El Madrid se toma la revancha y elimina al Bar?a de la Euroliga

Dicen que para que una revancha sea efectiva debe haber cosas similares en juego. Esta vez no hab¨ªa t¨ªtulo en liza, pero el Madrid logr¨® un triunfo clave para sus aspiraciones en la Euroliga y se pone de nuevo cuarto, lo que le dar¨ªa el factor cancha en el playoff a la espera de recibir al Fenerbah?e y al Panathinaikos las dos pr¨®ximas semanas. De paso, tambi¨¦n, elimina al Barcelona de la competici¨®n, porque aunque lo gane todo ya no puede sumar m¨¢s de 14 victorias. Insuficientes. Reduce adem¨¢s la efervescencia del efecto Pesic por la contundencia del triunfo: 74-101, un +27 que es la segunda mayor paliza blanca de siempre en pista cul¨¦. Por detr¨¢s del 63-102 de noviembre de 2016 y por delante del 67-90 de febrero de 1968. Los de Laso fueron una m¨¢quina perfecta de jugar al baloncesto, defensa y ataque, y su capit¨¢n, Felipe Reyes, se acerc¨® a un nuevo hito: 13 puntos que le dejan a solo uno de los 2.807 de Teodosic, tercer m¨¢ximo encestador hist¨®rico de la Euroliga tras Navarro y Spanoulis.

El Madrid ten¨ªa a¨²n en carne viva la herida de la Copa, fresco cada recuerdo amargo del torneo del KO. Y sali¨® as¨ª con el coraz¨®n en la mano, a demostrar lo que pudo ser y no fue. Retrocedi¨® cinco d¨ªas en el calendario y se vio en la pr¨®rroga de la final, en la prolongaci¨®n de aquel cuarto periodo m¨¢gico en el que sum¨® 38 puntos y se qued¨® a un triple de remontar 17 en ocho minutos. "Me han dicho algunos jugadores que quieren enfrentarse ya otra vez con el Barcelona", reconoc¨ªa Pablo Laso el domingo tras la derrota. Y ese deseo aguant¨® cinco d¨ªas en el tiempo sin bajar un ¨¢pice de intensidad.

Se abri¨® el port¨®n y la embestida removi¨® los cimientos del Palau, de una grada que no estaba preparada para lo que se le ven¨ªa encima. Minutos antes hab¨ªa festejado el primer t¨ªtulo azulgrana en tres a?os tras una metamorfosis inopinada en solo una semana, al calor del efecto Pesic. Una Copa que supo a gloria. Este viernes, en cambio, el equipo no ten¨ªa ni el deseo ni la mentalidad ni los efectivos. Porque Pau Ribas, Sanders y Oriola, tres de sus mejores defensores, estuvieron ausentes, de baja. La resaca copera.

Avalancha blanca

El Real arranc¨® 0-9 y se puso ya en el acto inicial veinte arriba: 10-30 y -2 a 43 en valoraci¨®n. Aguant¨® en el segundo cuarto (22-22) y firm¨® un 22-31 en el tercero, en el peor partido de Doncic en esta Euroliga, incluido el del Valencia, donde acab¨® expulsado y jug¨® solo siete minutos. El quinteto inicial, el que formaron Campazzo, Carroll, Taylor, Randolph y Tavares, actu¨® como una m¨¢quina de precisi¨®n. Fue el mismo que rompi¨® definitivamente el duelo en el tercer periodo. Vimos plet¨®rico a Carroll, certero y veloz, magn¨ªfico de piernas. Y vimos al mejor Randolph desde octubre, complet¨ªsimo y desequilibrante otra vez. Y tambi¨¦n al Campazzo decisivo de las ¨²ltimas semanas (9 asistencias y 24 de valoraci¨®n). Y a Taylor robar y correr. Y al Tit¨¢n Ay¨®n de vuelta, mate incluido (10 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias). Incluso Causeur clav¨® dos triples desde la esquina donde err¨® el de la Copa.

La defensa mueve el mundo en el baloncesto, en¨¦sima demostraci¨®n, y a partir de ah¨ª fluy¨® el talento visitante. La brecha entre los dos grandes result¨® sideral y toc¨® los 32 puntos (64-96). El Madrid logr¨® 14 canastas y 13 rebotes m¨¢s, reparti¨® 25 asistencias y solo extravi¨® ocho balones (el primero, en el segundo cuarto) para una valoraci¨®n final de 70-131. No hubo color. Revancha, aunque sin t¨ªtulo.