciones de siempre en la lucha por el anillo, 29,7 puntos, 11,2 rebotes, 8,8 asistencias, 2,5 robos y 2,2 tapones (uno eterno, a Andre Iguodala para sembrar el terror ¨²ltimo en el coraz¨®n de un rival herido de muerte). Era la primera vez que un jugador lideraba una serie completa (en cualquier ronda, no digamos en la ¨²ltima) en las cinco principales categor¨ªas estad¨ªsticas. LeBron, de la nada, invent¨® la revoluci¨®n contra el equipo perfecto, los Warriors que hab¨ªan sido los primeros en ganar 73 partidos, con Stephen Curry como MVP un¨¢nime despu¨¦s de una regular season en la que hab¨ªa superado los 400 triples. Campe¨®n en defensa de su trono y a punto de firmar la mejor temporada de siempre, los Warriors se quedaron congelados en el 3-1. Sin chispa, sin fuerzas, sin piernas, machacados por los problemas f¨ªsicos (Curry, Bogut, Iguodala) y desquiciados por la sanci¨®n a Draymond Green, un jugador esencial que se perdi¨® el quinto partido, el primer match ball en la Bah¨ªa y, a la postre, el punto de apoyo que necesitaban LeBron y Kyrie para darle la vuelta al mundo. Despu¨¦s del 3-1 y entre cr¨ªticas y cuestiones sobre su legado, LeBron James escenific¨® un salto al lado oscuro que revivi¨® a su equipo y, literalmente, alarg¨® una amenaza imprevista sobre unos Warriors que llevaban casi dos a?os sonriendo sin parar. AS? LO EXPLIQU? EN ESTE ART?CULO.
Poco m¨¢s de un a?o antes, el 16 de junio de 2015, los Warriors hab¨ªan ganado en Ohio (cerca del hospital en el que nacieron Stephen Curry y LeBron James, una casualidad imposible) su primer t¨ªtulo en 40 a?os. El de su propia revoluci¨®n, la de los Splash Brothers, el Strenght In Numbers y la sublimaci¨®n de una nueva forma de jugar al baloncesto. ESTA FUE LA CR?NICA DE AQUEL ANILLO.
Y estas algunas trazas de una historia que apenas unos a?os antes habr¨ªa parecido, sencillamente, ciencia ficci¨®n:
-AS? SE CONSTRUY? LA DINAST?A DE LOS WARRIORS
-LA S?PER DEFENSA DE UN EQUIPO FAMOSO POR SU ATAQUE
-ANDRE IGUODALA, UN INESPERADO MVP DE LAS FINALES
-STEVE KERR, EL PADRE DEL CAMBIO DEFINITIVO
Y finalmente, todav¨ªa en aquel 2016, UN ART?CULO QUE ENFRENTABA A LEBRON JAMES Y STEPHEN CURRY. Dos formas de entender el talento, casi una historia de bella contra bestia, una dualidad que dec¨ªa m¨¢s de quien tomaba partido por uno de ellos que de dos jugadores generacionales, excepcionales.
Esas Finales de 2016 son un hito, una baliza en la historia, un tramo en el que todav¨ªa hoy cuesta ubicarse si uno se olvida de los n¨²meros, las lesiones y las sanciones y, sencillamente, se sumerge en la locura de una remontada por la que, seguramente, ni sus protagonsitas habr¨ªan apostado unos d¨ªas antes. Puro baloncesto, puro deporte, y la llave de la llegada de Kevin Durant a los Warriors y la forja definitiva de un proyecto imperial. Nadie, seguramente, ha dominado en playoffs como los Warriors de 2017, UN CAMPE?N IMPENETRABLE. La rivalidad Warriors-Cavaliers, el Lakers-Celtics de una generaci¨®n, es historia: los dos equipos est¨¢n fuera del plan de regreso de Orlando. Durant est¨¢ en Brooklyn y LeBron en L.A. Pero los recuerdos siguen, la magia todav¨ªa destella y las heridas siguen doliendo. As¨ª es el deporte, as¨ª fueron las maravillosas Finales de 2016. Una pelea imposible.