liga endesa | barcelona regal 69 - real madrid 75
La final se ti?e de blanco
El Real Madrid remonta a base de triples un partido que el Barcelona ten赤a controlado en pleno 迆ltimo cuarto. Sergio, sideral en el momento decisivo. La final se traslada a Madrid con empate.
La primera reflexi車n, la misma que tras el primer partido, es que la final est芍 siendo extraordinaria, exactamente lo que necesitaba esta ACB en tiempos de vacas tan flacas. Emoci車n, pol谷mica y una tonelada de baloncesto con buen escaparate televisivo y en prime time. La segunda es que los milagros son caprichosos y que al del Barcelona del mi谷rcoles le sigui車 el del Real Madrid para empatar la final y convertir el Palacio en la llave de la final. El equipo de Laso, y quiz芍 por eso la final es tan bonita, perdi車 el partido que mereci車 ganar durante m芍s de tres cuartos y gan車 el que debi車 perder durante muchos minutos. Gan車 el de anotaci車n m芍s baja y perdi車 el de m芍s puntos. Paradojas. Y baloncesto.
Por encima de todo, el Real Madrid gan車 por acumulaci車n de talento, m芍s y m芍s diversificado. Pero gan車 por una dulzura que va camino de ser hist車rica en el tiro exterior: 8/15 en triples en el primer partido, 11/17 en el segundo, cinco en el 迆ltimo cuarto cuando boqueaba sin ox赤geno. Un Barcelona poderoso, el m芍s poderoso de los 迆ltimos duelos ante el Real Madrid, ganaba 61-53 con menos de siete minutos por jugar. El Real Madrid sumaba 13 puntos en m芍s de 13 minutos desde el descanso (40-40). Y entonces lleg車 el bombardeo, cinco triples y 22 puntos en esos poco m芍s de 250 segundos. Tres de Sergio, tocado por los dioses en estos playoffs, uno de Mirotic y otro de Carroll. Bum, bum, bum, bum, bum y la final de repente te?ida de blanco. Una final que es un camale車n de baloncesto maravilloso: empez車 en merengue, pas車 al blaugrana a caballo entre los dos partidos y volvi車 al blanco nuclear. Y ahora, a Madrid.
El gran pecado del Barcelona estuvo en que no convirti車 las sensaciones, suyas durante m芍s de medio partido, en ventajas m芍s amplias. No escap車 m芍s all芍 de la decena de puntos contra un rival capaz de salir de la tumba con r芍fagas de anotaci車n incontrolables. Como as赤 fue. El equipo de Pascual firm車 un tercer cuarto especialmente poderoso, 16-9 con su zona tapiada y algunos buenos ataques encadenados: demasiado pocos. Casi todo lo que anot車 fue en la zona, se qued車 en 5/24 en triples (12/46 en toda la final) y no llev車 su lectura y su defensa a un hachazo con aroma a definitivo. Con Ndong y Navarro entre algodones, no aparecieron ni Eidson ni un CJ Wallace incapaz de producir. Mickeal, Fran V芍zquez y minutos brillantes de Marcelinho flanquearon una actuaci車n descomunal de Lorbek: 22 puntos con un baile al poste que el Real Madrid apenas contuvo. Todo, sus puntos y los tapones de Fran, la mejora en el rebote y las fases de excelente defensa colectiva se quedaron cortos. Falt車 alguna zancada ofensiva m芍s contra un equipo que siempre encuentra la forma de descorchar el aro rival.
El Real Madrid ha vivido un carrusel que, suponemos, le deja muy reforzado camino de su pista. Tuvo personalidad para no sentirse muy afectado por el zarandeo del primer partido y sali車 con su ritmo habitual (21-20, primer cuarto). Despu谷s baj車, con muy poco de Llull (otra vez) y muchos problemas en ataque est芍tico. Hasta la aparici車n de Sergio, de Carroll, de Mirotic o de Felipe, el esp赤ritu en el trance cr赤tico. A base de triples y de una mejro gesti車n mental del final del partido hinc車 el diente a un Barcelona consumido por los nervios por el duelo amarrado que volaba y desquiciado al final por unas 迆ltimas decisiones arbitrales como m赤nimo confusas. La final, con toda su histeria y toda su belleza, con todo su baloncesto, se traslada a Madrid. Y el que hoy parec赤a presa vuelve a ser el cazador. Y el lunes, y eso es lo mejor de todo, otro cap赤tulo.